Los Elegidos {Ateez}

22

Seonghwa.

Una prisión, una maldita prisión eso es o por lo menos a Mingi y a mi nos tratan como prisioneros. No llevamos ni cinco minutos aquí y ya nos quisieron matar los guardias.

Hay que esperar a que termine este día, el siguiente y por fin podremos salir, a no ser que se adelanten las cosas que es lo que más me gustaria.

Estamos en el comedor y hay muchas personas, y muy distinta, tienen partes robóticas o hasta otros tienen partes de animales como cuerpo. Pero todos tienen cara de querer matarnos. Nos quitaron las cadenas que nos conectaba, quedándonos con una pulsera de hierro en cada mano.

–Esta comida parece vomito, hyung.–Mingi se veía más decaído que nunca, él ama comer–Solo quiero largarme de aquí o por lo menos matar a todos estos imbeciles.

Miramos a nuestro alrededor dándonos cuenta que un tipo no nos ha quitado la vista de encima desde que llegamos, y más encima tiene cara de asesino psicópata serial.

–A mi no me preocupa la comida, si no el como vamos a sobrevivir aquí sin Wooyoung.–a él por lo menos lo conocen, pueden tenerle un poco de respeto, pero nosotros somos carne fresca para ellos.

–No menciones a ese hijo de puta, por su culpa estamos aquí, hyung.– decía con todo el odio que tiene hacia él–Solo porque sea amigo de Heechul y estará de nuestro lado, no lo perdonaré por haber quemado el pueblo.

Esto no puede empeorar, el lider de los gorfes apreció por la puerta y todos los que nos rodeaban ahora están arrodillados frente a él a excepción de nosotros.

–¿Les gustó el almuerzo?.–tomó la comida de Mingi, tirandoselo encima de él con burla –¿Cuanto crees que me demore en quemar cada árbol de la Tierra?.

–¡Nada, porque no quemarás ninguno!.–se levantó con brusquedad empujando a Kai con rabia.

–¡Mingi!.–no puedo usar mi poder.

–Eso.–apuntó a los brazaletes que tenemos como si supiera lo que estoy pensando–Les impide usar sus poderes. Los hice yo.–dijo con orgullo.

–Pues mira que no sabes de moda, están bien feas, como tu y tu cuartel de...–el primer golpe llegó, Mingi iba a caer pero uno de los gorfes lo tomó, levantandolo nuevamente para que Kai lo golpeara una vez más.

Me levanto para apoyar a mi amigo, quien retrocedió por uno de los ataques de Kai.

–Hay que trabajar en equipo, Mingi.–le susurré cerca del oído, viendo como los gorfes ya estaban a nuestro alrededor animando por su líder.

–Está bien, hyung.–vi como un pequeño hilo de sangre caia por su nariz, pero este la limpió enseguida.

–¿Dos contra uno?, esto es injusto, ¿no lo creen?.–les preguntó a sus súbditos, quienes gritaban en afirmación–Ven a darme una mano, Jackson.

El chico que vimos antes pasó al centro junto a Kai, pero esta vez tenía un cuchillo más filoso que antes, lo paso por su lengua, saboreando el cuchillo como si fuera su dulce favorito.

–Matemos, matemos, hay que matarlos.–decía con cara de loco.

–Haz lo que quieras con ellos, creo que estás más emocionado que yo. Te los regalo, yo me voy–Kai se fue dejándonos con los gorfes más emocionados que nunca animando al tal Jackson. Escuché como hacían apuestas y tiraban botellas de vidrios hacia nosotros.

Mingi se prepara para un ataque, pero Jackson se movió más rapido y logró hacerle un corte a lo largo del brazo. Eso claramente es grave, no solo le dio en la zona de las venas, es demasiado grande y profundo el corte, se puede morir.