Voces [Seoksoo/Jeongcheol]

26°

Seokmin

Despertó con el sol quemando su rostro. Al mirar se dio cuenta de cómo había despertado; en la misma posición en la cual había dormido y le encantaba. Se sentía cómodo, y lo más importante, se sentía protegido. Jisoo seguía con los ojos cerrados permitiéndole admirarlo por un largo rato. Le encantaba ver esas pestañas que se mantenían enredadas las unas con las otras en un abrazo, sus labios cerrados con esa característica "alzadita" en sus comisuras dándole la sensación de que estaba sonriendo. Amaba ver su cabello caer hacia al frente y bailar con la brisa mañanera. Era realmente hermoso.

– Empezaré a cobrar por tantas miradas. – bromeó Jisoo aún con los ojos cerrados. Seokmin puso una mano sobre su corazón sobando el área.

– Me asustaste. Pensé que seguías dormido. – sonrieron sin decir más. Se separaron y, sin darse cuenta, eran el centro de atención del lugar.

Seungkwan mostraba una mirada graciosa junto a Wonwoo. Vernon y Minghao aguantaban la risa juntos mientras Mingyu ya había explotado entre risas. Seungcheol y Jeonghan los miraban con detenimiento, quizás también querían reírse.

– ¿Cómo les va a los segundos tórtolos? – preguntó Seungkwan sonriendo. Los mencionados tórtolos se sonrojaron levemente poniéndose de pie.

Tal vez minutos pasaron, quizás fueron segundos extensos. El tiempo no era algo realmente importante ahora. Lo que sí era importante era lo que pasaría pronto. Ese hoyo frente a ellos era la clave de todo. ¿Debían saltar? ¿Lanzar algo y ver a dónde llega? ¿Esperar por ayuda? No sabía qué hacer.

Los demás parecían confundidos también esperando por el dictado de los expertos. Lamentablemente los expertos no querían hablar. Jisoo miraba al suelo mientras Jeonghan observaba sus dedos aguantando las lágrimas rebeldes que amenizaban con salir otra vez. No querían aceptarlo pero, el final ya había llegado. Estaba justo frente a ellos y solo quedaba una cosa.

Despedirse.

– Bien, bueno... – comenzó Jisoo hablando con un nudo en su garganta. Rascó su barbilla buscando las palabras correctas.

– Ustedes deben... Yo...– lentamente su respiración se hizo peor y en vez de sollozar comenzó a hiperventilar.

– ¡Jeonghan! – Seungcheol apresuró sus pasos hasta él tratando de traerlo de vuelta a la calma. No entendían por qué el rubio había reaccionado de esa manera, era realmente triste verlo tan decaído de la nada cuando todos sabían que era un destello de felicidad.

Tomó un descanso por unos minutos en lo que su respiración regresaba a la normalidad. Los demás se sintieron aliviados al verlo mejor, un Jeonghan sonriente era mejor que un chico abatido. Aunque, quizás el verlo abatido lo hacía más humano.

Con las pocas fuerzas que le quedaban pidió que Jisoo dijera lo que debían hacer, que lo mejor era que se fueran lo más pronto posible. Seokmin tomó eso como algo que una persona desesperada por algo haría. Jeonghan parecía querer que todos se fueran rápidamente. ¿Por qué querría eso?

– El hoyo... – inhaló y exhaló dos veces. – Ustedes deben saltar.

– ¿Estás diciendo que debemos caer por ese agujero sin siquiera saber a dónde va ni cuan profundo es? – protestó Seungcheol.

– Ustedes confiaron en nosotros durante todo este trayecto, ¿por qué no confiar ahora? Estamos al final Seungcheol, caminaron por días, semanas y ha pasado incluso un mes o dos desde entonces. ¿Cómo es que dudas ahora? – Jisoo mantenía un rostro sereno antes de acercase a Seokmin. – Cariño, ¿tú confías en mí? – el mencionado asintió con detenimiento regalándole una pequeña sonrisa.