11.

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Alexa.

        Me levanto con el mismo humor de siempre... hasta que veo mi reflejo en el espejo. Mi nuevo look es algo extremo, ya que pasé de tener el cabello tintado de turquesa el cual mayormente estaba descolorido a uno totalmente oscuro. Pero la verdad, me encanta. Muevo mi cabello de un lado a otro, siento que me queda mucho mejor que el pelo de color. Bueno, en realidad no le tengo miedo a los cambios. Siempre fui muy loca con el tema del cabello, inventando cortes, mezclas raras de colores y muchas veces entrando en crisis, así que nadie se sorprende de verme con una caca en la cabeza igual.

—Buenos días —saludo a mi hermano. Dak está tomada de la mesa y comiendo un trozo de pan—. ¿Cómo amaneciste?

—Llevándola —se encoge de hombros.

—¿Quieres que hable con él? —Niega la cabeza—. No sé cómo ayudarte.

—Es que ni siquiera debes. Es un problema que ocasionó él y si bien me duele, bastante... si no quiere arreglar las cosas, no estoy dispuesto a pasarla mal todos los días de mi vida porque tengo la conciencia de que mi culpa, no fue.

        Hago una mueca y no contesto más nada. Sé que le duele y como hermana me duele verlo así, pero tiene razón, no puede mortificarse por algo que no hizo.

—Aprovecho que están todos para avisarles que saldré.

—¿Dónde irás? —Mamá pregunta.

—A dar un par de vueltas. Intentaré ver si Anderson quiere hablar conmigo, ya perdí la cuenta de cuantas veces lo he hecho. —Se levanta de la mesa—. Además el amigo de Ale vendrá a casa, no estará sola.

—¿El amigo quién? —Mi madre mira con sorpresa—. ¿Cómo que va a venir a esta casa?

       Teo entiende mi cara de, te voy a matar, así que intenta arreglar la situación.

—Vendrá a verla como lo hace normalmente.

—Creí que ya te había dado mi opinión. —Escucho las palabras de mi madre.

—Creí que habías escuchado la mía. —Contraataco.

        Mi padre observa la conversación con mucha concentración y Teo solo se ha quedado allí, pensando en el problema que se está creando. Es evidente que mi madre no quiere saber nada de Joe, no se molesta en ocultarlo, pero estaría bueno que tuviera argumentos.

—De veras que tú no aprendes más, eh.

—Oye, no le hables así. —Teo defiende—. No la trates como si todos fueran a jugar con ella. Eres su madre, deberías aconsejar.

—Como madre me estoy preocupando. No le quise faltar el respeto, pero quiero que entienda que las cosas no son así de fáciles. No va a venir un chico de la nada a querer criar un hijo que no es suyo, no vives en una novela, ¿entiendes?

—Bueno, ya fue suficiente —papá eleva la voz, llamando la atención de todos en la mesa—. Si no vas a decirle una crítica constructiva, mejor no le digas nada. No voy a permitir que le faltes el respeto de esa manera. No se lo permití a sus amigos menos a su propia madre.

        Todos nos quedamos en completo silencio. Ninguno es capaz de decir nada, nos ha dejado sin palabras a todos. Yo soy muy agradecida de que tanto mi padre como mi hermano me defiendan, pero creo que a pesar de eso mi madre debería disculparse. Todavía no entiendo por qué me está tratando así de mal por conocer a Joe. Entiendo que se preocupe, luego de todo lo que pasó sé que quedó muy sentida, pero creo que ella más que nadie debería aconsejarme de la mejor manera posible, no haciéndome creer que nadie querrá salir conmigo.

Cenizas de un amor. ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora