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Wooyoung.

–¡Saquenme de aquí!. ¡Oigan!, ¡por favor, Kai!.–nadie me escucha.

Odio estar entre rejas, y más aún si el lugar está sucio, oscuro y huele a muerto, siempre matan a alguien acá. También tengo cadenas en mis pies y muñecas, lo que es peor, quemaduras y dolor por todo mi cuerpo, mi poder pudo conmigo, y mi cuerpo sufrió las consecuencias.

–¿Woo?...

–Heechul, ayúdame, me duele todo.–este se acercó rápido pero sigilosamente–¿Cómo está Junyoung?. ¿No le hicieron nada?.

–Por suerte no le hicieron nada, no se atreverían a dañar la salvación de Kai, pero mira como quedaste niño, ¿puedes acercarte?.–trato de acercarme un poco a él, pero no llego a las rejas, las cadenas no me lo permiten–Tranquilo, desde ahí puedo hacerlo.

De las manos de Heechul comenzó a salir una luz verde, y mis heridas de a poco van desapareciendo. Ya no siento tanto dolor como antes, amo su poder de sanación.

–Lamento haber quemado tu pueblo.–este me miró, sé que lo secuestraron mientras yo incendiaba su aldea–Me arrepiento, sabes soy el elegido del fuego rojo. Veré la forma de escapar, te sacaré a ti y a Jun, y te llevaré a tu pueblo...Ustedes son mis únicos amigos...

–Te perdono, Woo. Estaremos bien si no hacemos nada loco, pero por favor, ten cuidado. Kai está más meticuloso que nunca, no te dejará ir si tienes ambos fuegos, eres como un diamante en bruto.– escuchamos como alguien se acercaba–Me tengo que ir, después te veo.

Se fue por otros de los caminos que hay, evitando hacer algún ruido. Ya podía ver la silueta de Shuhua, pero venía con alguien más, otra chica.

–Vaya, tienes buena cara bajo esa calavera.–dijo la zorra de Shuhua.

–Tienes razón, no está nada mal, soy Rose.–se presentó la chica peliroja– Y para ti cuando quieras guapo.

–No es necesario.–dije con una sonrisa en mi cara–Yo soy más puta en la cama, no necesito de otras que son menos que yo.

–Eres un...¿Rose, por qué no jugamos un poco?.–se miraron y sonrieron a la par.

Del dedo índice de Rose salió una especie de laser apuntando a mi brazo derecho. Desgraciadamente no puedo usar mi poder, las cadenas me lo impiden, hacen desaparecer tu poder en cuanto las tienes. Crack.

–¡Aaaaah!. ¡Mierda!. ¡¿Qué hiciste?!.–mi brazo, me duele, duele mucho, no puedo moverlo. Esas zorras simplemente se reían.

–Romper lo que apunten mis dedos, ese es mi poder. Ahora mismo tienes tu brazo roto, querido, y seguiré con el otro.–apuntó hacía mi otro brazo. Mierda, ¿que hago?, piensa, piensa..crack.

–¡Aaah!, ¡Mierda!.–paren de reírse hijas de puta, son una mierda, deberían, solo deberían arder.

–Ese grito si que me gus...¡Aah!, ¡mi cabello!–no entiendo como es que mis llamas rojas llegaron hasta allá, pero bueno mientras se queme la bruja.

–Traidor, usas el fuego rojo, porque sabes que somos inútiles contra el.–Rose parecía enfadada apuntando con sus dedos mi cabeza–Te destruiré.

Pero veo como es jalada con Shuhua por una cadenas desde sus pies. Kai venía con Jennie y Eunha, ambas con la habilidad de seducir a su presa y hacer lo que quieran con ella.

–Me parece que ustedes no deberían estar aquí.–habló Kai– Ese chico es mi propiedad, es mío. Y ahora está sufriendo, porque tú le rompiste sus brazos, ¿qué haré contigo?.

–K-Kai, no no es lo que crees, él nos in-insultó, y te insultó a ti. Dijo que nos iba a traicionar y que se irá con los otros siete...–no pudo terminar, porque fue golpeada brutalmente por Kai con un fierro que creó.

Los Elegidos {Ateez}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora