Treceava Parte "Mercy..."

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Tae se aferraba fuertemente al cuerpo de Jungkook. Tenía miedo y tenía el terrible presentimiento de que, si lo soltaba, nunca más volvería a sus brazos. El pequeño omega sollozaba bajito mientras su lobo trataba de calmarlo. 


-Omega, todo va a estar bien

Tae chilló y lo abrazó como si su vida dependiera de ello, tristemente era así. Ambos chicos escucharon un gran suspiro a sus espaldas

-Tengo órdenes de llevarme al omega de nuevo, no hagan las cosas más difíciles.-Habló el mismo beta que se había llevado a Suga, pero había regresado solo

-¿Dónde está mi amigo?.-Gruñó Jungkook, el lobo no le causaba miedo ni parecía amenazante, pero estaban al estar en una manada, no quería arriesgarse a desafiar alguna de sus costumbres

-Lo siento, no puedo decirle donde está mi líder

-¿Tu líder?

El beta presionó los labios y no contesto

-¿Tae?.-Dijo ignorando la presencia del otro lobo.-Necesito que.... Necesito que seas valiente, ¿de acuerdo?

-¡No!..-Gritó apretando sus pequeños brazos alrededor de Jungkook

-Por favor, yo no puedo hacerlo si no me prometes que estarás bien.-El alfa trataba de ocultar su nerviosismo, tenía miedo. Era bueno en el equipo escolar, los jugadores batallaban para poder derribarlo en cada partido, pero pelear con un alfa puro estaba fuera de sus límites.

-No, no no.-Taae negó varias veces y se negó a soltarlo, comenzando a llorar sobre el pecho del alfa. Jungkook no sabía quién de los dos estaba más destruido

-Tae... ¿recuerdas el campamento, cierto?.-El omega no respondió.-Estabas asustado, estabas tan asustado que fuiste capaz de llamar a tu alfa, a mí. Ese fue el día más feliz de mi vida porque conocí a mi omega.-Dijo mientras las lágrimas escapaban y rodaban por sus mejillas, abrazó con más fuerza al pequeño que tenía entre sus brazos.

-Ahora yo soy el que tiene miedo bebé y necesito que seas valiente por mi. -La voz de Jungkook se rompió. Estaba tan asustado de perderlo, no importaba cuánto daño le hicieran, no podía permitir que Tae terminará atado a alguien que no quería. Maldecía a Josh, maldecía las costumbres de una manada que usaba la violencia y a los omegas como si se tratara de un trofeo.

-Tienes que ser valiente, ¿puedes hacerlo? Ahora soy yo el que tiene miedo Tae y...

Pero el alfa no pudo continuar, rompió en llanto y se consoló con su omega. Tae respiraba con dificultad, le dolía el pecho y odiaba ser tan débil, pero la realidad lo golpeó como un puñetazo en el estómago. Él podía ser el alfa de alguien más, pero quien estaba en verdadero peligro era Jungkook. Su lobo podía morir a manos de alguien que parecía tan amable, pero que tenía deseos de cortejarlo a cambio de la muerte de alguien más. Tae se separó poco a poco y ver el rostro de su alfa lo destruyó. Jungkook tenía los ojos rojos, parecía un niño indefenso y asustado. Tae acarició sus mejillas y limpió las lágrimas que escapaban de sus ojos.

-Alfa.-Susurró bajito y tratando de sonreír. Ahora era su turno protegerlo, no podía hacerlo físicamente como Jungkook lo había hecho y como estaba a punto de hacerlo, pero Tae si podía hacer algo: cuidar de su corazón.

-Alfa, todo va a estar bien.-No era una pregunta, era una promesa.-Yo... voy a estar bien. Te lo prometo

El lobo solo asintió y volvió a abrazarlo. El beta ni siquiera se atrevió a separarlos. No hasta que unas campanadas comenzaron a sonar por los alrededores

Namjoon frunció el ceño y suspiró

-Lo siento, pero es hora

Tae ni siquiera lloró, quería gritar y retener a Jungkook, quedarse en esa especie de jaula para siempre, pero se mantuvo firme y no se movió de su lugar, aun cuando su corazón parecía desprenderse de su alma mientras su alfa era escoltado por un par de lobos. Jungkook ni siquiera lo miro.

Ambos tenían miedo, pero harían todo lo posible por mantenerse a salvo. Los sonidos de las campanas picaban en los oídos de Tae, pero cuando su alfa desapareció de aquella habitación, se perdió totalmente. Ni siquiera se resistió cuando fue arrastrado por el beta. Había tantos olores a su alrededor, la bufanda que Jungkook le había colocado alrededor del cuello lo ayudaron a controlar las náuseas gracias al aroma que desprendía la prenda de ropa.

