Relatos, Cuentos y Azares

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Miraba el cielo estrellado mientras esperaba. Tantas luces, tantas opciones. Alcanzaba a ver algunos planetas, y pensaba en todo lo que podría estar pasando en ellos, imaginando las nebulosas, y a los protohumanos de Rousseur, todos y cada uno de los tipos de vida que podría haber: descubrimientos inimaginables. Un escalofrío recorrió su espalda, necesitaba saber más, y la biblioteca más cercana estaba derrumbándose en el colegio, a dos horas de camino.
-¡Póngase las botas que ya nos vamos!- se escucha de fondo.
-¡Ya voy, taita!- responde.
Después de todo, sabía que debía terminar quinto de primaria para poder ver todo eso en persona.

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