The secret // Woosan

Sin palabras

San había quedado atónito ante las palabras del peliazul, jamás se había imaginado algo tan horripilante como lo dicho por  aquel chico.

¿Como era posible que Wooyoung fuese de esa manera?

Ante eso no tenía respuesta alguna, lo único que deseaba hacer en ese momento era gritar, sí; gritar, deseaba con todo su corazón el querer tomar su celular del suelo e irse del lugar sin ningún gesto, drama o lo que fuese, sólo anhelaba desaparecer en ese preciso instante pero, sin embargo, le había prometido al rubio que no lo haría, no se iría por más fuerte que fuesen esas duras palabras.

-Si Wooyoung fuese eso que tú dices que es entonces...-San no sabía que decir, su cabeza era todo un remolino de sin fin de palabras confusas-lo amo más al no decírmelo, él tenía ganas de conocerme y yo a él desde un principio, por lo que no pudo simplemente llegar así como así presentándose con un: "Hola soy Wooyoung y soy asesino, ¿Quieres ser mi amigo?-Se burló el peliverde tomando un poco de aire.

-Eres en cerio un imbécil Kim Hongjoong-Dijo el rubio sacando el arma que traía detrás para apuntarle con ella.

San abrió los ojos a más no poder.

¿Acaso Wooyoung era capaz de matar a una persona solamente por una discusión?

Se preguntó San para sus adentros viendo como Wooyoung le apuntaba a Hongjoong y éste no hacia nada más que sonreír hipócritamente.

San, por inercia, se colocó frente Wooyoung con los brazos abiertos dándole la espalda al peliazul para que no le hiciera nada, temía a que su novio cometiera una tontería en plena calle.

-Lo ves, San todavía no me olvida y me sigue queriendo tanto que no soporta verme morir frente a sus lindos ojos-Mencionó Hongjoong para luego de un segundo comenzar a reír burlona-mente.

San cerró sus ojos con fuerza pues, de un segundo a otro, Hongjoong le había dado un beso en la mejilla, a lo que el rubio se molesto, el peliazul le mostró la lengua a Wooyoung y se fue, dejando al rubio muy cabreado y al peliverde muy nervioso y asqueado. Wooyoung iba a ir tras él pero San se lo impidió, necesitaba acabarlo de una vez.

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El aire en la sala de la casa de San era muy tenso, llevaban una hora así, sin emitir palabra alguna, San tenía miedo a preguntar y que de su boca saliera una tontería, mientras que Wooyoung, tenía miedo al tener que contarle al peliverde lo que había echo hace un par de años y, por consecuente, decirle el daño que había causado antes de conocerlo.

El rubio suspiró, había llegado la hora de decir la verdad y dejar de callar para así poder librarse de ese inmenso y dañino sentimiento.

-San-Le llamó Wooyoung, el mencionado sólo le miró con tristeza esperando lo que su novio diría.

Ambos se miraron un breve momento y luego el rubio bajó la cabeza, lo que estaba por decir no era fácil, sabía de antemano que el tener que contarle a San lo que había experimentado era muy peligroso pero...él, su San, le había prometido escucharlo y no irse de su lado aunque él mismo se lo pidiese, o al menos eso esperaba.

Algunas veces es difícil cumplir esa promesa.

-Sólo habla, prometí no irme, además....estamos juntos en esto ahora-Sinceró el peliverde con una sonrisa dándole ánimos a su novio para que continuara.

Wooyoung se sintió, por un momento, más relajado, tal vez el desahogarse con San le haría bien, le demostraría que confía plenamente en él, en San, en el amor de su vida, el único que lo llenaba por completo y que le hacía suspirar con tan sólo pronunciar o pensar en su nombre.