Capítulo 20 "Cortejo y nuevos peligros"

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Tae nunca se había sentido tan emocionado como cuando arrancó el pequeño calendario que colgó sobre su puerta. Para ser un lunes por la mañana, el omega lucía feliz, pues ese día su castigo terminaba y aunque su madre tenía cierto recelo hacía el alfa que llevó a su hijo a casa luego de más de un fin de semana fuera de casa, sería difícil para ambos que ella aceptara su relación.

El pequeño lobo dio brinquitos mientras arrancaba las hojas y las hacía bolita. A pesar de las visitas de su mejor amigo, extrañaba a su alfa, incluso con todas esas llamadas nocturnas que tenían a escondidas.

Luego de revolver su armario para buscar un buen atuendo, ignorando el consejo de Hobi sobre buscar "algo que provoque que tu alfa esté detrás de ti por toda la escuela", sus palabras no las de Tae, se decidió por un par de jeans negros y una gran sudadera lila. El frío poco a poco comenzaba a disminuir, así que optó por abrigarse con un gorrito de lana gris y una bufanda azul cielo.

Una vez vestido, tomó su mochila y bajo las escaleras a toda prisa.

-Me voy, nos vemos ma

Pero antes de que pudiera abrir la puerta y cruzar hacia la libertad, el gritó de su madre lo detuvo. La omega salió de brazos cruzados y con el ceño ligeramente fruncido

-¿Tan pronto? El autobús ni siquiera pasa a esta hora Tae, y peor aún, ni siquiera haz desayunado

El omega comenzó a jugar con sus manos, nervioso. Ansioso. Quería salir de ahí ya.

-Lo siento, no tengo apetito, además quiero llegar temprano y... quiero caminar un poco

-Tae

-Lo siento, de verdad. Hobi me verá allá, estuve 2 semanas encerrado, quiero sentirme normal mamá, despejarme

Pero su madre no estaba tan convencida, tenía miedo, pero tampoco quería retenerlo, luego de darle un gran abrazo y hacerlo prometer que llamaría una vez que llegará al colegio, Tae salió por la puerta y corrió como si su vida dependiera de ello.

La sonrisa del omega se dibujó una vez que giró en la esquina de la calle, cuando vio la camioneta negra de su alfa, quien estaba recargado, con los brazos cruzados. El omega chilló con emoción y apresuró el paso. Jungkook frunció el ceño con el temor de que se tropezará, pero abrió sus brazos para recibir a un pequeño lobo emocionado y que cabía perfectamente entre sus brazos.

-Omega.-Lo regañó, peor Tae ya estaba restregando su rostro por el pecho de su alfa, llenándose de su aroma y buscando la calidez de su abrazo

-Te extrañé, alfa. Estar castigado apesta

-Mhm.-Coincidió mientras lo abraza más contra él y besaba su cabeza sobre su gorro de lana.-Pero entiendo a tu madre, ¿sabes? Si yo tuve pánico, ella debió pasarla mal Tae

El omega se alejó y lo vio con un puchero sobre sus labios, se alejó un poco y pinchó su pecho con su dedo acusatoriamente

-Bueno, eres mi alfa, es normal tener miedo. Me disculpe con ella, pero estar encerrado fue... horrible, alfa. Tú no lo sabes

Se quejó como si fuera lo peor del mundo y Jungkook solo terminó riendo, besó sus mejillas rojas por el frío y abrió la puerta para que se subiera

-Estoy seguro que lo fue.-Ironizó mientras rodeaba el auto para ocupar su propio asiento

-Alfa, no te burles

-Lo siento, bebé.-Encendió el auto y activó la calefacción.-¿Por qué no vestiste algo más abrigado, Tae?

-No hace tanto frío

Noche de TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora