Noche de tormenta
Décima parte: "Hasta la muerte"
Tae no podía dormir. Luego de una taza de té, un par de velas de pachulí y su celular con la suficiente carga para llamar a su madre, el pequeño omega trató de tranquilizarse. Se sintió tan mal por preocupar a su madre y estuvo a punto de llorar. Nunca mentía, pero si le decía la verdad ella trataría de ir a buscarlo y era demasiado tarde para eso.
Sin querer arriesgarla, Tae inventó que estaba acampando con algunos amigos y debido a una inesperada tormenta, lo mejor era quedarse en el lugar y no conducir. Ella no le creyó del todo, pero gracias a Jin, quien no dejó de hablar, sonando tan convincente como si se conocieran desde hace años, su madre le permitió ir a dormir con un poco más de tranquilidad, prometiendo regresar al día siguiente tan temprano como pudiera.
El pequeño lobo se retorció una vez más sobre el nido de aquella habitación, milagrosamente no hacía frío, a pesar de que estaba nevando afuera. Tae se rindió y decidió levantarse. Tenía algo de sed y necesitaba despejarse. Aunque su falta de sueño no era por estar en una casa ajena, llena de extraños, amables, pero extraños, sino porque cuando encendió su teléfono no había rastros de algún mensaje o llamada de Jungkook. Se sintió patético, pero culpó a su miedo y desesperación de llamarlo una vez más, pero estaba demasiado lejos para que el alfa fuera capaz de escuchar su llamado. ¿Cierto?
Se estiró y tapo un bostezo con su mano, con mucho cuidado comenzó a caminar en puntillas en dirección a la puerta. No quería despertar a nadie, solo quería conseguir algo de agua. Abrió la puerta lo más silencioso que pudo. El enorme pasillo frente a él estaba totalmente a oscuras, solo era posible ver gracias a la luz de la Luna que se colaba por los enormes ventanales de la cabaña. Dio un par de pasos y cuando no escuchó nada a su alrededor o que le diera una señal de que había alguien espiándolo o vigilando, comenzó a caminar con más velocidad, pero se dio cuenta que fue una pésima idea salir descalzo, el frío del piso se coló por sus pies y comenzó a frotarse los brazos.
Extrañaba su casa, su cama, los abrazos de su madre.... Extrañaba esa sensación de seguridad que solo alguien era capaz de proporcionarle. Justo antes de dar la vuelta y dirigirse a la cocina, un ruido lo sobresaltó, giró sobre sus pies y quiso regresar a la habitación en la que había estado descansado, pero en su camino tropezó y tiró un gran florero que se encontraba pegado a la pared.
Tae estaba aterrorizado, pero no porque fuera a despertar a alguien, sino por la enorme figura que se asomó por una de las habitaciones y comenzó a caminar en su dirección. Era un alfa, podía notarlo en su aroma y en su gran altura.
-Detente.-Escuchó y la voz le erizo los vellos de la nuca
¿Estaba usando la voz en él? Tae quiso llorar. En un intento por huir y ponerse a salvo detrás de la puerta de la habitación, el pequeño chocó contra alguien y pensó que estaba atrapado
-No, no, no, no. S-suéltame.-Comenzó a balbucear cuando lo sostuvieron por ambos brazos.-¡No!.-Gritó
-Señor, ¿está todo bien?.-Preguntó el mismo alfa y Tae comenzó a temblar
-Sí, puedes retirarte.- Y Tae sintió terror, estaba solo, frente a alguien que no conocía y había destruido algo en aquella casa. Comenzó a forcejar con la otra persona, aunque el agarre que mantenían sobre él era suave y ni siquiera ejercían violencia sobre él
-Hey, shh, todo está bien. ¿Puedes tranquilizarte por mí, por favor?
Tae dejó de moverse y poco a poco abrió los ojos, encontrándose con el mismo chico de hace unas horas. No sabía su nombre. En realidad, podía decir que solo conocía a Jin y su madre, pero este chico... sus mejillas se sintieron calientes y asintió mientras se ponía de pie y disimuladamente se alejaba de aquel chico.
-¿Todo bien?.-Le dijo el lobo mientras sonreía
Tae solo asintió.
-L-lo siento.-Dijo con las mejillas enrojecidas
-Oh, no te preocupes, no era nada valioso. Mi madre ha cambiado mucha de sus cosas desde que Jin no es muy cuidadoso
El omega asintió otra vez. ¿Dios, te comieron la lengua Tae?. Pensó.
-Ok, entonces, ¿puedo saber a dónde ibas? Es decir, ¿te sientes mal?
-A-agua.-Dijo en voz baja, pero el otro pareció no escucharlo. Lo intentó de nuevo.-A-agua, yo... iba por un poco de agua
-Bien, vamos entonces.-Contestó y sorprendió a Tae cuando lo tomó de la mano y se dirigieron a la cocina.
**
Una vez sentado frente a la cocina y con un vaso de agua lo suficientemente grande para que 3 omegas bebieran de el, Tae seguía nervioso. El lobo que lo acompañaba se había entretenido con un par de alfas afuera de la cabaña, no supo de que hablaron, pero cuando volvió a entrar tenía la cara seria, pero sonrió de inmediato en cuanto lo vio.
-Lo siento, solo algunas cosas de la manada. En fin, ¿te sientes mejor?
-Sí, muchas gracias. Eh... Ustedes y Jin me han tratado con nada más que amabilidad
Eso lo hizo sonreír
-Ya veo, solo llevas unas horas aquí y Jin ya se robó toda tu atención, siempre ha sido sencillo para él hacer amigos, de todos modos es mi culpa. Un gusto conocerte, Tae. Soy Jimin
**
-¿Cuándo se supone que vamos a llegar?.-Gruñó Jungkook
-Lo siento, J. Lo mejor es dormir en el auto y esperar
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Noche de Tormenta
WerewolfTae encontró a su alfa de la manera menos esperada. Jungkook solo quería protegerlo de todo y hacerlo confiar en su amor