Tu perfume entre la nieve (Tian Guan Ci Fu) (Fengqing)

Capítulo 21 ~ El inicio de lo que debió ser. Parte 2.

He negado por tanto tiempo y ahora me repito mis días como pecador y como amante, buscando aquellos dónde las dos culpas se mezclan. Llámame amor y luego mentiroso.

Y sea por orgullo, déjame mentirte una vez más como tu amante, y sea después por tus escrúpulos, mírame como el pecador que soy. 

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"Wuya"
"Wuya"
"Wuya"

Feng Xin ha perdido la cuenta de las veces que ha escuchado aquello, la palabra se ha reproducido tantas veces en su mente que está seguro que no será fácil removerla de ahí. Sabe que se refiere a Mu Qing, lo infiere, desde que escuchó al pelinegro, He Xuan, mencionar aquello como lo más natural del mundo entre los presentes. 

"Wuya"

Un cuervo. Un cuervo negro. 
Feng Xin no sabe que sentir al respecto cuando piensa en el porque llaman a Mu Qing de esa manera, aún peor, no sabe cómo sentirse al notar que él es el único que nunca supo de eso. Hasta el idiota de Hua Cheng parece ser muy conocedor de lo que sucede. 

Si es sincero, la situación le parece una muy mala broma. Una con la que no sabe cómo sentirse. En una parte hay ansiedad y en la otra hay un extraño vacío. No sabe si los está sintiendo porque no sabe dónde carajos está Mu Qing o porque le abruma descubrir quién es en verdad el chico que se ha ganado la fidelidad que Feng Xin jamás pensó regalarle a nadie. 

Xie Lian lo ha evadido por más tiempo del que Feng Xin quisiera, las preguntas han quedado en el aire y el castaño se siente ahogar a cada segundo que pasa.
Hay respuestas aleatorias, como si Xie Lian escapara de algo, como si estuviera ayudando a alguien a escapar.

Y si, por un momento, Feng Xin quisiera decirle a Xie Lian, que conoce los barrios como para saber que son regiones divididas y ha oído lo suficiente de su boca, acerca de que el mismo Hua Cheng es líder de una de las divisiones; no hace falta que Xie Lian se lo repita, Feng Xin solo quiere una respuesta entre todas las preguntas. 

¿Dónde carajos está Mu Qing? 

El lado blando de su corazón le ha ganado a su superstición y poco parece importarle otras respuestas. Sabe que las palpitaciones aceleradas no son solo por trotar entre toda esa gente, sabe que sus emociones están aflorando y la única forma de calmarlas es encontrar esa maldita cabellera plateada que le remueve el borde de sus latidos. 

"Wuya"
"Mu Qing" 

Las dos palabras suenan como los susurros de una pesadilla de la que está a punto de despertar.

Pero no tiene tiempo para pensarlo demasiado, los casi infinitos puestos de comida callejera se vuelven menos densos en las calles, al igual que los transeúntes, Xie Lian disminuye el paso y parece como si dudara de algo al divisar una calle curveada a pocos metros. 

"Ge ge" Hua Cheng se ubica a su lado y entrelaza sus dedos con los de Xie Lian. Hay confianza y apoyo en el gesto y Feng Xin empieza a preguntarse qué tanto no conoce de algo como aquello.

Han cruzado la frontera del territorio del Blanco sin rostro, el ambiente es casi tan obvio como escalofriante, las calles casi vacías, la falta de color y ruido de Mar Muerto. Es como cruzar un espejo, es como atravesar una misma realidad, pintada con distintas paletas de color.

Hua Cheng y He Xuan se han mantenido alerta desde que la frontera fue cruzada, Feng Xin lo entiende, ha escuchado -igualmente de Xie Lian- sobre la rivalidad entre las dos zonas del Oriente y las otras dos de occidente, sabe muy bien que hay un tratado de paz armada que debe cumplirse, pero igualmente, si se rompe, no hay lugar para consideraciones.