Alexa.
Convencí a Mad de quedarnos a terminar la jornada estudiantil. No se me hizo tan fácil como creía, al parecer no es nada fácil en todo lo que tenga que ver con el estudio, pero lo importante es que logré que lo terminara y así fue.
—Me han dejado de tarea estudiar apuntes del año pasado para un leve examen mañana —hago una mueca—. Imposible.
—No les hagas caso, solo te meten presión. Lo que quieren es que estudies un montón para luego no preguntarte nada —enciende un cigarrillo.
—No hagas eso, al menos no cuando estoy cerca —se lo quito de la boca—. Odio el olor y no llegaré a ver a mi hija con olor a cigarro.
—Lo siento —Guarda el encendedor—. En fin, no te compliques. A nadie le gusta estudiar.
—No, es que no es porque no me guste, es que no tengo el tiempo suficiente como para sentarme a estudiar. Ustedes deberían aprovechar. —Revoleo los ojos—. Da igual, me iré a casa.
—¿Puedo ir? —Elevo una ceja.
—Claro, por mí no hay problema pero... —cierro mi boca y no continúo.
—¿Pero qué? —Volteo a verla.
—Desde hoy siento que estás como buscando excusas para no ir a tu casa. Quizá es cosa mía o quizá no deba meterme, pero no lo sé... ¿me he ido al carajo? Lo siento, no debí haberlo dicho... ¿o sí? Diablos, no entiendo tu expresión —me mira sonriente.
—Eres la primera persona en el mundo que se percata de algo mío y mira que he conocido gente. —Bajamos los escalones—. La realidad es que, no tengo una familia muy agradable. En especial mi madre.
—¿Ah, sí? —Espero que continúe hablando.
—Realmente no soy partidaria de que las personas hablen mal de sus padres, pero he intentado buscar alguna palabra que defina a mi madre y es la única que pega con ella. Es tan, pero tan egoísta, que incluso muchas veces suelo pensar que se olvida de que soy su hija.
—¿A qué te refieres?
—Verás, la gente aquí me ve como si fuera la chica con más calle encima, pero la realidad es que nunca he ido porque simplemente no me dejan salir. Ni con amigos, ni con amigas, ni con mis primos... soy extrovertida, porque el instituto es el único lugar en el que puedo socializar.
—¿De verdad?
—Claro. He conocido a un chico aquí, hace mucho tiempo que lo he conocido y solo lo veo aquí dentro, porque cuando me invita a salir no puedo decirle que tiene que ir mi hermana y a su misma vez, no puedo decirle a mi madre que saldré con un chico.
—¿Ella es así por algo en específico ?
—Porque sí. Alexa, constantemente crítica todo y nada la convence. Si le duele el tobillo enseguida tiene que recostarse porque pareciera que no puede caminar y lo utiliza de excusa para que me quede en la casa De verdad, no exagero.
—Bueno... no voy a meterme en asuntos familiares que no me corresponden. Pero por otro lado quiero que sepas que estás invitada a mi casa las veces que quieras, de verdad.
—Gracias —sonreímos mutuamente.
Caminamos a paso lento hasta el lugar en dónde aparcan los coches, motocicletas y algunas bicicletas. No sé por qué caminamos a paso tan lento, creo que porque mi hermano no ha llegado.
¡Claro! Mi hermano no ha llegado, ¿Cómo no me ha avisado?
Cuando la pantalla de mi celular se enciende, veo un mensaje de mi hermano diciendo que se le hizo tarde duchando a Dak, así que si quiero puedo venir tranquilamente y ellos me alcanzan en el camino, pero que les avise cuando salgo para ahí. Opto por guardar el móvil y no decirles nada. Suficiente me ayudan cuidando a Dak todas las mañanas para que yo pueda venir... así que mejor que se queden en casa.
ESTÁS LEYENDO
Cenizas de un amor. ©️
Romance#DestacadaEnFiccionGeneral2021 «Ámate, respétate y relájate; Cupido no se ha olvidado de ti.» Un embarazo, siempre es noticia sorpresa. Abandonada por su pareja, rechazada por su círculo social y juzgada ante la sociedad, Alexa piensa que jamás volv...