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Seonghwa.

–Perdón.–se disculpó con un puchero y ojos acuosos, con Shiber en sus brazos.–No pude evitar que escapara.

–Nadie te está culpando de eso.–le dije para que se calmara.

–El chico es muy habilidoso y podereso, todos eramos inútiles contra él.–dijo Mingi, con intención de animar un poco al de ojos gatunos.–Fuiste capaz de pelear contra él y eso es genial.

–Mingi tu poder es de plantas, pero puedes manejar más que eso, ¿verdad?. –preguntó mi novio.–Me refiero a la tierra o las piedras.

–El poder evoluciona, el mío se extendió a manipular la tierra y piedras, pero solo sucede con algunos.

Seguía la platica, mientras esperabamos a que nos dieran noticias de Hongjoong, a este lo estaban revisando. Fue lanzado con una fuerza que era suficiente como para matarlo. Pedí entrar a ayudar ya que soy doctor, pero dijeron que ya eran suficientes y que les dejara el trabajo.

El pueblo estaba volviendo a la normalidad, las personas están ayudando con sus poderes para reconstruir todo de nuevo, solo quedaban cenizas.

–Chicos.–llamó uno de los doctores que atendió al menor.– Hongjoong, no está tan grave como pensábamos, pero queremos que descanse aquí hasta mañana, por si sucede algo. Pueden pasar a verlo.–se retiró dirigiéndose a otras personas que tenían algunas quemaduras en su cuerpo.

El primero en entrar fue San, quien iba corriendo con lágrimas en sus ojos y sorbiendo su nariz. Cayó de rodillas frente a la camilla, apoyó su cabeza y brazos en esta.

–¡Waaa!, ¡pensé que iba a morir, hyung!.–lloraba mares mojando las sabanas de la cama. Vaya chico nos tocó.

–Estoy bien, San, tranquilo.– acarició la cabellera de este logrando calmarlo un poco.

–Me alegro que esté bien, hyung.–decía mi Yeo bebito hermoso.–Estábamos muy preocupados por usted.

–Estoy bien, no se preocupen.– sonrió tratando de calmarnos a todos.

–Me voy por un momento y casi te mueres.–lo regañé–Pero por lo menos estás bien.

Él rió. En serio me preocupé, ver como llegaba San llorando a mis brazos y Mingi con Honjoong en los suyos, fue una experiencia terrible.

Pelearon contra un gorfe, tenemos que pelear contra todo un ejército, ¿y estamos así por uno?. Yo no puedo luchar como los demás, ellos tienen poderes tanto de ataque y defensa, ¿yo qué?, puedo dar mensajes por la mente y dar órdenes, que a veces ni funcionarían por el cansancio o por un enemigo más fuerte. La chica de cabello largo, ni siquiera la pude derrotar solo, tuvo que ayudarme el enano este.

–¿Sucede algo, amor?.–escuché la voz de Yeosang.

–¿Le dijiste amor a Seonghwa?. –San preguntó burlón.

–Si, ya somos novios.– respondió tomando mi brazo y apegándose a mí con una sonrisa, nadie habló en un rato.

–Pensé que ya lo eran.–comentó el más alto rompiendo el silencio.

–¿Tan rápido?.–siguió Hongjoong.

–¿Soy el único que no notó nada?.–decía San un poco indignado.

Con ellos me siento a gusto, venir a este viaje me hace bien y a la vez no, todavía no logro acostumbrarme  a ser un supuesto salvador de la Tierra.

–Oigan.–llamó Mingi–¿Por qué no van a explorar el pueblo?, vean los poderes y aprendan a como se usan.

–Pero, ¿para eso no se necesita tener el mismo poder?.–preguntó el peli naranja.

Los Elegidos {Ateez}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora