VI

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- ¿Hugo ayer te dio mucha guerra? -preguntó Iván mientras los dos  desayunábamos 

- Digamos que un poco -si él supiera 

- Menos mal que esta vez te tenía a ti, cuando me pasa esto soy el único que va en todos sus sentidos y no me puedo encargar de todos -le dio un trago al café 

- ¿Esto pasará más veces? 

- Claro que sí, mujer -dijo él riendo- pero no te preocupes ayer Hugo se pasó no suele beber tanto 

- Bueno seguro que hoy él y Gérard tardaran en levantarse 

- Ellos dos y los otros también -los dos empezamos a reír 

- Pero bueno igualmente me lo pase bien, nunca me habría imaginado vivir esta experiencia -le di un trago a la tostada

- Ya te avisé que les cogerías cariño -me guiñó el ojo

- Que me lo haya pasado bien no quiere decir que les tenga cariño 

- Espérate un par de de días más 

***

Me pasé todo el día ayudando a Iván en temas de lo que quedaba de gira y también trabajando en mi proyecto, eran las 22:00 de la noche y no me había dado cuenta que seguía en la oficina sola trabajando en la publicidad. Hasta que tocaron a la puerta y vi al chico del tatuaje entrar por la puerta tímidamente.

- ¿Puedo entrar?

- Sí -no aparté mi mirada del boceto

- Ehm -vi como sus pies se movían de un lado a otro- creo que te debo una disculpa 

- Hugo no hace falta que lo hagas -no quería tener esa conversación, me daba mucha vergüenza 

- Sí, sí que hace falta porque yo no hago las cosas así -cogió la silla de delante mío y se sentó- yo no soy así 

- Hugo en serio que no pasa nada, no hace falta que te disculpes 

- Pero yo me quiero disculpar -los dos nos quedamos en silencio 5 minutos con una gran tensión en el ambiente- ¿Has cenado? 

- No -seguía sin mirarle 

- Recoge tus cosas que nos vamos -empezó a poner mis lápices en el estuche y amontonar diferentes folios 

- ¿Qué dices, Hugo? -lo miré por primera vez

- Pues eso que nos vamos los dos 

- ¿A dónde? -no entendía nada 

- A descubrir la ciudad -nos miramos- la mejor manera de conocer una ciudad es patear la calle por la noche y tu no has cenado así que os vamos a cenar 

- Pero no tengo hambre y tu tienes resaca -estaba empezando a tener nervios por el descontrol 

- Primero he dormido todo el día, estoy muy descansado -se acercó más a mi- segundo tenemos toda la noche para cenar, ya te entrará el hambre 

- Pero yo no puedo estar toda la noche sin dormir, te recuerdo que estoy aquí por trabajo- se agachó a mi altura y me miró fijamente 

- Me sabe mal ser yo quien te lo diga pero ya llevas 4 días trabajando y aún no has sacado nada que tu encuentres decente, además si te han enviado con nosotros es para que rompas tus esquemas de una vez por todas y dejes de ser la chica correcta 

Lo miré a los ojos y empecé a dudar, tenía razón con lo que me acababa de decir, me había enviado con ellos porque Noemí sabía que estaba atascada y era hora que mi control se descontrolase un poco, el se levantó y acercó su mano a la mía.

Limón y Sal // AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora