Relatos, Cuentos y Azares

Suplicio Meridional

Aferrado al fuego, al destello fugaz, al enceguecedor brillo en tu mirada, así como un náufrago moribundo se aferra a una tabla como esperanza, así me aferro a ti. ¡Oh! Ladrona, asaltante de mi aliento ¡Oh! Señora, regente de mi anhelo, en parvadas envió señales, buscando la forma de verte, de hacerte saber que aun sueño contigo, que el infierno en mi cabeza no tiene rival, que es tu fantasma quien me guia. De tanto recitar te volviste mi mundo, te volviste mi vida, y ahora arrancada de mi, me sigo aferrando a tus ojos, aferrado a tu cabello, a tu aliento, a ti.

- Ajá ¿Y?

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