Capítulo X

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Cuando TaeHyung llegó a su casa inmediatamente se tiró en la cama como típica adolescente a la cual le rompieron el corazón por primera vez. Odiaba llorar pero ese rubio lo confundía tanto que empezaba a desconocerse a sí mismo, llorar para él era demasiado difícil pero el simple hecho de llorar por alguien en verdad lo sorprendió, eso significaba que TaeHyung en verdad amaba a su mayor.

-Si él no me cree no debo forzarlo a hacerlo, simplemente necesito hacer lo que él quiera y si eso implica tratarlo como mierda lo haré- se decía mientras intentaba secar sus lágrimas, pero salían más y más.

Tomó la decisión de salir de su casa y divertirse un rato, necesitaba distraerse y olvidar por un rato todo. Simplemente entró a la ducha para comenzar a prepararse para la noche.

Mientras tanto, en otra parte de la ciudad un rubio estaba lamentándose en su sucio catre, lo que menos quería hacer es dañar al oficial que lo traía perdidamente enamorado, pero también tenía miedo, miedo de salir lastimado como hace mucho tiempo, sabía lo que era tener un corazón roto y no quería volver a sentirlo, menos por culpa de TaeHyung ya que, según los sentimientos del mayor, amaba al castaño mucho más de lo que alguna vez pudo amar a alguien.

-¿Estás llorando porque tu domador no está?- cuestionó el jefe en tono burlón, lo que más amaba era ver sufrir a todos los prisioneros, y ver tan débil a Min hacía que deseara golpearlo hasta asesinarlo, pero debía contenerse.

Min simplemente lo ignoró, limpió sus lágrimas y se quedó en silencio.

-Bueno, solo venía a presentarte a tu cuidador en lo que el oficial TaeHyung no está...- hizo una pausa, un hombre más alto que YoonGi entró a la celda-... Su nombre es Kim SeokJin, es de un rango superior a TaeHyung así que no creo que haya problema por eso, digo, si TaeHyung no te puede domar quizá y SeokJin si- soltó una risa burlona, a lo que Min solo pudo enfadarse aún más.- Te dejo con Jin para que comiencen a divertirse- tras decir eso salió de la celda y cerró la puerta.

Min no quería mirar a aquel hombre, no quería saber de nadie que no fuese TaeHyung, entre más lo pensaba más se arrepentía de haberle dicho todas esas horribles cosas.

-Cuando yo esté aquí debes mirarme- el mayor dijo para después tirar a YoonGi del catre, el menor abrió los ojos y se encontró con ese rostro que ya había visto hace algunos días, mejor dicho, uno de los rostros que había visto el primer día.

Simplemente se puso de pie intentando ignorar al pelinegro el cual comenzó a reír al ver la simple e inútil reacción del menor, Min no quería problemas, o por lo menos no más.

-Ven aquí, hay que divertirnos- al decir esto tomó del brazo a YoonGi, el cual no puso ni la más mínima resistencia. El mayor le colocó las cadenas tanto en sus muñecas como en los tobillos, se aseguró de hacerlas más pequeñas para que pudieran lastimar al rubio.

Inmediatamente sacó un látigo y comenzó a golpearlo, Min se quejaba un poco, muy débilmente, no se sentía completo si no estaba TaeHyung.

-¿No vas a intentar defenderte? Tsk, no sé cómo alguien tan débil puede ser de los criminales más peligrosos de todo el mundo, das lástima- se burlaba, parecía como si el rubio no sintiera dolor, pero algunas manchas de sangre comenzaban a hacerse notorias en su ropa, además, esta última comenzaba a romperse por la fuerza de los golpes.

Algunas lágrimas comenzaron a brotar de los cansados ojos de YoonGi, no solo tenía dolor en el cuerpo, también tenía un fuerte dolor en el corazón, necesitaba a TaeHyung, quería que estuviese ahí, pero no.

-Me estoy aburriendo, es mejor que comiences a gritar si no quieres que esto empeore- advirtió el mayor, dio una vez más con toda la fuerza que tenía, era obvio que el menor soltara un grito- ¡Eso! ¡Así me gusta! Estamos teniendo un gran progreso- una enorme sonrisa se formó en su rostro.

Enamorados en prisión [ TaeGi +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora