12.

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Alexa.

—¿Y si usa esto? —Joe saca del placar de Dak, un pequeño conjunto blanco de ositos.

—Ese es lindo —admito.

—Este también me gusta —toma uno color verde agua, liso.

—El primero es más lindo, creo. —Miro a Dak—. Que ella decida.

        Estoy acostada en la cama comiendo mi barra de chocolate, observando como Joe le muestra sus diferentes opciones a Dak, pero ella no hace caso. Es divertido porque le ha dado la funda de su móvil para que "juegue" pero lo único que está haciendo es lanzarlo al suelo, volverlo a tomar y volverlo a lanzar, una y otra vez.

—No me hace caso. —Hace puchero—. Daaaaaaaaak... ya quiéreme —dejo salir mi risa al escuchar como alarga el nombre de mi niña—. Bueno, ya. El blanco.

—Genial, ahora cuando la duche se lo pondremos —asiente y se cruza de forma de indio.

     Lo miro con atención, ya que está jugando con los botones del conjunto de Dak, lo cual quiere decir, que algo está pensando.

—Oye... quiero hacerte una pregunta.

—Pregúntame —guardo el chocolate en el paquete y lo dejo a un lado. Se puso bastante serio, así que supongo que no preguntará alguna tontería.

—¿Qué pasaría si su padre vuelve? —dejo que mi expresión le muestre mi confusión. No entiendo a qué va la pregunta.

—No volverá.

—No lo sabes. —Muerdo mi labio—. Solo quiero saber que... que pasaría —suelto un suspiro y lo miro a los ojos.

—No sé qué pasaría, no tengo una respuesta concreta para darte —desvía la vista y mira el suelo—. No la tengo porque no lo pienso. Es decir, no paso mis días pensando en si volverá o no. No sé si me explico.

—Necesito saber en dónde me estoy metiendo. Quiero saber qué ocurriría en el hipotético caso de que él aparezca. —Vuelve a subir la mirada pero con la misma expresión seria que aquel día en que tiré su motocicleta—. Esto es... diferente. No es como cualquier relación, no sería tan fácil dejarlo todo le lado si es que algo llegara a pasar.

—No entiendo a dónde quieres llegar, Joe.

        Rasca su ceja en silencio. Creo que quiere decirme algo pero no sabe cómo decirlo específicamente.

—La realidad es que, yo no soy nada de la niña. Por el momento solo soy un chico más de los muchos que puedes llegar a conocer. Pero siento que —suelta un suspiro—, siento que no podría olvidarlas tan fácil. Hay algo en mí que me dice que podría encariñarme mucho más con ella y podría llegar a cuidarlas tal y como si fuera mi niña y... no creo que pueda adaptarme a estar sin ustedes si él vuelve a aparecer.

—Joe... —impide que siga hablado.

—Espera, es que si lo pensamos de esta manera, él siempre tendrá algo que los unirá. Por más que en este momento digas que no volverá, es una suposición tuya. Ninguno de nosotros sabe lo que pasa por su cabeza, si las piensa o no, si se arrepintió o no y... no lo sé, él siempre tendrá muchas ventajas hacia ustedes y sinceramente, no creo estar preparado para que eso pase.

       Me arrastro en la cama y le tiendo la mano para que la tome.

—Escúchame una cosa —fija su mirada en mis ojos—. Podrá aparecer las veces que quiera, pero no hay dos como tú, Joe. No podré olvidarme de que fuiste la única persona que desde el principio, me trató como una chica más. No tuviste prejuicios, no tuviste dudas,  y no podría estar más agradecida ante ti por las cosas que has hecho. ¿Has visto a Dak? Te trata como si fueras parte de la familia... no podría quitarle eso para darle una persona que si se fue una vez, puede irse dos.

Cenizas de un amor. ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora