Sexta Parte "Promesa de amor, promesa de olvido"

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La primera vez que Tae experimentó el dolor fue cuando sufrió una fuerte caída desde lo más alto de un árbol. Tenía 7 años, el omega estaba harto de que los niños alfas se creyeran superiores, incluso siendo unos niños podrían ser crueles y creer que los omegas eran débiles, pero él no iba a permitir que se burlaran de él. Pero se dio cuenta de su error cuando escaló tan alto que no había manera de que pudiera bajar sin ayuda, todos los niños lo miraban, pero nadie lo ayudó.

Ese día, Tae se ganó el regaño de las maestras, un brazo fracturado y los gritos de su madre por darle un gran susto. El dolor de un hueso roto no se comparaba con esto.

La segunda vez que sufrió y lloró hasta quedarse dormido y sentir que se ahogaba, fue cuando su padre murió. El único alfa en quien confiaba y que lo hacía sentir el niño más protegido del mundo.

La tercera vez, fue por culpa de un chico que lo había protegido, el ladrón de su primer beso y el alfa que rompió su corazón mucho antes de ganárselo. Tae ni siquiera lloró. Ese día dio media vuelta, su cuerpo se movía como un robot, Hobi no dijo nada, se enteró luego de escuchar las risas de algunos jugadores del equipo y bromear sobre "el pobre omega y nueva víctima de su capitán".

No hubo reclamos, ni una sola lágrima. Tae llegó ese día a su casa y decidió irse directo a la cama. ¿Amor? Lo único que existía para él era el olvido.

**

Ya habían pasado 2 semanas desde "di algo más, solo menciona su nombre y dejo de ser tu mejor amigo", Tae ni siquiera quería pensar en la posibilidad que existió de que él y Jungkook fueran una pareja, ni siquiera recordaba la leve ilusión que tuvo por tener su primera cita. El omega actuaba por inercia, dormía, se despertaba, iba a la escuela, comía obligado por Hobi, pasaba las tardes al lado de su madre sin mencionar una sola palabra y reía en los momentos oportunos, ella no sospechaba. La presencia de Jungkook ni siquiera era una molestia, y no tenía nada que ver que en los últimos días se hubiera refugiado en la biblioteca y algunos de los laboratorios para almorzar tranquilo, ni su constante carrera en los pasillos para no tener que volver a verlo. En realidad, el alfa se había ausentado casi 3 días completos, para su fortuna.

El alfa había llegado a su vida de forma ridícula, pero agradecía que se hubiera ido antes de considerar entregarle su corazón. Quizás su destino era el fracaso y estaba tranquilo de que no hubiera pasado nada más entre los dos. Un beso no significaba nada, incluso cuando sus sueños eran sobre un jugador de fútbol que le contaba historias sobre estrellas fugaces, entre besos y promesas sobre nunca romperle el corazón.

Tae se reclamó a sí mismo varias por pensar en la última vez que estuvieron juntos. ¿Ya habrían sanado sus heridas desde el juego? Tenía que encontrar la manera de dejar de pensar en él, la mayor parte lo hacía, pero durante la noche era difícil. Pero lo estaba logrando. Pronto todo sería solo un recuerdo, o ni siquiera eso. Al final, todo había sido un simple desastre, tal como la tormenta que inicio todo, pero de alguna forma, habría días mejores. El pequeño confiaba en eso.


El omega estaba leyendo un libro, no había desayunado nada a excepción del pan francés que su madre cocino para él antes de ir al colegio. Hobi había insistido en ir a la cafetería, pero se negó. Simplemente no estaba listo para verlo. No aún.

Su tranquilidad se vio interrumpida cuando una enorme bolsa de papel fue colocada frente a sus ojos. Tae suspiró, cerró los ojos, suspiró y cerró su libro. Hobi tenía que dejar de ser tan insistente.

Al principio, su corazón dio un vuelco y le hizo doler el pecho. Sus ojos se abrieron de par en par pero tuvo que recomponerse de inmediato. Jungkook se había atrevido a buscarlo.

Tae lo miro y enarcó una ceja, la amabilidad no existía en ese momento.

-Hobi dijo que no comes.-Fue lo primero que dijo y tomó asiento frente a él.-Tengo que hablar contigo, pero primero quiero que comas, por favor.-Lo último lo dijo en un tono de súplica que el pequeño omega quiso chillar de preocupación.

-¿Tae?
-Lo siento, pero ¿qué haces aquí?
Jungkook parecía herido ante su tono de voz, ¿qué esperaba? NO iba a correr a sus brazos ni a cuestionarlo sobre la escena que vio. Todo estaba muy claro.
-Tae.-Repitió de nuevo
-Estoy en medio de algo.-Dijo retomando su lectura y sin mirarlo
-Omega

Noche de TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora