Torturar

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El mayor se había quedado atónito, las palabras de su hijo le habían dejado muy sorprendido, al principio le fue difícil entender todo eso pero cuando el rubio le mostró los mensajes que le llegaron y los anteriores, no pudo evitar sentir su estómago arder, estaba lleno de coraje. El rubio le dijo que no asistiría a la cena con los demás inversionistas, su padre al principio se negó pero luego terminó aceptando.

-Hijo, te lo pido de corazón, no vayas a cometer una tontería, o al menos no por ahora-Pidió el señor Jung a la vez que tomaba al rubio de los hombros.

-Trataré, pero con el hecho de que ese idiota tiene a mi San...no estoy seguro de poder hacerlo-Sinceró el rubio dirigiendo la mirada al piso.

Sabía como terminaría eso, todo estaba empeorando, tenía muy en cuenta que siempre actuaba por instinto y no se detenía a pensar en las consecuencias pero...le estaba comenzando a irritar la forma en la que el peliazul estaba desquitándose, algunas veces le daban ganas de ir decirle que su hermano estaba con vida pero eso sólo le traería mas problemas, además, le había prometido a Jongho que no le diría a nadie; era una promesa y él nunca rompía sus promesas.

-Wooyoung, vete con cuidado, no olvides que...esa arma que siempre portas necesita ayuda, no podrás vencer a Hongjoong yendo solo, tienes mi autorización para llamar a tus otros amigos-Aclaró su padre revolviendo el cabello de su hijo para luego retirarse y dejarlo solo.

Wooyoung miró a su padre y sonrió, una sonrisa que no duró mas de cinco segundos, giró sobre sus talones y salió de la gran oficina para dirigirse rumbo al elevador, marcó el número de la planta baja y una vez afuera salió de la empresa despojándose de su saco para luego lanzarlo en los asientos traseros de su auto.

-¡Wooyoung!-Gritó un pelirosa que iba acompañado por el pelinegro y el pelirojo-¿Por qué te vas?-Preguntó.

-Escucha Siheon, necesito hacer unas cosas importantes y no me voy a poder quedar, así que...los veo luego-Dijo con tono serio subiendo a su auto para arrancarlo.

-Wooyou...-Iba a hablar el pelirojo pero fue interrumpido por el rubio.

-Después hablamos, Mingi-Aseguró mirando al mencionado con el ceño fruncido para luego dirigir la mirada al pelinegro-También contigo, Seonghwa-Pronunció para después poner en marcha su auto y comenzar a manejar directo a su casa.

-Esto no esta bien-Dijo Seonghwa entrando a la empresa con preocupación.

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Abrió los ojos con suma lentitud y levantó la cabeza, todo estaba oscuro y no podía ver nada, trató de frotar sus ojos pero se percató de que sus muñecas tenían puestas unas esposas gruesas que estaban sostenidas a la pared con gruesas cadenas, sus manos quedaban colgando. Se exaltó demasiado cuando las luces de aquel lugar se prendieron de repente ocasionando que cerrara los ojos, los volvió a abrir lentamente esperando a que su vista se adaptara a la luz, fue ahí cuando notó que estaba en lo que parecía ser un sótano, uno de color gris que tenía telarañas en cada esquina del lugar, si no es que también en otras partes, aquel sótano tenía un aspecto lúgubre. Fijó la mirada en sus manos y pudo ver que de estas se deslizaban hilos de sangre, lo que le comenzó a asustar mucho ya que había recordado lo que le habían echo hace unas horas.

-No se te ocurra hacer la estupidez de gritar, querido San-Dijo una voz, cuando alzó la mirada pudo ver que era él, la persona causante de sus pesadillas.

-¿Q-qué estoy haciendo aquí?-Preguntó el peliverde mirando con confusión al peliazul.

-Escucha, San, lo único que busco es mi propia felicidad, y sólo la obtendré si...-Miró de arriba a abajo al menor-Te asesino-Confesó dejando al peliverde con la boca abierta-Pero no me mires así porque no es mi culpa, el que realmente es culpable es ese idiota que tienes como novio-Aclaró.

The secret // WoosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora