10.

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Alexa.

—No era exactamente lo que quería saber —me burlo.

—Somos unos jóvenes que están en la edad de salir de fiesta, comportarse horrible, no darle atención a los consejos de nuestros padres, no estudiar ni mucho menos trabajar y este chico está más enamorado de tú hija que tú. Te trata bien, te cuida, está al pendiente de ti y apenas te conoció hace unas semanas... dime qué piensas  —se encoge de hombros.

—Tienes razón y no te voy a negar que me parece un muy buen chico.

—No es la respuesta que busco —suelta una risa.

     Aún sigue con Dak en su falda.

—No sé qué respuesta quieres que te dé. Estoy muy agradecida ante su comportamiento porque nadie ha sido así de atento conmigo. Pero es muy temprano para hablar de estas cosas... además, es una suposición tuya —hace una mueca.

—Bien, es cierto que todavía no sabemos lo que realmente siente Joe. Pero de todas maneras, es muy evidente. Solo quiero que entiendas que estás en todo tu derecho de rehacer tu vida, ¿lo entiendes?

—Mad, no es tan fácil como parece.

—¿Cómo qué no?

—Mira... está bien, te voy a dar la razón en todo lo que dices. Es un chico excelente, me cuida, es atento y trata muy bien a Dak. Pero es Joe, ¿lo entiendes? Es un chico que me conoció en un instituto al que no voy más porque pasado mañana tengo una entrevista de trabajo. No conozco a su familia, no sé cómo va a reaccionar su madre al enterarse que la chica que le interesa a su hijo es madre. No sé si te has dado cuenta, pero vivimos en una sociedad en la que por más que sea "común" tener hijos a esta edad, la gente te mira y te juzga como si hubieras cometido el peor error de tu vida.

—Odio a la gente. —Mira a Dak—. Pero tú no tienes que tener esos pensamientos, eres una excelente madre. Mírala, es hermosa y muy tranquila. Sé que la pasaste mal, no puedo decir que te entiendo en esa parte porque no estuve en tus pantalones, pero te aseguro que esta pequeña que ves aquí, en un futuro te va a amar con toda su vida —sonrío. Está diciendo unas palabras hermosas—. Por esa misma razón tienes que dejar de pensar en la gente y concentrarte en quién de verdad importa, que es tu hija. ¿De acuerdo?

—Eres excelente para dar ánimos. ¿Te lo han dicho? —Reímos.

—Lo sé, y por eso quiero que pienses en lo que te digo. No dejes pasar la oportunidad con Joe.

—Bien —recibo una mirada de advertencia—. ¡Que lo pensaré! 

—Más te vale. —Mira su reloj—. Son las siete de la tarde. ¿Qué tienes que hacer hoy?

—Pues nada, hago lo mismo de todas las noches. ¿Por qué preguntas?

—Deberíamos arreglar para que me quede a dormir en tu casa.

—No tengo problema y dudo que Dak lo tenga. —Sonríe—. Pero...

—¿Mi madre? Sí, en eso estaba pensando. —Suelta un suspiro estresado—. No sé cómo reaccionará cuando sepa que estoy saliendo con alguien.

—¡Eso quiere decir que están saliendo! —Exclamo emocionada.

—Mike y yo conectamos de una manera única, Ale. —Mira sus manos—. Nos llevamos muy bien. Fue muy atento. Nos pasamos hablando por mensajes desde ayer, pero aunque sea el mismo Brad Pitt, mi madre no lo aceptará.

—Ya eres bastante grande como para que te esté prohibiendo las cosas, Mad. No digo que le faltes el respeto ni que provoques una pelea, pero si sientes cosas por Mike no deberías perderlo por alguien que ni siquiera se quiere tomar el tiempo para conocerlo.

Cenizas de un amor. ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora