Capítulo 23 ~ El primero en soltar, siempre pierde.

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A Wei Wuxian siempre le gustó la música.
Todos en la familia podían recordar cómo, en su niñez, días después de empezar clases de flauta, empezó a practicarla en cualquier lugar de la casa, con los quejidos de Jiang Cheng acerca de que muy pronto invocaria a los muertos, y las risas de Yanli, mientras le decía que sería el mejor en su clase. Si, terminó siéndolo, pero ese no fue el final.
Siempre fue tachado de rezagado, lo veían como el típico chico rebelde obsesionado con la música, con bajas calificaciones que había montado su propia banda de garage. Y sí, podía ser rebelde, pero sus calificaciones no eran malas y dicha banda jamás existió, pero su gusto por la música siguió ahí, siendo parte de las clases extracurriculares de música y otras veces colándose en el salón para tocar cualquier instrumento a escondidas.

Si, Wei Wuxian siempre gustó de la música, pero empezó a amarla cuando vió a Lan WanJi tocar el Guqin.

Recuerda el día en particular, cuando vió al estudiante más sobresaliente del instituto, el mismo sobrino del director, colándose en el salón de música y empezar a tocar el instrumento. Aún recuerda la imagen tan excelsa de aquel cuadro, expresión fría, cabello negro, movimientos perfectos y el sonido más bello que había escuchado. Pero eso era historia de otro tiempo, que recordaba de vez en cuando, como un reflejo de un buen pasado.

Wei Wuxian ama la música y sobretodo el enseñarla. Y como el profesor de música que es, nunca ha dejado pasar por alto algún talento natural que cruza su aula.

Mu Qing es uno de ellos.

Talento, elegancia al ejecutar y un toque frío y orgulloso que le daba cierto encanto de pianista solitario.

Demasiado solitario, si le preguntaban a Wei Wuxian. Sobretodo en sus clases. Y si era sincero, le preocupaba.

Quizá por eso insistió en que formara un dueto con Long Xiang, porque además de la sincronía perfecta que había entre los dos, la chica tenía esa extraña empatía con personalidades difíciles, era cautivadora y explosiva a la vez, y aunque fue inesperado, logró llegar hasta Mu Qing, de la forma en que lo haría un confidente.
Aún así, Mu Qing siempre fue demasiado complejo. Incluso para quien fue capaz de convertirse en su amiga.

Pero hace poco más de un mes, las cosas habían estado algo...extrañas.
Aunque no quisiera catalogarlas como extrañas, fue la primera impresión que tuvo cuando notó a Mu Qing acariciar las teclas con un curioso cariño mientras las comisuras de sus labios se torcían hacia arriba muy levemente, la sorpresa fue aún mayor cuando le pidió tocar "Gymnopédie No. 1*", y cuando terminó, lo único que podía pensar Wei Wuxian era: nadie puede ocultar el encanto del cariño, aún con una vida de práctica.

Porque, maldición, "Gymnopédie No. 1" era una de las piezas más melancólicas a ojos de mundo, te daba la sensación de soledad como consuelo y te hacía hormiguear los dedos como si pudieras recordar el breve ascenso y eterno descenso de algún momento feliz, Wei Wuxian había escuchado aquella pieza tocada por Mu Qing en ocasiones anteriores y el chico siempre le dió un toque aún más intenso y triste, por su frialdad y sus movimientos firmes, pero ese día en particular, descubrió que se podía tocar esa misma pieza, con la suavidad y los suspiros de un amante, mientras los labios de Mu Qing amenazan con formar una sonrisa. Fue un impacto increíble para él, como profesor de música. La pieza era la misma, pero el toque que le dió el Mu Qing sentado en ese piano, fue único, realmente único.

Y por lo que notó Wei Wuxian, estaba seguro que la razón de aquel nuevo aire sentimental de sus prácticas, se debía únicamente a ese curioso castaño llamado Feng Xin.

El descubrimiento del cariño, para alguien como Mu Qing, era como una nota nueva añadida a una pieza antigua, tienes miedo de que la arruine, pero en cambio resulta en algo nuevo y hermoso.

Tu perfume entre la nieve (Tian Guan Ci Fu) (Fengqing)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora