Capítulo 28 ~ ¿Y si estamos destinados a ser desconocidos?

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Hay doble cap, mis amores, para más información leer en las notas finales. ¡HE VUELTO! Aaaaaaah, no saben cuándo extrañaba ésto...

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Amor ciego bajo la oscuridad de una máscara. 
Amor inválido con rastros de realidad.
Sanaste bajo el suspiro del ángel disfrazado, y con él, dejarás cada herida como cicatriz fugaz. 

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"¿Strudel* de cereza?" La palabra se oye algo lejana y extraña en la boca del mandamás de Mar Muerto.

"He Xuan…" Mu Qing ni siquiera ha dado el primer mordisco a su bocadillo cuando un pelinegro oculto bajo una capucha negra azulada se sienta junto a él en la barra de aquel puesto callejero. Aún si su rostro pálido no se nota demasiado, Mu Qing supone que su presencia es lo suficientemente fría y tenaz como para influir cierto miedo, pues los comensales alrededor se separan uno o dos lugares lejos de él. 

Mu Qing rueda los ojos y resopla en medio de la nevada, no puede evitar pensar que las cosas siguen siendo igual que antes. 

Con un solo movimiento desliza hacia He Xuan el strudel que aún queda en su envoltura, después vuelve a enfocarse en el que aún está en sus manos, definitivamente no quiere ver cómo en un par de segundos muere su último panecillo. 

"Es el único lugar donde los preparan con cereza" Mu Qing responde y muerde el ojaldre dulce. 

"Es el único lugar donde siquiera los preparan" Mu Qing se enconje de hombros y no dice nada más acerca del tema, está seguro de que He Xuan no quiere hablar sobre postres extranjeros en Mar Muerto. 

"¿Por qué me llamaste?" Mu Qing mira levemente al pelinegro, nota sin mucha sorpresa que el strudel va a menos de la mitad y justo en ese momento, He Xuan se detiene y le da una mirada fría antes de responder sin rodeos. 

"Lo que sucedió hace un mes" empieza "las cosas se han vuelto algo… complicadas"

Mu Qing tarda un poco más de tres segundos en notar que el tono usado es cuateloso, no lleva la misma frialdad en la voz de He Xuan, eso le provoca un sabor  amargo en el paladar y una sensación pesada en el pecho, como cuando los niños rascan sobre la concha que se ha formado sobre una herida, queriendo quitarla. 
Lo que sucedió hace un mes, se recuerda. 
Lo que sucedió hace tres semanas. 

Lo que sucedió hace dos semanas, el sabor amargo del licor se funde con el de los recuerdos y está seguro que el regusto aromático no fue suficiente, al igual que el intento de olvido y el nuevo sentimiento de resignación no bastaron para que la imágen de Feng Xin aferrado a él, el perfume de su cabello, el sabor del vino en su boca y sus palabras, se fueran de su lado. Y jura que lo ha intentado olvidar, tal vez de una manera muy extraña, aferradonse a cosas que sabe que ya no poseen valor en ese punto, recorriendo los recuerdos como un consuelo disfrazado de olvido, como quien delinea con los dedos, las letras de una página de relatos dolorosos, los lee, vuelve a hacerlo y aún si las lágrimas fluyen sin parar, vuelve a leerlo una última vez antes de cerrar el libro, es un extraña manera de superar el primer golpe, palpando la herida, recordándose a partir de ese mismo dolor, la felicidad que vivió antes de la cuchillada final. 
Hace un mes se dijo a si mismo que podría sobrellevar el dolor de haber lastimado a quien una vez le entregó una cura, se dijo que podría mentirse a si mismo y fingir que aquel cariño tan puro no hizo mella en su corazón, se dijo que el odio que Feng Xin podría sentir por él, le ayudaría a dejar todo atrás, dejar los restos de un barco que, después de llegar a su destino, jamás volverá a salir del muelle, porque se ha destrozado en el camino, sin esperanza a ser reconstruido para volver a navegar. 

Tu perfume entre la nieve (Tian Guan Ci Fu) (Fengqing)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora