Seungcheol
Estaba frente a un árbol, era grande y frondoso como un framboyán. Las hojas caían lentamente acompañadas de un viento frío de otoño. Unas pequeñas e inocentes gotas de lluvia caían en su rostro haciéndole cerrar sus ojos y dejarse ser. « Cuidado de las sombras. » oyó luego de ver una sombra salir detrás del árbol. Retrocedió, no iba a ser estúpido y quedarse a ver qué pasaba con la silueta.
Se dio la vuelta dispuesto a correr cuando fue agarrado de la camisa y tirado hacia atrás. La sombra se había multiplicado y ahora habían más de seis. Con cautela se deslizó por debajo de una de las sombras y pudo ponerse de pie. Justo cuando iba a intentar enfrentarse con ellas la voz le advirtió que no se atreviera a defenderse.
Corrió de nuevo, esta vez más lejos que antes. Los árboles dejaron de existir y ahora solo habían puertas y un pasillo lleno de alumnos. Su corazón iba a mil por segundo. ¿Estaba soñando? ¿Cómo es que apareció en el pasillo?
– ¡Señor Choi! ¿Cómo se atreve a salir de la nada de mi salón? – maldijo en voz baja para darse la vuelta. – ¿Y? ¿Qué tiene que decir al respecto? Tiene que ser una excusa razonable.
Sus ganas de discutir eran cero y sus mentiras nunca eran buenas por lo que alzó los hombros y volvió a entrar al salón sin decir nada. El profesor estaba enojado ante el pésimo comportamiento de uno de sus mejores estudiantes.
– ¿Acaso tiene idea de la falta de respeto que acaba de cometer? No responderle la pregunta a uno de sus mayores está mal. – Seungcheol recostó su cabeza en el asiento y asintió sin prestar real atención a lo que decía. – ¿Quiere que llame a sus padres señor Choi? Estoy seguro de que no querrá que sus padres vengan desde Estados Unidos para darle un simple regaño.
– Entonces no los llame. – Acomodó sus cabellos para atrás al levantarse de su asiento y salir justo como entró. No iba a soportar ninguna otra queja de su profesor, mucho menos cuando sentía que su cabeza explotaba y no estaba muy bien mentalmente.
¿A qué viene este cansancio? Dormí bien, no me siento mal y desayuné hace nada. ¿Acaso hice algo mal? Pensaba durante todo el trayecto hasta la salida. Antes de bajar el primer escalón frenó. ¿A dónde me dirijo?
Escuchó unos pasos rápidos detrás de él y una respiración exagerada. Al voltear pudo ver a su hermano con su cuaderno en mano.
– Dibujé esto y no tengo idea de quién sea. – al ver el dibujo sus ojos se entrecerraron. Era un rostro delicado pero elegante. Tenía ojos alargados llenos de vida, unos labios medios y todo su cabello caía en sus ojos, ojos que transmitían paz. Nunca había visto a nadie así antes pero su cerebro intentó recordar a alguien con esa apariencia. – ¿Lo has visto antes?
– No. – agarró el cuaderno mirando sus páginas hasta dar con una que lo hizo sorprenderse. – ¿Qué es esto? – Seokmin miró su propio dibujo y dejó escapar un sonido extraño que fue tapado por sus manos. Sus ojos miraron toda la página, ¿cómo no se había dado cuenta? – ¿Por qué dibujaste un montón de árboles sin hojas?
– Yo... no tengo idea. Estaba en el salón y escuché la voz otra vez. Simplemente dibujé sin darme cuenta.
Miró el dibujo por última vez. Algo le decía que su hermano era la clave para descubrir qué pasaba. Era como una bomba que podía detonar en cualquier momento. ¿Pero cómo hago para que detone justo ahora? Su cabeza se llenó de muchas dudas como si las de antes no fueran suficientes y no supo qué hacer.
« Tendrás una pista cerca del bosque. » escuchó de repente.
