Noche de Tormenta

Capítulo 24 "Sueños y aromas"

La primera vez que Jimin soñó con ese alfa fue una noche antes de presentarse. Algunos confiaban en que fuese omega debido, pues desde pequeño era un cachorro rebelde y energético, pero demostró ser igual de fuerte que cualquiera, pero aun así su corazón era capaz de filtrarse en su mente y crear aquellas escenas que lo único que hacían eran confundirlo.

¿Sería posible?

Él en algún momento sería el sucesor de su hermano como consejero, no podía sentir algo más que admiración por le futuro líder y solo tenía que ser capaz de ofrecerle su ayuda, no imaginar besarlo bajo la luz de la luna, ni criar juntos a las hermosas aves negras que tanto le encantaban a Yoongi.

No... Jimin no podía, pero entonces cuando cerró los ojos esa noche, se vio a si mismo en medio del bosque, la luz del sol le lastimaba los ojos debido a la gran capa de nieve que se extendía por todo el terreno. Apretó los ojos y gimoteó por no ser capaz de admirar el paisaje, pero sabía que si lo intentaba iba a lastimarse.

Jimin se cubrió con la capucha de su abrigo, siempre solía usarlos, su madre decía que le daban una imagen elegante. Eran calentitos, así que aceptaba usarlos. A ciegas, intentó buscar un árbol y recargó su espalda, soltó un suspiro y se dedicó a escuchar los ruidos a su alrededor con los ojos cerrados.

Arrugó la nariz cuando un olor familiar le llegó, agradable y cálido. Ese lobo siempre olía a una combinación de chocolate caliente recién servido, a leña cortada y algún cítrico. Masculino y agradable, inconscientemente sonrió hasta que una grave voz lo sacó de su tranquilidad.

-¿De nuevo escapando?

Jimin abrió los ojos poco a poco, estaba comenzando a ocultarse entre las nubes, lo cual agradeció. Se quitó la capucha y frente a él apareció Yoongi. El alfa tenía una bufanda color menta alrededor de su cuello, llevaba un simple chaleco de lana y una playera del mismo color, sin olvidarse de los gorritos con los que solía protegerse del frío.

Sonrió y estiro una mano para acomodar su bufanda

-Pero me has encontrado, ¿cierto'-Ladeó la cabeza.-Creí que tardaría más, ¿debería huir más allá del bosque?

Yoongi solo rodó los ojos y alejó su mano

-Estaba cerca de aquí, es todo. Ni siquiera te olí.-Dijo encogiéndose de hombros, pero Jimin lo conocía mejor que eso

-Puedes admitir que te preocupaste, a estas alturas mi madre debió notar mi ausencia

-Oh, ¿es así? ¿Debo recordarte quien es el líder aquí, niño bonito?-Se burló inclinándose peligrosamente hacía Jimin, pero él no se inmutó, o luchó por no hacerlo, porque su corazón martilleó contra su pecho descontroladamente, agradeció que hiciera el frío suficiente para decir que el sonrojo de sus mejillas era por el clima

-Yo seré quien te aconseje, Yoongi, soy igual de importante porque... lideraremos juntos.-Sonrió, queriendo bromear pero sus palabras tenían un significado más profundo para el alfa frente a él, quien curvó su boca en una sonrisa y rodeó su cintura con un brazo

Jimin casi dejo de respirar.

-¿Y qué haces aquí entonces? Deberías estar leyendo esos libros tuyos, ¿Cómo siquiera podré confiar en ti?-Susurró sin despegar la vista de los labios de Jimin. El lobo, quien aún no se presentaba solo pasó saliva con dificultad y soltó una risita nerviosa

-¿Debería irme entonces?.-Enarcó una ceja

-Por supuesto que no. Y Jimin.-Dijo mientras acercaba más su rostro al del contrario.-No huyas, porque siempre te voy a encontrar