Por ti

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Había despertado con los ojos rojos e hinchados, pues se la había pasado llorando la mayoría de la noche, aquella imagen seguía pasando por su cabeza una y otra vez, pero sabía a la perfección que eso no se comparaba con la atrocidad que había echo, se sentía muy mal y su conciencia no lo dejaba en paz, la imagen del rubio apareció en su mente sin permiso, quería seguir llorando pero los ojos le dolían y ardían, lo más probable es que el contrario estuviera igual que el, dolido y lastimado por dentro, se acercó a su espejo y miró el reloj para luego mirar su reflejo en la pieza de vidrio, eran las siete de la mañana.

-Él no llegó-Murmuró mirándose a si mismo, se suponía que el rubio tenía que pasar por él para llevarlo a la escuela.

Lo comprendía a la perfección, muy probablemente el rubio no quería verlo y estaba en todo su derecho, pero no importaba, luego iría a verlo en la empresa para aclarar las cosas, sí, eso haría. Caminó al baño y tomó una larga ducha para quitarse un poco el estrés, sintió el agua tibia caer sobre su cuerpo y sonrió con tristeza, ni siquiera una ducha podía limpiar todo lo malo que le había echo al rubio, después de terminar de bañarse se vistió y caminó a la salida de su casa, iría a verlo, no deseaba esperar ni un minuto más para explicarle a Wooyoung lo que en verdad sucedió, sólo esperaba que todo saliera bien y que el rubio lo perdonara o sino se sentiría peor de lo que ya estaba, no soportaría una herida más, ya estaba muy cicatrizado.

-Cielos Wooyoung, por favor perdoname-Murmuró el peliverde mientras caminaba en dirección a la empresa del rubio, estaba nervioso.

Miró el gran edificio y suspiró pesadamente a la vez que enfocaba su mirada en dos hombres vestidos de negro con lentes oscuros y un micrófono en la oreja izquierda, frunció su ceño y caminó directo a la puerta para entrar pero fue detenido por los dos hombres, que eran un poco más altos que él.

-Nombre-Musitó uno de los hombres con tono serio.

-Ammm, soy San-Dijo el peliverde con nervios ya que los dos hombres lo miraban con sus caras serias.

-Usted tiene prohibida la entrada a este lugar-Aclaró el otro hombre empujando levemente al peliverde para que retrocediera.

San los miró sin comprender nada, seguramente era una falta ortográfica o una falta en su vocabulario porque aquellos hombres estaban equivocados.

-Tiene que ser una confusión, yo soy el novio de Wooyoung y...-Iba a continuar pero fue interrumpido por uno de los guardias.

-El hijo del jefe Jung dio la orden de que nadie llamado San, o mas bien, Choi San, podía entrar al edificio-Aclaró el guardia.

-Dejó en claro que quien lo dejara entrar saldría de la empresa, y no con vida-Soltó el otro hombre.

San abrió su boca por la sorpresa, no lo podía creer, no le cabía en la cabeza el hecho de que Wooyoung hay impedido su entrada al edificio, tenía que encontrar un modo de entrar para poder dar su versión de las cosas. Miró a ambos guardias y volvió hacia ellos con enojo, tenía que entrar de alguna u otra forma por lo que decidió correr hasta la puerta para lograr su cometido, algo que no pasó ya que los dos guardias de seguridad lo habían detenido, sin embargo, no se dio por vencido.

-¡Sueltenme! ¡par de idiotas! ¡no ven que quiero hablar con Wooyoung!-Gritaba el peliverde a la vez que pataleaba para que los dos hombres lo soltaran, ya que él estaba agarrado con ambas manos de la manija de la puerta a la vez que los dos hombres lo tenían agarrado de la cintura para quitarlo, algo que no funcionaba.

-¿Que rayos es esto?-Cuestionó el rubio con molestia al acercarse a ellos, los hombres soltaron al peliverde y éste se soltó de la puerta, el rubio enfocó la mirada en el contrario y frunció el ceño para luego mirar a los dos guardias.

The secret // WoosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora