Parte "Cosas de alfa, cosas de omega"

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Tae se encontraba tocándose los labios, el hormigueo aún permanecía en su boca. Sus mejillas estaban calientes y no se atrevía a alzar la mirada. Un alfa lo había besado y no era cualquiera, era el más popular y el capitán del equipo escolar. ¿Era un sueño? El deseaba tanto estar en la seguridad de su habitación y que nada de esto fuera real, pero una risa lo saco de sus pensamientos y frunció el ceño.

-Dios, eres tan adorable

Tae lo miro mal y de pronto toda la vergüenza se convirtió en molestia, era su primer beso y él ni siquiera le pidió permiso. Jungkook abrió los ojos y lo miro sonriendo, poco a poco se puso serio

-Eh, ¿beso mal acaso?.-Dijo rascándose el cuello nervioso

Tae no respondió, levanto su pequeña mano y lo señaló enojado. Jungkook miro detrás de él por si había alguien interrumpiendo su momento, pero el omega lo estaba acusando de algo

-¿Qué hice mal?.-Preguntó en tono inocente

Tae abrió la boca indignado y dio un pisotón

-Era mi primer beso, tú alfa est....-Se tapó la boca con sus pequeñas manos antes de decir una grosería. Él no era así, su omega estaba... histérico. Jungkook era un alfa que no tenía derecho a robarse su momento especial, no importaba que fuera tan guapo y le gustara.

El alfa simplemente lo miraba con adoración, Tae seguía molesto pero no le importó y el alfa lo abrazó fuertemente

-Bueno, ahora puedo darte un segundo beso

Tae alzó su cabeza tan rápido y lo miro a los ojos asustado, nervioso

-No, tú no puedes hacer eso.-Dijo con sus mejillas sonrosadas. Jungkook le guiñó un ojo y beso su frente

-Te veo al final del día, te llevaré a tu casa y no acepto un no, omega. Ten cuidado

Sin más, se dio la vuelta y lo dejó en medio de la cafetería, temblando, con su omega retorciéndose de alegría y con un reclamo atascado en su boca. Jungkook no era su alfa, ¿o sí?

El pequeño Tae no pudo concentrarse a lo largo de sus clases, ese alfa no solo le robó un beso, ahora hasta su concentración. Agarró su lápiz y escribió con más fuerza de la necesaria. Nada estaba bien. Odiaba su fobia a las tormentas, nada de esto hubiera pasado si fuera un poco más valiente, no le gustaba considerarse débil. Ser omega no era sinónimo de nada, le molestaban los estereotipos, pero contra una fobia no podía hacer mucho.

Hobi intentó actuar normal, pero su mirada le decía que estaba aguantando las ganas de hacer bromas sobre su "increíble romance de almas gemelas", según él, que estaba viviendo con Jungkook. No había nada de por medio entre ellos, solo varios gérmenes por haber compartido un beso, pero nada más.

Para la última hora, le tocaba gimnasia, él y Hobi no eran muy buenos en los deportes, pero les agradaba pasar el tiempo al aire libre. Tras correr varias veces alrededor de la pista, porque el profesor les gritó que "los lobos jóvenes de hoy en día, no salen de los videojuegos y las redes sociales, necesitan ejercitar su animal interior y..." Tae simplemente lo ignoró y corrió hasta sentir que sus piernas le dolían. Era todo un perezoso y la idea de Jungkook sonaba de pronto tentadora, no tendría que caminar varas cuadras para tomar el autobús a casa. No, no podía desear nada que tuviera que ver con ese alfa.


-Entonces... ¿te espero afuera?.-Preguntó Hobi amarrando las agujetas de sus tenis

-Por supuesto que sí, te dije que nos regresaremos juntos

-Pero....-Intentó su mejor amigo


-Pero nada, me iré contigo, Jung... ese lobo puede quedarse esperando todo lo que quiera

-Por dios Tae, le gustas y prácticamente se confesó. Si no estuvieran destinados, tu omega lo habría rechazado al instante


-Hobi, no quiero hablar de eso. Él me insultó. - Dijo luchando por quitarse la camisa de deportes

- ¿Y cómo fue que lo hizo?

- ¿Te parece poco haberme robado mi primer beso? Es irrespetuoso, un alfa debe ser caballeroso. -Dijo poniéndose una camisa limpia y peinando su alborotado cabello.
- ¿Y cómo sabes eso si jamás te han cortejado?.-Preguntó divertido

Tae infló sus mejillas y lo miro sonrojado. Hobi río y decidió que era mejor irse antes de sufrir la ira del pequeño omega. Prometió esperarlo afuera de los vestuarios.

El pequeño Tae estaba muriendo de frío, a pesar de haber hecho algo de ejercicio, la temperatura estaba bajando nuevamente. Se puso una chamarra y estaba anudando los cordones de sus tenis cuando un fuerte ruido lo sobresaltó. Miro hacia arriba y vio que una chica, de cabello rubio, con una falda celeste y cabello corto llamada Jeongyeon, lo miraba con una ceja alzada.

Noche de TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora