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Seokmin

– ¿Tienes algún momento favorito de cuando eras pequeño?

– Hmm... tengo unos cuantos. Uno de ellos fue cuando conocí a mi ex mejor amigo.

– ¿Ex mejor amigo? – asintió. – ¿Y por qué ya no lo son?

– Verás Seokmin, a veces, la vida da ciertas vueltas inexplicables. Uno no puede controlar sus sentimientos, ¿cierto? – Seokmin asentía como niño pequeño. – ¿Saltarías a la conclusión tú mismo?

– Te enamoraste de él. – afirmó. – Pero, ¿por qué dejó de ser tu mejor amigo? ¿Acaso a él no le gustabas? – recibió una sonrisa simple, esa sonrisa que emanaba calma.

– Todo lo contrario mi querido Seok. Él correspondía a mis sentimientos. Una historia peculiar que lo era y seguirá siendo.

– ¿Dónde está él ahora? – Jisoo mantenía su vista en sus zapatos. Al subir su mirada al cielo sonrió levemente y respondió.

– Su alma está conmigo, su espíritu permanece en mi corazón y su persona volverá pronto.

– ¿Está muerto? – sin darse cuenta su pregunta había causado que el chico frente a él soltara un par pequeño de lágrimas. – Ay, no, no, perdóname. No, no era mi intención hacerte llorar, yo...

– No te disculpes, él no está muerto. – soltó un poco de aire por la boca y limpiándose las lágrimas finalizó. – Solo lo extraño.

Alzó sus ojos saliendo del sueño, miró al cielo y sonrió.

– Pronto se encontrarán. – dijo sintiendo un calentón subir por todo su corazón. Era un fuego pequeño, suave, inapagable.

Caminaron por horas. Sus pies estaban desgastados, incluso querían descansar. Seokmin era débil, nunca había sido bueno para el deporte y caminar era exhaustivo, pero Jisoo era un vaso de agua en el desierto. Escuchar su voz en medio de su inquietud lo hacía soñar despierto — en una manera positiva —, amaba oírla, era tierna y calmada.

Seungcheol se veía algo ido. Seokmin desde que vio a ese chico, Jeonghan, en su sueño, entendió la razón por la cual Seungcheol se encontraba lejos del presente de vez en cuando. Ese chico le causaba la misma sensación a su hermano justo como lo hacía Jisoo en él.

Al rato, se encontraban los tres acostados entre los arbustos. Seokmin miró hacia los árboles. Sus hojas balanceándose en un baile exótico. El viento era su música, una melodía mansa, serena por demás. Era una noche fría, las estrellas alumbraban como focos y la luna era la reina de la oscuridad. De repente, su corazón palpitó más rápido de lo normal. Cerró sus ojos intentando estabilizar sus latidos. Sin embargo, una imagen apareció de la nada. Parecía... ¿un sueño?

En el fondo aparecía la imagen del verano. Sus pies danzaban lentamente mientras la música avanzaba, las personas reían y aplaudían en gozo. Eran ojos curiosos observando una obra maestra. Seokmin observaba cómo alguien más del público, el rostro del bailarín principal y sus acompañantes no era visible debido a la distancia. Pero, estaba igual de ansioso que los demás en el público.

Cuando la presentación terminó, Seokmin pudo apreciar su alrededor. Estaba en un teatro, sus sillas  rojas acolchonadas con bordes de madera, un lugar espacioso lleno de muchas personas. Los bailarines abandonaron el escenario, Seokmin quería entender dónde estaba, sus ojos marrones seguían paseando por la gran habitación.

– Es bonito... – soltó el dibujante ante el encanto.

– Lo es... – miró hacia su derecha para encontrarse  con una sorpresa. – ¿Qué sucede?

– ¿Seungkwan?

– ¿Todo bien? Pareces sorprendido.

– No, yo... ¿Qué haces aquí?

– ¿Tuviste pérdida de memoria? Hey, vamos, los chicos nos esperan en los camerinos.