Tae se mantuvo imperturbable, hasta que parpadeó y se dio cuenta que había sido transferido a una especie de plaza. Estaba en una especie de plataforma, echa de madera y con grandes torres a los lados. El beta permanecía a una distancia prudente, mientras que a su lado izquierdo, Jin había tomado lugar y lo rodeo por los hombros. Varias personas, lobos, formaron una especie de circulo. Había niños, chicas de su edad, hombres y mujeres con caras ansiosas. Tae buscó con la mirada a Jungkook en una esquina de la multitud. Estaba a una distancia considerable, pero sabía que su alfa estaba temblando por el frío, o por el miedo.

El omega trago saliva y empuñó sus manos hasta encajarse las uñas de sus dedos. Tenía que ser valiente, pero su alfa había sido despojado de cualquier tipo de abrigo, le había quitado la playera y la gente de aquella manada lo miraba divertido.

Tae desvió la mirada y encontró a Jimin. Lo miro por varios segundos, esperando encontrar algo que le indicara que era una persona mala, se había portado tan amable con él que le parecía imposible que luciera sonriente, cuando estaba a punto de hacerle daño a otra persona. El alfa vestía unos pantalones negros de chándal, no llevaba camisa, sus manos estaban rodeadas por un par de vendas, su pecho subía y bajaba rápidamente, como si estuviera emocionado. Tae sabía que su instinto animal estaba saliendo para hacerle frente a su rival.

El omega bajo la cabeza y rezó. Le pidió a cualquier deidad, a cualquier tipo de dios que tuvieran piedad con Jungkook y saliera vivo. Una sola lágrima corrió por su mejilla, pero la limpió rápidamente. No sería débil, se lo prometió a su alfa.

Sintió un apretón en su hombro, pero no se atrevió a mirar

-Lo siento.-Fue todo lo que dijo Jin y parecía realmente arrepentido

De pronto, todo fueron gritos. Un lobo de piel morena, robusto y enorme y que vestía una especia de piel de lobo, se acercó al centro de aquella plaza. Alzó un cuervo negro que mantenía atrapado en una de sus manos. La gente gritó.

-Aquí, el tributo.-Dijo mostrando el ave negra.- Que los dioses protejan a nuestro compañero y que la muerte sea amable con alguno de los dos.-El hombro sostuvo mejor al ave y de un solo movimiento le cortó la cabeza. El hombre formó un círculo con la sangre que chorreaba del animal y soltó el cuerpo inerte sobre la nieve.

Tae quiso vomitar, la gente comenzó a gritar el nombre de Jimin. Dos hombres fueron los encargados de escoltar a cada uno de los lobos hacía el centro. El omega no pudo evitar sonreír cuando Jungkook miró a su oponente, sin acobardarse y sin agachar la cabeza. Ambos serían valientes.

-Jimin, líder del consejo, tiene derecho a reclamar al omega como su pareja

-Él no es su pareja.-Gruñó Jungkook

-Tendrás que pelear por ese derecho, alfa.-Respondió Jimin

-En nuestra manada, el derecho para cortejar y proteger a la pareja será un derecho que se defenderá con sangre, incluso con la propia vida.-Recitó el lobo mientras tomaba la mano de cada uno de los alfas

-Que sus dioses los protejan, salven su vida y hagan suyo el corazón de su omega

La gente estalló en gritos, varios lobos comenzaron a colocar antorchas alrededor de la plaza. Los niños se escondían sobre el regazo de los omegas. Tae buscó con la mirada al amigo de Jungkook, pero no lo encontró por ningún lado. No quería estar solo, no quería pasar por esto solo, pero ya no había más tiempo.

Jungkook y Jimin quedaron a solas en medio de la plaza. El corazón de Tae golpeaba fuertemente contra su pecho.

-¿Hasta la muerte?.-Habló Jimin, dando unos cuantos pasos atrás

-Hasta la muerte.-Dijo Jungkook

**

El silencio era aterrador. Habían pasado solo unos segundos cuando el enorme alfa dio la orden de que podían comenzar. Jimin simplemente espero, cuando el primer movimiento de Jungkook llegó

El alfa logró atinarle un golpe en el estómago, era rápido y tenía buenos reflejos, esperaba que sus habilidades en el fútbol lo ayudarán a hacerle frente a Jimin. El alfa gruñó y lo miro sorprendido como si no hubiese esperado que atacara primero y mucho menos que logrará tocarlo

-¿Qué? Tae es muy importante para mí, no te sorprendas si logro romperte la cara

Jimin sonrió y fue su turno para atacar, se abalanzó contra el alfa y logro derribarlo, provocando que su cabeza golpeara contra la fría y dura superficie

-Ponte de pie y demuéstrame por qué Tae debe quedarse contigo

Jungkook se puso de pie de inmediato, tratando de ignorar el dolor punzante sobre su cráneo y el mareo que sentía. Jimin comenzó a caminar a su alrededor, midiendo sus movimientos y esperando su ataque. El alfa trató de encontrar un punto débil, tal y como lo hacía a la hora de hacer alguna jugada en el campo y lo encontró. Corrió y con su brazo izquierdo le propinó un golpe sobre sus costillas. Jimin gruñó pero aprovechó su cercanía para agarrarlo del cabello e inclinar su cabeza

-Eres bueno, pero yo también quiero a Tae.-El lobo le dio un puñetazo directo en el rostro y Jungkook gritó de dolor. Su ojo dolía y su pómulo comenzó a sangrar.

