«Magia de hada»
Aparecimos en medio de la contienda, junto con Arus. Rápidamente examiné a mi alrededor y comprendí que los forestnianos se encontraban atrapados en el centro de un aro de fuego, que estaba arrasando con todo el bosque. Combatían a los demonios con ferocidad, pero parecía que el dragón negro que estaba sobre sus cabezas les estaba complicando las cosas.
Amira me soltó sin dudarlo y se fue en contra de los demonios que tenía más cerca. En un principio, los forestnianos la miraron completamente asombrados, pero en cuanto comprendieron que habíamos recuperado a nuestra reina, vitorearon y se unieron a sus ataques.
La llegada de Arus también fue bastante obvia, puesto que las hadas que se encontraban en el lugar comenzaron a moverse de manera sincronizada, algunas protegiendo a Amira y otras colocándose en varios puntos estratégicos para acabar de una vez por todas con los demonios. Se notaba que él las estaba liderando.
El fuego era peligroso, no solo para la batalla sino para nuestro bosque. Si se extendía y se volvía incontrolable, la esencia de nuestra magia estaría en grave peligro. Había que deshacerse de él de inmediato.
Me sentía diferente, algo extraño pero lleno de energía y en conexión con todo lo que me rodeaba en ese momento. El corazón de Amira. La lealtad de nuestro pueblo. La valentía del bosque. Podía sentirlo absolutamente todo, como si fuera estática en el aire y yo la estuviera sintonizando. Y sabía como terminar con el fuego sin ni siquiera detenerme a pensarlo.
Extendí los brazos hacia el cielo y toda la estática comenzó a vibrar con fuerza, como si el bosque estuviera respondiendo a mis deseos. Dirigí toda la energía hacia arriba, hacia las nubes que se arremolinaron en nuestra cabeza y hacia el agua que comenzó a caer con fuerza sobre nosotros.
Nos empapamos en cuestión de segundos y el fuego a nuestro alrededor, comenzó a disminuir. Sonreí satisfecho y alcancé a notar que, aunque Amira estaba concentrada en la batalla, no se había perdido nada de lo que yo había hecho. Sus ojos intrigados me lo aseguraban.
Tuve que apartar mi vista de ella al sentir una vibración distinta y más pesada acercarse. Era increíble lo alertas que estaban mis sentidos y me pregunté a mí mismo si Arus siempre se sentiría de esa manera. Moví la cabeza para apartar esos pensamientos y volví a concentrarme a tiempo para comprender qué era lo que se acercaba.
Salió por entre las nubes, listo para atacar con un rayo de fuego que atravesó la lluvia, dispuesto a caer sobre los forestnianos. Sus dos ojos rojos brillaron con el reflejo del fuego y yo di un gran salto para hacer frente al ataque.
Extendí mis manos al frente y el fuego se evaporó antes de que ocasionara daño alguno. El dragón abrió sus alas para volver a ascender ante su ataque fallido.
—No tan rápido —le advertí.
Gruesas ramas crecieron como látigos y se enredaron en su cuerpo para impedir que se alejara. El dragón rugió furioso y aleteó con más fuerza en un intento de soltarse, ocasionando un revoltijo de hojas y tierra a mis pies.
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Sunforest 2. Joham Rey. [Disponible en físico]
Fantasía«Crucé mis brazos y observé algunos segundos el cielo. Hace poco que había anochecido y pinceladas de distintos colores pintaban la noche oscura. Nunca me cansaba de ese espectáculo. Ni de ese cielo. Ni de esa paz. Hacía ya seis años que Isis había...