Capítulo 36. Consejero real.

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«Consejero real»

El silencio volvió a inundar el estudio cuando Raúl dejó de hablar y yo me animé a mirar a mis compañeros, intentando averiguar si ellos estaban tan afectados como yo

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El silencio volvió a inundar el estudio cuando Raúl dejó de hablar y yo me animé a mirar a mis compañeros, intentando averiguar si ellos estaban tan afectados como yo.

El rostro de Dandelion estaba tan pálido como la nieve. Arus estaba serio, pero alcancé a notar las arrugas de preocupación en su frente. Los tres nos miramos y yo recargué mi frente en mi mano derecha, buscando alguna especie de contención.

—Ella estará bien, ¿verdad? —dijo Raúl, seguramente preocupado ante nuestro silencio—. Se supone que aquí es donde me prometes que la rescatarás. —Quería responder que sí, no solamente a Raúl sino a mí mismo, pero algo muy dentro de mí me impidió hacer esa promesa, tal vez porque aún no lograba entender a fondo la situación—. ¿Por qué te quedas callado! —gritó perdiendo la paciencia.

—Necesito hablar con Dandelion. A solas —me limité a responder, haciendo una seña con mi mano para que el resto de las personas salieran de la habitación.

Me obligué a levantar la vista para encontrarme con el incrédulo rostro de Raúl.

—Pensé que estaría a salvo contigo —me recriminó.

—Yo también —admití conteniendo la tristeza y la desesperación.

Arus caminó hacia la salida y le hizo un gesto a Raúl para que lo siguiera. El inmune apartó su mirada de mí y lo obedeció, dejándome con la sensación de que había querido decirme algo más, arrepintiéndose en el último minuto.

Me permití suspirar cuando nos quedamos solos, intentando controlar la nueva oleada de dolor que comprimió mi pecho. Dandelion se acercó a mí, con pasos vacilantes.

—Hace un rato el bosque me reconoció como rey —murmuré.

—Lo sé. Lo vi.

—Eso nunca había pasado antes —expliqué preocupado—. A pesar de que Amira me proclamó rey, yo nunca había tenido el control del bosque.

—Ahora estás casado con ella, es distinto.

Yo negué con la cabeza.

—No es solo eso. Algo más está pasando y creo que Arus lo sabe.

Dandelion colocó una de sus manos sobre mi hombro, pero yo me puse de pie para apartarlo.

—No hagas eso.

—¿Qué? —preguntó confundido.

—Consolarme. No necesito a un padre en este momento, necesito a mi consejero real.

—Joham...

—No —insistí—. Tengo que tomar una decisión y necesito que me ayudes a dejar a un lado todas mis emociones y sentimientos para estar seguro de que será la correcta.

Sunforest 2. Joham Rey. [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora