Los copos de nieve empezaron a disminuir con el paso del tiempo y también con ellos el frío de la tarde, aquella nevada no había sido tan fuerte, pero había logrado cubrir las calles y alguno lugares, con una delgada capa de color blanco.
Pei Ming soltó un poco de aire y su aliento se condensó en una pequeña nube blanca. El frío no era tan notable, además, la cafetería resguardaba muy bien aquellas mesas externas, pero aún así, la temperatura le obligó a dejar sus manos en los bolsillos para mantener el calor.
Nunca fue amigo del frío, y si fuera por él, estaría en el interior de aquella cafetería, seguramente bebiendo algo caliente, con esa linda pelinegra con quién había estado hablando, antes de que llegara el mayor de los hermanos Shi.
Y sí, resultaba ridículo para cualquiera que lo conociera, que hubiera abandonado a tan atractiva conquista de ojos color miel, solo por ir tras de Shi WuDu e insistirle por una simple salida, como en los viejos tiempos.El castaño dió una mirada hacia un lado y divisó la fría expresión de Shi WuDu, su piel blanca y rasgos elegantes, complementados con aquel cabello de color negro intenso peinado hacia atrás, con un par de mechones que se habían desprendido por una leve ventisca helada. Pei Ming resistió el impulso de levantar su mano y peinar aquellos mechones en su lugar, para así no arruinar aquel cuadro sobrio y frío.
Pei Ming lanzó un pequeño suspiro del cual ni siquiera fue consciente, el leve sonido llegó a oídos del chico sentado en la mesa y prestándole atención, levantó su mirada y aquellos ojos fríos chocaron con los de Pei Ming.
El castaño se mantuvo en silencio, dejó que aquella mirada de color azul glacial intentara perforar hasta sus huesos, como en tiempos pasados lo hacía. Pasaron unos segundos, los ojos avellana del castaño siguieron enfocados en Shi WuDu, hasta que, en un movimiento, parpadearon lentamente y recorrieron los rasgos del pelinegro, casi perezosos y solo un poco coquetos, como la mirada de un felino.
De inmediato, Shi WuDu bajó la mirada de nuevo, con indiferencia, para luego enfocarse en su café, que estaba empezando a enfriarse.Pei Ming miró de nuevo hacia el frente y sonrió de lado. Shi WuDu no había cambiando casi nada, aún pasado poco más de un año durante lo que no se habían visto, su mirada seguía siendo la misma, su actitud y sus expresiones también, al igual que aquella aparente indiferencia hacia las miradas que le dedicaba Pei Ming.
—¿Aún sigues aquí?
—No has aceptado mi invitación a salir uno de estos días, WuDu, no me iré hasta que lo hagas.
—No recuerdo que fueras tan persistente cuando alguien te trataba con indiferencia.
—Pues yo no recuerdo que tú paciencia fuera tan duradera cuando se trataba de mi.
—No se trata de paciencia contigo, se trata solo de ignorar todo lo que digas. No me importa.
—Vamos, WuDu, solíamos ser amigos en el pasado...— Pei Ming giró su mirada y percibió un leve movimiento en las cejas del pelinegro, como si se eliminará la tensión y diera lugar a una expresión melancólica.
—Muy buenos amigos— soltó Shi WuDu, para luego volver su voz un tono más dura —hasta que decidiste arruinarlo.
Pei Ming apretó los labios.
Arruinarlo, por supuesto, hace más de un año había arruinado la amistad que había forjado con el mayor de los Shi.Fueron amigos desde que Pei Ming tenía memoria, Shi WuDu y su típica actitud orgullosa y Pei Ming con su coqueteo natural. Nunca hubo problemas, aún si algunas diferencias estuvieran marcadas, todo funcionaba siempre entre ellos.
Hasta que Pei Ming decidió declararsele.Si, era verdad, el castaño acostumbraba a salir con cualquier chica que le pareciera linda, lo que le había dado aquella fama de mujeriego.
No lo culpen, era un completo amante de la belleza femenina y no le diría que no al romance sin mucho compromiso. Pero siempre sintió que faltaba algo, en medio de todo el romance, de las escapadas, de la pasión vespertina de algunas ocasiones, siempre le hizo falta algo, y ese algo era la evidente comprensión y confianza que le inspiraba su mejor amigo.
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Tu perfume entre la nieve (Tian Guan Ci Fu) (Fengqing)
Fanfiction-Él es como un clavel en invierno- susurra Feng Xin - el maldito es fuerte, frío y orgulloso entre la nieve, y la escarcha helada, en lugar de maltratar sus pétalos, lo hacen jodidamente encantador... ~~~~~~ Sus destinos chocaron mucho antes de lo q...