Doceava parte "Promesa"
El pequeño se encontraba escondido entre los árboles. Hacía frío y decidió frotar sus manos para entrar en calor. Se asomó un poco más y alcanzó a verlo. Su madre le advirtió mantenerse alejada, pero él quería jugar con alguien.
El pequeño decidió salir de su escondite, sus pasos crujían sobre la nieve mientras se acercaba, se quedó quieto en cuanto escucho un quejido, inclinó su cabeza hacia un lado.
-¿Estás bien?
-¿Qué haces aquí?.-Respondió el lobo, tenía las mejillas rojas y empapadas, sorbió su nariz y se limpió el rastro de lágrimas con la manga de su suéter
-¿Qué te pasó?
-Que te importa, vete.-Gritó, le dio la espalda y permaneció agachado. Al pequeño le entró la curiosidad y decidió acercarse por completo, cuando estuvo lo suficientemente cerca, se asomó sobre el hombro del lobo y lo que vio le rompió el corazón
-¿Qué le pasó?.-Dijo asustado mientras se agachaba
-Vete, vete, no toques, solo vete.-Dijo el otro sollozando y alejó sus manos del pequeño animal que estaba en un caja
-Está herido.-Dijo simplemente
-¿Eres sordo? Vete, déjame en paz.-Dijo dándole un empujón que lo hizo caer sobre la nieve
-Oye, trato de ser amable.-Reclamó y se sacudió la nieve del trasero.-¿Lo hiciste tú?
-¿Qué? Por supuesto que no, tonto.-Dijo ofendido. Acunó un poco más al animal sobre sus manos
-Podría ayudarte
-No, solo vas a lastimarlo más y... n-no quiero que se muera
-No se va a morir.-Se acercó nuevamente y se atrevió a tomar al animalito
-Necesitó una venda.-Mordió su labio pensativo.-Creo que no podrá moverse en unos días, pero todo estará bien.-Dijo sonriendo. Su madre siempre le decía que ese gesto lograba curar el corazón de las personas, a veces le dolía la cara de tanto sonreír, pero si eso hacía feliz a la gente, lo haría siempre.
Pareció funcionar cuando el otro lobo dejó de llorar y asintió con la cabeza
-¿Y... eso es todo?
-Sip, ¿tienes alguna venda?
-No.-Susurró
El pequeño lobo asintió, miro a todos lados tratando de encontrar algo que les sirviera, pero en medio del bosque no habría nada. Se mordió el labio y suspiró, no quería que su nuevo amigo estuviera triste. Se puso de pie y comenzó a sacarse uno de sus sueters
-¿Qué haces?.-Gritó el otro
-Ayudar, espera.-La ropa se le había atorado en el cabello y ahora era un lío de brazos, y cabeza
-Dios, eres tan torpe.-Se puso de pie y lo ayudó a sacarse el suéter por la cabeza
-Gracias.-Sonrió.-Ahora, ¿puedes cortar esto?
-No tengo unas tijeras
-Pero eres alfa, puedes hacerlo, ¿no?.-Lo miró confundido
-Sí creo que sí
El pequeño asintió y espero. El lobo uso sus pequeños colmillos para arrancar un trozo, cuando se lo entregó, el pequeño se puso de rodillas y tomó al ave con cuidado, tenía un poco de sangre, pero estaba seguro que no era nada grave. Envolvió una de sus alas y trato de hacer un vendaje adecuado.
-Listo
-¿Y ya está? ¿Estás seguro?
-Sí, lo aprendí en un libro, confía en mí, nunca le mentiría a mis amigos
-Bien.-dijo tomando la caja entre sus manos y pegándosela a su pecho
Ambos se miraron sin saber qué hacer, sus mejillas estaban sonrojadas por el frío.
-Creo que deberíamos irnos
-Sí ya lo creo, mi casa queda un poco lejos
-Te acompañaré
-Oh no, no es necesario
-Me ayudaste, hace frío y casi anochecerá, no es seguro
-Bien
Ambos comenzaron a caminar y se adentraron al bosque nuevamente. No habían cruzado ninguna otra palabra, hasta que llegaron al camino que los llevaría a sus casas, a lo lejos se veían las luces de las pequeñas cabañas del lugar.
-Me llamo Jimin
-Soy Yoongi
-¿El hijo del líder?
Yoongi hizo una mueca y se encogió de hombros mirando al pequeño cuervo negro que llevaba en sus brazos
-Un día me iré de aquí.-Dijo de pronto
-¿Qué?
-Me iré, estudiaré algo que me ayude a proteger a los animales. Lo haré.-dijo sonriendo
-Oh, yo también quisiera irme
-¿Tu papá es malo contigo también?
-No, solo tengo a madre, pero me pone a estudiar mucho, odio leer, es aburrido aprenderse la historia de la manada. Quiero jugar, quiero transformarme y correr, pero ella no me deja
Yoongi asintió mientras acariciaba a la ave
-Te llevaré conmigo
Jimin abrió los ojos
-¿I-irnos juntos?
-Sí, cuando sea mayor y pueda irme, te llevaré conmigo, encontraremos un lugar mejor
Jimin asintió y sonrió, para luego acercar su mano hacia la de Yoongi, levantó su meñique y lo esperó
-¿Qué haces?
Jimin frunció el ceño.-Tenemos que enganchar nuestros dedos para que nuestra promesa se cumpla
Yoongi lo miro extrañado, pero levantó su mano y enganchó su meñique
-Promesa.-Susurró Jimin
A partir de esa noche, Yoongi tenía que "soportar" la presencia de Jimin, siempre lo buscaba para dar paseos en trineo, ir a los lagos congelados o enseñarle las constelaciones. En su cumpleaños, le regaló un suéter esponjoso y enorme, ese día había hecho más que ayudarlo y destrozar una de sus prendas, lo ayudó con una de sus preciadas aves y que su padre estaba harto de que perdiera el tiempo con ellas.
El alfa creyó que Jimin podía ser algo más un amigo, cuando lo conoció no se había presentado aún, pero todos pensaban que sería un omega, siempre ayudaba a todos y buscaba hacerlos sentir bien, pero también era un lobo fuerte y gruñón, podía enfrentarse a los betas o los alfas que presumían de haberse presentado, pero Jimin jamás les tuvo miedo.
La noche en la que abandonó la manada, recordó la promesa que se hicieron el uno al otro. Yoongi sonrió y negó con la cabeza. Tomó su mochila y una pequeña jaula con algunas de sus aves.
Él quería cumplir esa promesa, sabía que Jimin tenía una personalidad chispeante y quitarle la libertad era lo peor que podían hacerle, pero su familia pertenecía al consejo y no tenía otra opción más que convertirse en un ratón de biblioteca, aprender lecciones, escuchar historias y pasar su tiempo con los ancianos de las familias para aprender a dirigir a los lobos y aconsejar al líder de la manada.
Yoongi sabía que si él también aceptaba su destino, ambos seguirían siendo grandes amigos, pero el problema es que él no quería ser el sucesor de su padre, no podía ver a Jimin como un amigo y en su último cumpleaños el lobo también se había presentado como alfa.
ESTÁS LEYENDO
Noche de Tormenta
WerewolfTae encontró a su alfa de la manera menos esperada. Jungkook solo quería protegerlo de todo y hacerlo confiar en su amor