– El bosque. – susurró su hermano. – Seungcheol escuché la voz otra vez. Me dijo que mi respuesta está en el bosque.
– Mi voz dijo que mi pista está cerca del bosque... – Seokmin frenó sus acciones y lo miró atónito. – ¿Qué?
– ¿También escuchas una voz? ¿Por qué no me dijiste? – sus brazos lo acercaron a él y lo abrazó lo más fuerte. – Estoy tan feliz de saber que no soy el único loco aquí.
– ¿Y quién dijo que estabas loco? – soltó una leve carcajada al separarse del abrazo. – Vamos al bosque entonces.
– La última vez que fuimos fue hace unos trece años. El último año que te vi ser feliz al lado de papá y mamá. – sonrió con melancolía. – ¿Estás seguro de que es una buena idea irnos en medio de las clases al bosque? ¿Así de la nada?
– No estoy seguro de nada, pero si nos quedamos, ¿descubriremos algo?
– Si esa es tu respuesta... entonces vamos.
El bosque quedaba algo distanciado del colegio, mínimo treinta minutos de distancia. Seungcheol conducía con cuidado mirando de vez en cuando a su hermano quien mantenía sus ojos cerrados, como si intentara contactar a la voz otra vez.
Es muy extraño. Pensó que tal vez esto seguía siendo un sueño. Quizás uno muy real.
« Detén el auto y sal corriendo. » dijo la voz deprisa con un claro tono de desespero. « Ahora Seungcheol, no hay tiempo para pensar. » Le dijo a su hermano que saliese del auto sin preguntar y este le hizo caso. « Aléjate. » y así hizo. Ambos se alejaron justo al momento en el cual el auto estalló.
– ¿Qué demonios? – abrazó a su hermano protegiéndole la cabeza mientras caminaban más lejos del lugar. Para su suerte el bosque estaba a unos dos minutos caminando. – ¿Qué ha sido eso?
– ¿Ahora qué hacemos? – no existía respuesta. Las voces estaban calladas y ellos estaban solos.
Ya en la entrada del bosque, justo en la línea en donde la cuidad dejaba de ser edificios y construcción para convertirse en árboles y naturaleza, los hermanos frenaron esperando que la voz que seguía a Seungcheol hablase. Había dicho que existía una pista para él ahí mismo pero no veían nada.
– ¿Se puede ver, sentir o imaginar? – se preguntó a sí mismo.
« Aprendes rápido, Seungcheol. Estás comenzando a confiar en tu conciencia más que en tu razonamiento. » Sonrió inconscientemente recibiendo un pequeño golpe de su hermano al separarse. « Imagina que puedes sentir lo que más quieres y lo podrás ver. »
Seungcheol dudó de esa respuesta pero confió plenamente en aquella dulce voz. Sin más imaginó que podía sentir su libertad, libre de sus padres y sus mandatos como hijo mayor. Y de la nada apareció. Había una llave en el suelo debajo de las hojas marrones y rojizas. Estaba algo sucia pero se veía en perfectas condiciones.
Su hermano estaba algo confundido y parecía querer preguntar pero no lo hizo. Parecía que su hermano pensaba mucho en el significado de la llave. Lo único que pudo hacer fue sentarse en el suelo con la única pertenencia que pudo salvar; su cuaderno y su pequeño lápiz.
– Imagina que puedes sentir lo que más quieres y lo podrás ver...
– ¿Qué significa?
– Aún no entiendo completamente.
– ¿Para qué podría servir esa llave? ¿Qué podría abrir una llave en medio de un bosque?
– No es literal. Es algo que no podemos ver pero que podemos sentir. La llave abre la puerta de la libertad...
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Voces [Seoksoo/Jeongcheol]
FanficSeokmin, junto a su hermano Seungcheol, descubrirán algo que jamás esperaron. Llegarán unas voces místicas y hermosas para acompañarlos en su trayectoria. Tendrán varias sorpresas, ayuda de amigos y cosas inexplicables durante andar. Solo deben hac...