Tae se tapó la poca y ahogó un grito, no podía distraer a Jungkook. Todo estaba bien, solo era un golpe. Jimin intentó pegarle de nuevo, pero el alfa atrapó su puño como si se tratara de un balón. Uso toda su fuerza para torcer su brazo y golpearlo directamente en la cara

Jimin se alejó y escupió sobre la nieva dejando un rastro de sangre

-Dios, eres realmente bueno

El alfa retrocedió unos pasos, tratando de recuperar el aliento. Parecía como si hubiera empezado a correr un maratón. Junkook sentía la hinchazón en un lado de su rostro, pero aun podía ver con sus dos ojos, pero ellos no eran tan rápidos para registrar la velocidad de Jimin.

De pronto, Jungkook estaba acostado sobre su espalda, su espalda crujía de dolor ante el golpe, el frío de la nieve logró amortiguar un poco su dolor, pero fueron los gritos de Tae que le indicaron que su verdadero sufrimiento estaba comenzando.

Jimin comenzó a atacarlo, una y otra vez, su abdomen dolía, intentaba defenderse, pero una de sus muñecas sufrió una fractura haciéndolo gritar. Cuando los ataques cesaron, intentó ponerse de pie, pero no podía respirar, se arrastró sobre sus rodillas y pudo ver al alfa de pie solo a unos cuantos pasos. Con dificultad, se paró, pero sintió un gran impacto sobre una de sus rodillas. Jimin le había dado otro golpe.

Tae estaba sollozando, estaba de rodillas y trataba de ahogar sus gritos.

-¿Tanto quieres a Tae? Esto es demasiado fácil alfa

Jungkook gruñó y desvió la mirada hacia su omega, el pequeño estaba en el suelo, tapándose los ojos. No, no podía permitirse perder. Se puso de pie mientras rodeaba su torso con uno de sus brazos. Podía tener una costilla rota, pero no le importaba. El alfa pensó en sus siguientes movimientos, dejo que Jimin se acercará y uso el peso de su cuerpo para derribarlo, no dejo que se pusiera de pie y le dio un golpe dejándolo desorientado.

El lobo respiraba agitadamente pero no se daría por vencido. Jimin sostuvo su cabeza y entornó los ojos tratando de deshacerse del mareo. Nuevamente, Jungkook fue más rápido y nuevamente lo derribó contra el suelo, era su única ventaja y la usaría hasta que pudiera.

Todos a su alrededor gritaban, animando a su alfa y pidiendo la derrota del enemigo.

Jungkook necesitaba derribarlo y dejarlo inconsciente, era lo único que podía hacer, era claro que lo superaban en fuerza, pero le hizo una promesa a su omega.

Sin embargo, Jimin decidió que había sido suficiente juego y decidió pelear de verdad. Cuando Junkook trato de derribarlo de nuevo, se giró dándole la espalda y tomo uno de sus brazos, tomándolo hasta provocarle una fractura completa a su hombro.

El gritó de Jungkook fue desgarrador. Lo siguiente que hizo Jimin, fue pisar un de sus tobillos hasta escuchar los huesos crujir bajo su peso.

El alfa se desgarró la garganta por el dolor. Tae comenzó a gritar.

-¡Ya basta!, Déjalo, ya basta, por favor.-Intento correr, pero los brazos de Jin lo retuvieron en su lugar.

-¡Basta!

Jimin se giró y miro al omega, no quería ver a un niño tan bonito llorar, no quería hacerle daño, pero reglas eran reglas y no podía permitirse quedar en vergüenza frente a su manada, tampoco quería renunciar a su derecho de reclamar a su omega.

Fue suficiente escuchar otro gritó desgarrador de Jungkook para que Tae pudiera huir de Jin y correr. Jimin lo sostenía del cuello y había enterrado sus uñas sobre la piel de su garganta, un líquido rojizo comenzó a escurrir hasta su pecho.

-¡Jungkook!.-Gritó Tae y corrió todo lo que pudo hasta el centro de la plaza.-¡Déjalo, por favor déjalo ya! No lo lastimes más, déjalo, déjalo.-Lloraba y se puso de rodillas, sus manos estaban moradas por golpear la nieve en su desesperación por salvar a su alfa

Pero Jimin tenía los ojos de toda su manada sobre él, así que ignoró sus gritos y apretó más su agarre contra Jungkook, pero una fuerte mano lo sostuvo de la muñeca

-Ni siquiera lo hagas

Y Jimin gruñó cuando vio a Yoongi frente a él.


En el bosque solo se podía escuchar el llanto de un omega......

Noche de TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora