XXVI

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POV ANAJU

Me despierto con resaca, mis ojos llorosos y la habitación oscura, miro la hora y veo que son las dos del mediodía, ni el alcohol ha sido capaz de quitarme el dolor, esa imagen no escapa de mi mente y junto a eso, un gran dolor en el pecho. Me juré que no me volvería a enamorar y aquí estoy pensando en él, en sus ojos, en sus besos, en sus manos, sus benditas manos pero también recuerdo que me ha humillado delante de todo el mundo.
Las notificaciones siguen llegando a mi móvil, la gente no tiene ni un mínimo de empatía, son todo menciones a las diferentes publicaciones de las revistas, otros son mensajes apoyando la vuelta de la pareja y después hay otros compadeciéndose de mi.
No me lo pienso dos veces y borro Twitter e Instagram, abro WhatsApp y tengo la bandeja de entrada llenas de mensajes de mis amigos y de él, él ocupa el primer sitio ahí arriba pidiéndome que le conteste las llamadas, esas llamadas que se han pasado toda la noche apareciendo. Apago el móvil, y lo dejo en la mesilla de noche, me acomodo en la cama y las lágrimas vuelven a aparecer, nunca me habría imaginado el dolor que me podía causar una simple persona, pero es que nunca había sentido tanto en tan poco tiempo, 7 meses intensos, bonitos y dolorosos.

Las 20:00, sigo tumbada en la cama, todo sigue oscuro, no siento nada, ya no hay lágrimas, ya no hay rabia, ni tristeza, ni amor, tan solo respiro y mi mente está en blanco, Samantha y Maialen me han intentado hablar desde el otro lado de la puerta pero no he sido capaz de responder. Tan solo necesito espacio, necesito tiempo y necesito estar conmigo misma.

- Ana -es la voz de mi hermana la que está esta vez en el otro lado de la puerta

Por mi parte hay silencio

- Ana, se que me estás escuchando

Sigo callada, no puedo hablar, si hablo me voy a romper

- Me he enterado de todo -hace una pausa-te he traído palomitas

Mi expresión sigue neutra

- Ana, por favor, necesito saber que estás bien -la voz de mi hermana es de preocupación

No contesto

- Tan solo te voy a decir una cosa -hizo una pausa buscando las palabras adecuadas- has pasado por cosas peores y siempre has salido adelante, eres la persona más fuerte que he conocido nunca y esto no puede contigo. -calló esperando una respuesta- Te recuerdo lo que mamá siempre nos decía cuando éramos pequeñas "Os dejo estar un día mal para sacar los sentimientos, pero el siguiente tenéis que levantaros y dar lo mejor que vosotras"

Recordé todas las veces que mi madre nos decía esto cuando éramos unas crías y teníamos crisis existenciales por chorradas

- Cariño se que ahora te duele esto, pero este dolor no puede contra ti, no puede contra mi persona favorita. Nunca te lo he dicho pero si a alguien admiro es a ti, eres mi hermana pequeña, pero mi hermana pequeña me ha hecho ser la persona que soy hoy en día. -oí un suspiro y mi contestación no llegaba- No hay manera -supongo que se dirigió a Sam y Mai

- Tan solo nos queda esperar -dijo la rubia

- Nunca la habíamos visto como ayer en la discoteca -esta vez fue la navarra

- Yo nunca la había visto tan encerrada en ella -habló mi hermana

- Tan solo podemos esperar y que ella quiera salir -se callaron

- Le ha hecho mucho daño -dijo Cristina

- Se ha pasado todo el día llorando -dijo Sam- ¿Os quedáis a dormir a ver si...?

- Sí, yo me quedo -dijo mi hermana

- Yo también -esta vez fue Mai

***

POV SAMANTHA

Cristina, Maialen y yo desayunamos en la sala en silencio esperando alguna señal por parte de Anaju.
Ayer Hugo a la hora de cenar me llamó, me dijo que no había pasado nada, que él no había hecho nada, que necesitaba hablar con Anaju. Ayer Hugo me lloró en el teléfono, noté verdad en su voz, noté arrepentimiento y también noté miedo, mucho miedo.
Oímos la puerta del cuarto de Anaju abrirse para al cabo de un minuto oír la ducha abrirse, las tres nos miramos sin saber que hacer, no queremos agobiarla, que salga de la habitación ya es un gran paso. Pasan 30 minutos y aparece Anaju, con una sonrisa, maquillada, vestida para salir a la calle, ahora para nada parece que ayer se pasó el día en su casa llorando.

- Buenos días -nos da un beso a cada una y se va directamente a la cocina

- Amigas esto no es buena señal -dice Mai una vez que no nos puede oír

- Mierda -su hermana se toca la sien- ha puesto el muro

Limón y Sal // AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora