Novena parte "El miedo es nuestro mayor enemigo"
Tae estaba escondido en uno de los pasillos de la escuela. Había regresado a la escuela luego de ausentarse un tiempo para evitar a Jungkook, pero para su buena o mala suerte, el alfa estaba al pendiente una vez que escucho que por fin había asistido a clases, por supuesto, Tae trató de esconderse, incluso tuvo que pedirle a su madre con toda la vergüenza del mundo que lo marcará con su olor como cuando era un pequeño lobo, no quería que sus tontas feromonas lo delataran.
A lo lejos, vio como Jungkook miraba en todas direcciones, suspiró y se recargó sobre la pared, llevó una mano a su acelerado corazón tratando de calmarse. Estaba bastante nervioso y odiaba el hecho de que unos días lejos del colegio no hubieran ayudado en nada. Aún recordaba la sensación que vivió cuando estuvo en la cabaña con el alfa.
¿A quién podía engañar? No lo odiaba, pero... no estaba listo para reconocer que por primera vez creyó que había encontrado a su destinado. Además, alguien como Jungkook jamás se fijaría en él.
Tae suspiró con tristeza y se miró de arriba abajo. Sus pequeños vans, su gran suéter azul cielo, no era taaan alto, y la ropa le quedaba 2 tallas más grandes, seguro lucía como un torpe.
El pequeño omega estaba a punto de llorar, a veces odiaba ser omega por ese tipo de razones era muy sensible ante ciertos pensamientos. Tae se limpió la pequeña lágrima que escapó de uno de sus ojos y respiró hondo. Lo mejor era que Jungkook se olvidará del asunto, no quería tener que enfrentarse a un rechazo solo por confesar sus sentimientos hacía alguien que siempre ha brillado, que puede tener a cualquier omega y, sobre todo, a alguien que solo acudió a él porque tenía miedo y era lo que su instinto le decía.
Cuando vio la hora en su reloj, sabía que era tiempo de huir antes de llegar tarde a su clase o encontrarse con el alfa, pero el pequeño Tae jamás se enteró que, aunque el tratará de ocultarse su alta siempre lo encontraría, porque estaban destinados, aunque a él le costará trabajo aceptarlo. Jungkook sonrió y negó con la cabeza cuando lo vio correr por el pasillo en dirección contraria a la suya, no lo siguió, pero estaba feliz de volver a verlo, le daría el tiempo que fuera necesario, unos días más o quizás hasta la hora del almuerzo, solo quería protegerlo, incluso de sus propias inseguridades.
**
Jungkook trataba de no entrar en pánico, pero ¿cómo podía hacerlo cuando el último rastro de su omega estaba rodeado de otros aromas? Lobos puros, para ser exactos.
-¿Yoongi?.-dijo tragando el nudo que se formaba en su garganta. Su mejor amigo suspiró y apretó los labios en una línea fina
-Fueron ellos.-Dijo sin mirarlo, el alfa trataba de seguir el rastro a través del bosque. Habían pasado un par de años y su orientación no era muy buena.
-¿Cuántos?
-No lo sé, dos, quizás 3. Siempre salen en grupos
-¿Puedes seguirlos? ¿Crees qué le harán algo?
-No, lo dudo, mi padre podrá haberme exiliado de la manada, pero no es ese tipo de hombre.-Dijo con una mueca.-Podrían interrogarlo, es un omega, en una reserva y cerca de donde viven ellos. Probablemente no confíen en su palabra
-¿Cómo se supone que un omega como él represente una amenaza?.-Gritó furioso
-Precisamente por eso, J.-Dijo mirándolo serio.-¿Quién dudaría de un omega? Nadie. Mi padre no se fía y mi familia no es la única manada del lugar, ni de la ciudad ni del país. Hay clanes con los que suelen haber conflictos y podrían tomar a Tae como uno de ellos
-Estás hablando puras tonterías
-No, J. Como amigo tuyo que soy, debo ser honesto, no lo van a matar, pero probablemente el pequeño esté muy asustado, por eso tenemos que darnos prisa.
Jungkook lo miró, temía que sus palabras escondieran algo más grave. Yoongi suspiró, negó con la cabeza y cerró los ojos luchando por lo que tenía que decir
-Tenemos que llegar antes de que... mi padre tome la decisión de vengarse por dudar de la palabra de tu omega, si no lo hacemos, le dará permiso a uno de sus alfas de reclamarlo como suyo.-Jungkook parecía atragantarse después de eso. El alfa continuó. -No van a forzarlo a nada, pero cuando le asignen un alfa y si queremos recuperarlo no será fácil. -Soltó una risa irónica que asustó más a su mejor amigo. - Soy de una maldita manada, J. Y mi padre tiene estas costumbres... si quieres un omega tendrás que luchar por él... hasta la muerte.
Un duelo. Su omega no era un tipo de mercancía para ser el premio de un torneo entre alfas. Su estómago se revolvió, escupió la bilis que recorrió su garganta y miro a Yoongi.
-Llévame, llévame con ellos y si... si llegamos tarde lo haré. Me enfrentaré a quien sea.
-Son lobos puros J
ESTÁS LEYENDO
Noche de Tormenta
Hombres LoboTae encontró a su alfa de la manera menos esperada. Jungkook solo quería protegerlo de todo y hacerlo confiar en su amor