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Peter se marchó de nuevo a sus clases, como era de costumbre, esta vez sin despedirse de su mentor, ya que sabía que no se encontraba bien, debido a los golpes y resaca de el día anterior.
Peter nunca tenía intención de ir a alguna de sus aburridas y estúpidas clases en las cuales ya sabía más que cualquier otro compañero incluso tal vez más que un propio maestro.

Pero esta vez iba por algo más, claro, ahora tiene un amigo con el cual platicar, estar en el almuerzo y no sentirse sólo y además una enamorada, por muy antipático que suene, ahora tenía una misión y un por qué de ir a sus estúpidas clases, debía conquistar a Michelle, debido a que no pudo observar a Tony, no le pudo pedir consejos de como enamorar a alguien.

Llegó al lugar gracias a el lujoso auto que Happy conducía, bajó, se despidió de el amable y exasperante Happy, entró a el lugar buscando a su ahora amigo Ned, el cual hacía lo mismo, se encontraron, se saludaron y se dirigieron a sus pretenciosos clases.

Mientras que en la casa de Tony, Stark estaba algo cansado incluso de mal humor, estaba ansioso y golpeado era una mezcla rara de sentimientos y deseos, uno de ellos tener intimidad, ya que la erección de sus pantalones lo pedía.

Era clara una cosa, Tony Stark necesitaba tener sexo, pero desde que conoció a Pepper, el "nuevo" Tony no tiene sexo con cualquiera, excepto la otra noche que tenía a muchas mujeres en su habitación, haciendo lo que él quisiese, pero vamos es un hombre y lo necesita.
«Además no cuenta si yo no queria, lo necesitaba», se justificó el genio excitado.

Pero el enorme bulto que se colaba en sus pantalones no pensaba lo mismo, Stark estaba acostumbrado a sexo muy seguido, era todo un adicto, desde la adolescencia se presentó esto, ya que no podía dejar de autocomplacerse, siempre fue un caliente, su erección aparece por el más leve roce, aún siendo todo un adulto de 45 años sigue sucediendo, era difícil ocultar sus erecciones con sus pantalones, siempre presumió nunca tener que usar ninguna pastilla que le ayuden en algo, o de que alguna mujer se quejase de él, sus técnicas, duración o tamaño.

Dejó de lado los pensamientos y todo lo demás para dejar el escritorio con su crema en mano y dejarse caer en el sofá, se bajó los pantalones y dejar libre su erección, se hurtó crema en el erecto miembro, llevó su mano a su erección cerró los ojos ante el contacto de sus manos frías.

Lo empezó a masajear como una vagina lo haría, lo hacía suave y con ritmo para sentir las mejores emociones y sensaciones, liberaba el estrés haciéndolo, y que mejor que desde la comodidad de tu laboratorio muy privado, su mano complacia su pene, con la yema de sus dedos tocaba suavemente su glande, llevaba su mano desde la base hasta la punta de la erección, y se detenia para masajear sus bolas.
Vaya si Stark sabía complacerse, nada mejor que Tony Stark, para complacer a Tony Stark.
Eso era lo bueno, el sabía como tocarse, en donde y cuando parar.

Ya había pasado un largo tiempo, la cara de Stark empezaba a mostrar la excitación muy elevada, cerraba los ojos, mordia su labio, subió la cara deseperado por llegar a el orgasmo, su cinturón provocaba un sonido con el piso, que por más extraño que suene lo excitaba aún más, estiró por completo las piernas con los pantalones hasta sus rodillas, ¡ya venía!

Soltó tremendo gemido cuando el orgasmo se hizo presente en él, luego de tanto masajear su miembro
Sus líquidos se dispararon por el sofá, suelo y en su camiseta negra, también sus manos estaban repletas de su líquido, se dejo caer en el sofá, no importando nada y con una sonrisa de satisfacción en su agitado rostro.

Quien pensaría que Tony Stark se tiene que masturbar.

Luego de retomar el aliento se levantó, quitó sus pantalones por completo y su camiseta.
Vio el tremendo desastre que había dejado en el sofá, piso y su ropa, río orgulloso «vaya que orgasmo», pensó.

Salio de la habitación muy protegida, completamente desnudo, pero vamos no había nadie en su casa, podía estar en la sala de su casa así sin problema alguno.

Se dirigió a su habitación entró a la ducha y dejó caer el agua por su cuerpo, ya muy desestresado.

Ya Peter estaba entrando de nuevo a la casa, y Tony ya estaba con su ropa casual para estar encerrado en su laboratorio, en el cual se encontraba.

En menos de lo que esperaban, el psicólogo que Tony había contratado para Peter ya había llegado.

Tony lo recibió cordialmente muy raro de Tony, no recibir a alguien con su humor no tan agradable para alguien que no lo conociera, lo llevó a una habitación en la cual tenía un diván, o algo parecido a uno, pero serviría.

El señor James, el gran psicólogo William James, era el mejor psicólogo de el país, y que viviera en el mismo estado que Stark era suerte, el que llegara hasta la casa de Stark no fue suerte, fue obra de la gran cifra que Stark le había ofrecido.

Tony llevó a Peter con el señor James y se fue de ahí para dejarlos solos.

—Muy bien Peter, cuéntame, ¿que sucede?— preguntó el experto

Peter le contó todo lo que le había pasado, siendo lo más claro posible y lo más breve, sin dejar de lado nada, un hábil resumen.
Peter esperaba que el señor James quedara boquiabierto por la tremenda historia que de su boca había salido y que había vivido hasta el momento.

El señor James parecía no prestar atención y sólo apuntaba en su libreta, y como ahora aún mas parecía un psicólogo de alguna película barata.

—¿Te sientes culpable?, ¿Por que?— interrogó el señor James con la más calmada actitud.

—Pues pude haber detenido a mis padres para que no subieran a ese vuelo— dijo el pobre Peter con un nudo en su garganta —y... mi tío salió a buscarme por que me había salido a la tienda enojado... por mi lo mataron al robarle el auto— soltó unas lágrimas.

—Llora, te hará bien— bastó para decirle y el chico se soltó en lágrimas —En primero, no te puedes culpar por la muerte de tus padres, eras sólo un pequeño Peter, al igual que con tu tío, lo que esta destinado a suceder, sucederá, aún evitando lo que evites, así como tú estás destinado a vivir, si no los múltiples intentos de suicidio hubieran sido pan comido; eres tú el que no te perdonas, te aseguro que ellos jamás te hubieran culpado por algo además, mira a donde te llevo eso, ¡Estas con Tony Stark! — Esta vez el señor James trató de animar a Peter con su voz alegre —piensa, por algo estas aquí, quizá y sea una buena oportunidad— terminó el muy buen psicólogo.

Las lágrimas de Peter se calmaron un poco, después de los consejos y palabras que el señor James le había regalado.

—Chico, el señor Stark se preocupa por ti, ¿Haz visto cuanto cobro?, pagó el doble por que viniera hasta acá hoy, por ti—.

Peter sonrió con los ojos rojos, por las recientes lágrimas.

—Gracias— dijo Peter secando sus lágrimas.

—No lo agradezcas, es mi trabajo— le dedicó una sonrisa amable.

Luego de recetarle algunos medicamentos antidepresivos, y algunos para evitar las pesadillas salió de ahí, esperando que Stark pidiera sus servicios de nuevo, pero también deseando que Peter se mejore de sus problemas.

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Bueno pues aún falta mucho pero espero y les esté gustando, no olviden votar, comentar y seguirme.
¡Saludos!

En Otra Vida.  (Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora