The secret // Woosan

Él...

Un nuevo día ya había comenzado, y esta vez si me logré levantar temprano, aunque todavía tenia sueño, me di una ducha rápida, me vestí y baje a la sala a esperar a Wooyoung, segundos después escuché el claxon de su auto y salí de mi casa con mi mochila en mi hombro y mi celular en mano, cerré con llave y entré al auto saludando a Wooyoung con una leve sonrisa, la verdad es que no tenía fuerzas ni para sonreír, un dolor seguía en pecho y todo por culpa de Hongjoong, quien había aparecido en mi vida de nueva cuenta, y solo para traerme problemas.

-No preguntare nada, sólo esperare a que tú me digas el por qué despiertas triste todas las mañanas-Me dijo Woo arrancando el coche para luego ponerlo en marcha.

Debería contarle todo.

Me dije internamente, sin embargo, no podía, no estaba listo para contarle lo demás que ese idiota me había echo.

Maldije por dentro y...deje salir un suspiro que ni siquiera sabía que estaba sosteniendo, uno lleno de dolor y melancolía.

-Te lo diré...cuando me sienta preparado-Le contesté mirándolo pero él desvió su mirada hacia el camino que tenía en frente-No te...te molestes conmigo- Dije, Wooyoung sólo rió.

-Nunca me molestaría contigo-Dijo sonriente, yo solo aparte la mirada hacia la ventanilla, me encontraba nervioso.

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Aburrido, cansado y desesperado.

Así me sentía después de haber tenido cuatro horas seguidas de matemáticas, como detesto esa materia, y aún más los quebrados, no existía día que no me viera siendo atormentado por numerosos números inútiles, no me dejaban ni descansar.

Me senté en el pasto del patio trasero de la universidad apoyándome en un tronco de un árbol, estaba realmente cansado, ni siquiera tenía fuerzas para levantarme cuando dieran inicio de nuevo las clases, miré hacia el cielo y una leve brisa cayó sobre mí, estaba comenzando a llover levemente, bajé la mirada y me encontré con un chico de cabello cobrizo caminando hacia mi, no sabía quien era, ya que nunca en mi corta vida lo había visto, pero mostraba una sonrisa.

-Eres San, ¿cierto?-Me preguntó el chico mirándome de arriba a abajo como analizando si de verdad era yo el mencionado.

-Si, y tú eres...

-No te diré, así que no insistas, sólo te vengo a advertir que...tengas mucho cuidado con...él, sinceramente planea destruirte como casi lo hace conmigo, ten por seguro que ese idiota solo te quiere usar-Finalizó el chico para luego irse.

Me había dejado con la intriga.

¿Quién era ese chico?

¿A qué se refería con...él?

¿Por qué no me dijo su nombre?

Muchas preguntas gigantes para mi pequeño cerebro.

Sin darle importancia, caminé hacia mi salón de clases con flojera, tenía mucho sueño. Las clases transcurrían con normalidad pero...no podía concentrarme, las palabras de aquel chico de cabello cobrizo seguían rondando por mi cabeza, no tenía ni idea de a qué se refería, de cierta forma, me comenzaba a dar miedo todo.

Sus palabras.

Su mirada.

Su tono de voz que mostraba más bien preocupación.

Simple y sencillamente...algo muy extraño, un chico para nada normal.

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El sonido del timbre de salida se escuchó por todas partes, los alumnos salían de sus salones con prisa como si se tratase de una embestida de animales salvajes huyendo del peligro, a comparación de ellos, yo salí con suma tranquilidad, me sentía un poco mareado y mi fuerza para sostenerme era escasa por lo que caminaba apoyándome de los casilleros con mi mano izquierda, mi vista era un tanto nublada pero podía reconocer bien en donde estaba. Cuando llegué al estacionamiento, pude divisar a un chico de cabello rojo y a uno de cabello negro, al momento de estar más cerca de ellos pude notar que se trataba de Mingi y Seonghwa, los amigos de Wooyoung, quienes me estaban esperando recargados en el auto del pelirojo.