No tuvo oportunidad para preguntar más porque el chico lo llevaba corriendo entre la multitud de gente para llegar a la parte trasera del escenario. Al llegar, habían muchas personas, Seungkwan lo apartó de ellas cuando desviaron su camino. Estaban frente una puerta marrón con una estrella plateada en el medio que decía "Yoon Jeonghan".

Ese nombre sonaba conocido.

– ¡Chicos, esa presentación estuvo increíble! Les dije que saldría excelente, practicaron por semanas. – dijo Seungkwan sonriendo.

– Nos alegra mucho el hecho de que hayan podido viajar hasta aquí solo por vernos. – dijo el chico que antes había visto en sus dibujos y en su sueño pasado, Jeonghan.

La puerta se abrió detrás de Seokmin, con los ojos bien abiertos se apartó en silencio. – ¡Traje comida! Sé que están igual que yo de hambrientos y nos merecemos esto. – dijo Seungcheol dejando las bolsas llenas de comida en la mesa.

– ¿Seungcheol? – su hermano lo miró regalándole una sonrisa única e inigualable de su persona.

– Seokmin, ¿te gustó nuestra presentación? ¿Tienes hambre? – el menor frunció el ceño, su hermano actuaba extraño.

– ¿Esto es un sueño? – preguntó para asegurar su teoría.

– ¿Por qué sería esto un sueño Seok? – esa voz ronca sutilmente melosa. Su corazón palpitó de la misma manera que hace unos minutos.

– Jisoo...

– ¡Foto grupal! – Jeonghan tenía su teléfono listo para tomar un selfie. A lo lejos vio a Vernon acercarse incluso Wonwoo había salido de uno de los camerinos. – ¿Listos? 1...2...¡3! – al sentir el flash frontal salió del trance.

Abrió sus ojos, había regresado al bosque. Su ceño seguía fruncido. Y sus dudas incrementaron.

¿Qué fue eso?

« ¿Cómo se sintió estar en ese lugar? »

Como un hogar...

« Pronto entenderás lo que pasará. Por ahora, no luches contra las imágenes que recibas. Síguelos, sigue su corriente. Muchas dudas aparecerán pero, podrás contestarlas en el futuro. »

¿Por qué todo es en el futuro?

« Porque si todo fuera en el presente no podrías manejar la información. Créeme, te sentirías abrumado a punto de explotar. »

Créeme Jisoo, así me he sentido muchas veces a lo largo de mi vida.

« Y lo sé. Por esa misma razón te evito la angustia. »

¿Por qué haces tantas cosas buenas por mi?

« Porque no te quiero ver mal. Eres importante Seokmin. »

Y la calma lo envolvió. Sus pulmones respiraron el aire puro de la naturaleza, cerró sus párpados con delicadeza, enfocándose en su audición. A su lado derecho escuchaba la leve respiración de su hermano y a la izquierda escuchaba los leves ronquidos de Wonwoo.

Las noches eran peligrosas. Obligaban a pensar en la vida, en todos los acontecimientos, en todo lo malo y en lo poco bueno. Las noches sinceraban, creaban problemas, dudas, incertidumbre, ansiedad. La noche era todo un caos de cosas horribles, dolorosas, tenebrosas, inquietantes, causantes de miedo.

Pero, las noches eran las mejores para conocerse. Creaban sensaciones extrañas en todo el ser, mostraban todas esas partes que creíamos perdidas. Ese sentir de que nada está bien se iba. La noche era la viva representación de que todo tiene un lado bueno y uno malo. La oscuridad no es siempre el antagonista de la historia, a veces la luz es tanta que cansa, por eso llega la oscuridad. La oscuridad oculta las cosas, las mantiene a salvo, lejos de la claridad. La luz muestra los secretos al mundo. La oscuridad ni siquiera da indicios de que existieron.

Voces [Seoksoo/Jeongcheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora