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Seokmin

– ¿Alguna vez terminará todo esto?

– Últimamente te has quedado sin paciencia cariño.

– Estamos a nada de saber la verdad y no encontramos la puerta aún. Estoy... – suspiró cansado. No sabía qué más decir. – ¿Podrías ayudarme?

Era de noche y estaban en la playa. Las estrellas los alumbraban vagamente junto a la luna llena. Jisoo se acercó quedando a dos pies de distancia. Seokmin necesitaba una dirección, una clave, mínimo una pista. Pero, esos ojos expresivos, ese par de estrellas que lo observaba como un bebé era lo que lo mantenía ajeno a las preocupaciones. Amaba mirarlo, los cabellos oscuros de Jisoo eran su perdición. Jisoo terminó de acercarse. Sus narices frías y blandas tocaban punta con punta.

– Necesito tranquilizarme, ¿no? – preguntó Seokmin sin apartar su mirar de ese par precioso.

– Me encanta tu lunar. – susurró atrapando la barbilla del contrario con simplemente tocarla con su dedo índice y pulgar, atrayéndola así hasta enredar ambos pares de labios. Un tacto atrevido, Seokmin al dejarse llevar tomó de prisionero al labio inferior de Jisoo dándole una pequeña pero lenta mordida. El beso continuó por leves minutos.

– Tienes unos ojos hermosos. – Jisoo abrió los ojos de manera enorme, parecía... ¿feliz? Sin embargo, al ver la cara de confusión de Seokmin bajó la mirada apenado.

– Me encantan tus ojos. – dio un beso breve. – Tu cabello, tu personalidad. – un beso algo más alargado. – Pero tus labios... – esta vez fue Jisoo quien atrapó el labio inferior del contrario dándole un mordisco pausado. Ambas manos de Jisoo atrapaban las mejillas finas de su acompañante impidiendo que existiera distancia entre ellos. Seokmin se sentía morir. Ese beso era verdaderamente un manjar para su sistema gustativo. Le encantaba estar cerca de Jisoo, le encanta sentir sus labios. – Tus labios me fascinan.

– ¿Por qué no puedo apartarme de ti?

– Porque sientes lo mismo que yo. Somos imanes cariño. Eres el sol y yo la luna. ¿Quien osaría en separar tal dúo?

– Eres increíble.

– Tú me haces ser así.

Tomaron asiento en la arena con vista al mar negro. Las olas iban y regresaban en un vaivén tardo.

– El mar está hermoso...

– Es un gran lugar... ¿No se te hace conocido?

– ¿He estado aquí antes? – Jisoo negó con una leve sonrisa.

– La casa es simbólica mas la puerta no. – soltó de la nada.

– ¿Dices que hay una puerta en el bosque? – asintió. – ¿Sabes dónde está? – asintió de nuevo. – ¿Me puedes decir? – negó. – Vamos Jisoo, ¿qué debo hacer para poder saber sobre su paradero?

– La puerta aparecerá justo en el momento en el que te des cuenta de que algo no está bien.

– ¿A qué te refieres?

– Cuando veas a tu alrededor y notes que algo no debería estar ahí.

Al despertar miró su alrededor. ¿Que podría ser peculiar en medio de un lugar tan místico? Por un momento observó a los chicos quienes suspiraron de alivio. Seungcheol pareció querer preguntar algo mas no lo hizo.

– Descansemos. Ya estamos aquí, mañana buscaremos la respuesta. – sugirió Seungkwan. Los chicos apoyaron su idea buscando un lugar cómodo para dormir.

Voces [Seoksoo/Jeongcheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora