Decisión

240 30 4
                                    

Por su mente no dejaba de pasar una y otra vez esa propuesta del peliazul, tenía miedo, no podía creer que estuviera a punto de cometer una gran pero gran tontería sólo para salvar la vida de su novio, debía estar loco pero tenía que hacerlo, no soportaría la idea de perderlo.

Se encontraba sentado en una esquina de la habitación con sus rodillas pegadas a su pecho mientras su cabeza estaba escondida entre ellas, estaba llorando en silencio, el estar encerrado en un sólo lugar, sin agua y comida y durante dos horas...le hacía sentir aún peor. La puerta de la habitación se abrió, levantó la mirada y los vio ahí a ambos, su corazón comenzaba a latir muy fuerte por el temor a que algo saliera mal.

-Hola Sannie cariño-Saludó el peliazul con una sonrisa a la vez que tomaba de la mano al otro chico que le acompañaba-Creo que ya conoces a...Siheon-Señaló al pelirosa.

-Tú mas que nadie sabe que no se llama Siheon, sino...

-Hay mira, mejor ahorrate tus palabras, todos, menos tu...amado novio, que por cierto es muuuuy bueno en lo suyo, sabe que mi nombre es Yeosang, Kang Yeosang, la persona que te destruirá lentamente-Mencionó el pelirosa con una gran sonrisa burlona mientras miraba a San.

-Eres un...

-Mejor callate y dime de una maldita vez tu respuesta-Dijo el peliazul con voz dura esperando impaciente a que el contrario hablara.

El peliverde suspiró al mismo tiempo que desviaba su mirada hacia una ventana pequeña, no estaba seguro de dar su última palabra pero, desafortunadamente, el mundo estaba en su contra de nueva cuenta, miró a los ojos al peliazul y le sonrió, tal vez era lo mejor.

-Esta bien, acepto tu...tu propuesta con la condición de que no toques a...Wooyoung-Dijo sin más con una mirada fija y dura dirigida al peliazul.

-Bien, ya sabes lo que pasará si te retractas de tu palabra-Finalizó el peliazul con un semblante triunfante.

Por fin lograría vengarse de Jung Wooyoung, la persona que le destruyó la vida hace tiempo ya. Era como un sueño echo realidad, se sentía bien a pesar de sentirse un poco mal por dañar a su...antigua pareja.

-Yo me largo, oh, y por cierto, San, dale a Wooyounggie un beso enorme de mi parte-Finalizó el pelirosa saliendo de la habitación.  

San se sentía la peor persona del mundo justo en ese momento, no se encontraba bien al pensar que besaría a Wooyoung luego de haber sido besado a la fuerza por Hongjoong, algo para nada lindo.

-Levantate, te iré a dejar a casa-Informó Hongjoong saliendo del cuarto siendo seguido por el peliverde.

☆☆☆☆☆☆☆☆
Manejaba tranquilamente hacia la casa del peliverde con una sonrisa, adoraba estar con él todo el tiempo y sabía de antemano que era la persona mas especial en su vida, todo de San le encantaba y adoraba. Al notar que ya estaba frente a la casa, aparcó su auto frente a esta, justo al otro lado de la calle, bajó de su auto y cruzó hacia el otro lado, cuando ya estaba ahí toco la puerta pero...nadie contestó, volvió a tocar de nuevo y nada, comenzaba a preguntarse si su novio había salido o se había quedado dormido.

-¿Dónde está San?-Se preguntó mirando por una de las ventanas para ver si había alguien pero no había ni una sola sombra de vida.

Comenzaba a preocuparse.

El sonido de una moto llamó por completo su atención, no podía creer lo que veía con sus ojos, se sentía traicionado de la peor manera, era San, su novio, siendo acompañado por...

-Hongjoong-Gruñó con coraje para si mismo al notar que el peliazul se quitaba el casco al mismo tiempo que San.

Sintió que su corazón se rompía en miles de pedazos, no podía creer que San, SU novio, estuviera con otro hombre, y mas...con Hongjoong, la persona que tanto detestaba a mas no poder, sin ninguna duda, y sin pensarlo dos veces, sacó el arma que siempre traía y disparó cerca de las llantas de la moto llamando así la atención de ambos, Hongjoong le miraba molesto y San, San lo miraba con un semblante de sorpresa combinado con miedo, el peliazul bajó de su moto para luego caminar hacia el rubio con molestia y furia reflejada tanto en su mirada como en su semblante, el peliverde se había quedado anonadado en su lugar sin poder moverse, todo le había caído de sorpresa.

The secret // WoosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora