3.

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Alexa.

         No termino de comprender la reacción de Joe, pero en parte tampoco hago mucho esfuerzo por querer hacerlo. Personalmente, no me afecta en nada si se le pasa por la cabeza dejar de hablarme. Joe no es nada más que un compañero de clase. Antes me afectaba que este tipo de cosas pasaran, pero me concentré tanto en mi hija y en mí que ya no tengo tiempo para este tipo de cosas. Hay cosas más importantes que la opinión ajena.

—¿Cómo se portó mi bombón? —Muevo las piernas elevando a Dak un par de veces.

—Digamos que ha tenido días mejores —Anderson me tiende un vaso de zumo—. Pero no fue nada que no se pudiera controlar.

—¿De verdad? —Miro a Dak—. Me pasé toda la mañana esperando que se haga la hora de salida. Ya le perdí la costumbre a la rutina de estudio, no estoy segura de querer continuar con eso.

—Ale, si no estudias tendrás que trabajar y pasará exactamente lo mismo. Dak es una bebé aún pero se acostumbrará —suelto el aire que queda en mis pulmones. 

     Mi cuñado tiene toda la razón del mundo, llegó el momento en el que debo de ver por nuestro futuro.

—Ander tiene razón. Además a nosotros nos encanta cuidarla. —Sonríe—. Bueno, a todos en esta casa nos encanta cuidarla. Fíjate que hoy lloró apenas te fuiste, pero a la media hora estábamos en nuestra habitación viendo dibujos animados en la televisión y de repente se durmió. Ya luego se despertó y comió... Dak está bien.

—Lo sé, lo sé... tengo que aprender a despegarme de este pequeño humano. Pero bueno, la verdad es que si pudiera llevármela dentro de la mochila, lo haría con gusto. —Reímos—.  ¿Qué hace esto aquí?

     Claramente, hablo de un bóxer.

—Lo siento —sonríe incómodo—. Tengo un problema para guardar las ropas.

—Teo...

—¡Iré a lavarlas! —Grita mientras corre hacia su habitación.

—Ander...

—¡A mí no me mires! Esta es una casa de familia —me interrumpe y camina hacia la cocina.

—Tus tíos están locos —le hablo a Dak entre risas.

     La relación que tienen ellos dos es muy sana. Me llevo tan bien con mi querido cuñado qué será muy difícil que alguien más nos haga sentir la misma confianza. Espero que sigan juntos por mucho tiempo, puedo sentir lo mucho que se quieren. Ojalá algún día pueda tener una relación tan linda como la que tienen ellos, lo único hermoso que me han dejado, es Dak, y tampoco pudo hacerse cargo de ello.

        Con la niña en brazos me levanto y busco el coche. Tengo ganas de salir a tomar un poco de aire y a Dak le hará muy bien no estar todo el día encerrada. Abrocho el cinturón de este y corroboro que tenga bien atadas sus pequeñitas sandalias. El día está genial para dar un paseo, no hace nada de frío pero tampoco está demasiado calor. No sé cómo explicarlo, pero está ideal.

        Guardo el móvil en mi bolsillo trasero y salgo de la casa con ella. Camino a paso lento y puedo sentir a Dak hablar en idioma bebé, que solo ella se entiende. Estoy muy contenta porque junto con mi madre le enseñamos a decir "mamá" y cuando dice "ma" sé que se refiere a mí. También aprendió a caminar hace muy poquito, claramente aún se cae de pompas al suelo pero sabe levantarse y seguir.

        Bajo la vista hacia ella y la miro detenidamente. Su poco cabello oscuro se refleja muy bien en la pequeña palmera que Anderson le hizo. Recién ahora le está creciendo el cabello al punto de que le quede una palmera, porque Dak literalmente nació con muy, pero muy poco cabello. También tiene un lunar en el mismo brazo y exactamente el mismo lugar que yo. Si le miras el rostro, es demasiado parecida a mí. Lo agradezco infinitamente, no es que sea egoísta, pero prefiero que se parezca a mí a que se hubiera parecido a Richard. 

Cenizas de un amor. ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora