El amanecer había llegado con mucho viento, al parecer el invierno estaba más cerca de lo esperado. A varias personas se les podía ver caminando por las calles bien abrigados ya que el frío no daba para más. San se levantó con un poco de flojera, era lunes y esos días los odiaba y detestaba a mas no poder, miró a su izquierda y notó que el rubio no se encontraba a su lado lo que, por un breve momento, le hizo sentir mal ya que creyó que todo había sido un simple sueño de lo que en verdad deseaba.
Se dio un baño rápido pero bien y se vistió adecuadamente para ir a la escuela, al bajar las escaleras escuchó como algo de metal, o al menos así se le figuró, hizo ruido al caer al suelo, con miedo y curiosidad, se dirigió a la cocina para encontrarse con un Wooyoung lavando su mano en el fregadero.
-¡Por dios Wooyoung! ¿Qué te pasó?- Dijo San corriendo a donde se encontraba el rubio.
-Nada, es solo que no me di cuenta de que había puesto el tazón de agua caliente en la barra y lo tiré sin querer y pues...el agua cayó en mi mano, nada grave-Sinceró Wooyoung sacudiendo su mano a la vez que soplaba la misma para "evitar" que le ardiera mas.
San lo miró molesto y caminó al baño para sacar del botiquín un bote pequeño de pomada curativa para ese tipo de casos especiales.
-A la próxima sólo apaga el fuego y deja ahí el tazón por favor-Le regañó el peliverde tomando la mano del rubio con delicadeza para colocar un poco de pomada sobre la piel roja de la mano del rubio para curarla.
-Aaah maldición, Sannie eso duele-Se quejó el mayor frunciendo se ceño y con un semblante de dolor.
Adoraba el que San lo curara pero odiaba tener que soportar el dolor. Simplemente no le agradaba la idea de tener que lidiar con una herida o rasguño.
-Ya lo se pero es por tu bien-Contestó el peliverde regalándole un beso al rubio en los labios.
-Eso no me quitará el dolor-Murmuró Wooyoung con un puchero en sus labios, uno que a San le hizo sentir ternura pues el rubio parecía un niño pequeño enojado por haberse golpeado.
-Pero si te hará amarme más-Dijo San con una sonrisa en sus labios.
Wooyoung lo miró y rió.
Lo quería y adoraba demasiado, Sannie lo era todo pero...había algo que lo ponía nervioso y le hacía sentir temor. No quería perderlo.
-Ya no te burles de mi grave herida y date prisa que si no llegaremos tarde por tu pérdida de tiempo-Contestó Wooyoung cruzándose de brazos.
San rió y se dirigió de nueva cuenta al baño para guardar la pomada, su novio tenía razón, si no se apuraba se le haría tarde.
Un pequeño mareó se hizo presente de un segundo a otro haciendo que se apoyara en la pared con una sola mano, se sentía mal y con ganas de llorar aunque no tenía razones para hacerlo. Sin mas y sin protestas caminó a la puerta principal en donde ya se encontraba Wooyoung esperándolo con su mochila en mano.
-¿Listo?-Preguntó el rubio abriendo la puerta para que San saliera, el mencionado solo asistió y salió rumbo al auto del contrario- Hoy cuando te recoja te traeré a casa y me iré porque tengo algo que hacer en la empresa de mi padre-Explicó arrancando el auto y poniéndolo en marcha.
-¿Puedo ir contigo?-Pidió el peliverde casi a modo de suplica y con una sonrisa.
Wooyoung le miró de reojo y rió, era imposible negarle algo al menor teniendo en cuenta que era adorable cuando el otro hablaba o hacia pucheros solamente para convencerlo y obtener lo que quería, amor, cariño y atención por parte de él. Nunca se había sentido tan afortunado al tener a una persona como San
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The secret // Woosan
Random-No soy antisocial porque quiera, es solo que tengo que hacerlo. Eso es lo que decía San, un chico para nada querido por los alumnos ya que decían que era muy antisocial. La mayoría del tiempo sus recuerdos lo atormentan cada noche sin que los pudie...