Enamorados en prisión [ TaeGi +18]

Capítulo LXI

Los 6 hombres se encontraban en un helicóptero, tenían esposado manos y pies, se encontraban en total silencio, habían 3 personas más aparte de ellos y el piloto, entre esos estaba el jefe de los militares de Corea del Sur el cual lo miraba a uno en uno con detenimiento, Min le sostenía la mirada, no se sentía intimidado por ese hombre el cual, sin previo aviso, dio un puñetazo directo al rostro del rubio.

-¡No lo toques!- TaeHyung gritó furioso y, a la vez, asustado.

-Déjalo, cariño, está bien- fue la respuesta de YoonGi, solo quería mantener la tranquilidad por unos momentos más, aunque el hombre lo siguiera golpeando no le importaba, mientras no tocara a los demás estaba bien para Min.

-¿"Cariño"? ¡Já! ¿En verdad puedes llamarlo así aún sabiendo lo que planeó junto con DaeHyun?- cuestionó el hombre decidido a hacer pasar un mal rato a Min.

-Eso quedó en el pasado, el presente es lo que importa- fue la corta respuesta del rubio, a decir verdad no volvieron a tocar el tema, solo aclararon todo y fueron felices hasta ese maldito momento.

-¿Y tú qué me dices, SeokJin? ¿Cómo es que puedes vivir tranquilo con los asesinos de DaeHyun?- aquel hombre miraba con atención a SeokJin buscando al menos alguna lágrima o algún sentimiento de culpa, pero no había nada.

-DaeHyun solo fue algo pasajero, su muerte dolió, pero ya ha pasado, ahora ellos se convirtieron en mi verdadera familia- Jin se limitó a responder mientras miraba directo a los ojos de su mayor.

-¿Saben lo que tenemos preparado para ustedes?- el hombre cambió rápidamente el tema al ver que no había respuesta negativa, no estaban cayendo sus provocaciones cosa que lo hacía enfadar.

El lugar se quedó en completo silencio, todos estaban esperando la respuesta del hombre, pero Min ya imaginaba lo que iba a decir, sabía lo que le sucedía a los criminales más buscados.

-Los vamos a fusilar- respondió el hombre, inmediatamente los 6 se tensaron, rápidamente el recuerdo de la pesadilla de SeokJin regresó a su mente, ya había visto morir a Jeon una vez, no lo vería de nuevo- Tal y como lo hicimos con tus padres, SeokJin- completó con una sonrisa, ¿acaso ese hombre fue el que se encargó de la muerte de sus padres? Jin no le tomó importancia a esa parte, odiaba tanto a sus padres- No me digas que después de todo este tiempo no te diste cuenta- el hombre se burló a lo que Jin lo miró confundido.

-¿Darme cuenta? ¿De qué hablas?- Jin cuestionó mientras intentaba dar con la respuesta en su mente, pero nada.

-¿De verdad crees que te odiaron?- respondió con esa pregunta, SeokJin se sentía impaciente, necesitaba saber la respuesta inmediatamente.

-Ellos mismos lo dijeron, ahora dime de qué mierda me debí dar cuenta- ordenó con seriedad, no estaba para juegos.

-Te mintieron para protegerte, ellos te amaban con todo su ser, ¿sabes lo mucho que lloró tu madre cuando estábamos a punto de fusilarla? ¿Sabes lo mucho que quería verte una vez más? Y tu padre... ¡já! Tu pobre padre, solo quería que acabáramos con él para no seguir sufriendo por haberte perdido, pero eso es lo que se ganan los criminales al intentar formar su cuento de hadas- las crudas palabras del hombre dañaron horriblemente a SeokJin el cual se sentía tan mal por haber odiado a sus padres durante tantos años.

Toda la fortaleza que Jin mostraba se desmoronó al escuchar todo eso, no pudo ocultar las lágrimas, vinieron a su memoria los pocos recuerdos que tenía con ellos y se lamentaba una y otra vez el guardarles tanto odio, un odio que no se merecían.

...

-¡YoonGi!- TaeHyung gritó mientras miraba cómo se llevaban a su esposo lejos de él, Min simplemente siguió caminando sin mirar atrás, tenía lágrimas acumuladas en los ojos, pero se vería fuerte hasta el final.

-¡Camina, escoria!- ordenó el oficial mientras empujaba con fuerza a Min hacia su celda, una celda tan segura que no podría salir, la celda en la que tuvo que estar desde el principio.

Al llegar a la celda, el oficial lo arrojó como si fuese una bolsa de basura, lo encerró a más no poder. Era una pequeña celda, no tenía cama, ni siquiera ventilación, nada.

Cuando YoonGi se quedó completamente solo no pudo contener las lágrimas, se arrepentía de tanto, principalmente de haber arrastrado a tantas personas con él, se arrepentía de haberse enamorado de Tae ya que eso solo llevó al menor a su fin, quería regresar el tiempo y hacer las cosas bien, solo quería una oportunidad más para corregir sus errores y dejar fuera de todo a TaeHyung, el hombre que más amaba.

-Perdóname, cariño, en verdad lo siento tanto- decía mientras más lágrimas caían, no tenía un plan de escape, no habían muchas posibilidades de poder ser rescatados puesto que, los hombres que sobrevivieron, fueron arrestados junto a los 6.

Min solo quería dormir en ese mismo momento y nunca más despertar, quería estar con TaeHyung por una vez más, si ese era su final desearía poder besar una vez más a su esposo, tener una última noche de pasión... Pero eso no sucedería... ¿O sí?...

...

TaeHyung pateaba la puerta de su celda con fuerza, quería escapar, quería ir a rescatar a Min y juntos irse a otro lugar donde pudieran ser felices sin nadie que lo arruinara.

-¡Carajo! ¡Déjenme salir!- gritaba mientras daba más golpes a la puerta, pero nadie lo escuchaba. Las celdas estaban muy alejadas la una de la otra, nadie estaba junto de nadie, no se podían ver, mucho menos escucharse cosa que estaba torturando a TaeHyung cada vez más. Se sentía impotente, necesitaba salir de ahí a como diera lugar.

Pasó unos minutos más intentando romper la puerta, aunque sabía que era prácticamente imposible abrirla sin la llave no se quería rendir tan fácilmente, debía intentarlo, debía salir de ahí.

Al ver que la celda no se abría simplemente se dejó caer al frío suelo, miró las esposas que sujetaban con fuerza sus muñecas y tobillos.

-¿Por qué rayos acabé así?- se preguntó mientras el arrepentimiento venía a su mente- Debí dejarte ir ese maldito día, no debí dispararte y encerrarte, lo siento tanto- se lamentaba, estaba tan arrepentido de todo, no de amar al rubio sino de la forma en la que tuvo que ser su amor.- Si hubiera sabido que estaríamos aquí no me habría enamorado de ti...