XXXVI

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- Tía más rápido que tan solo queda una hora para que empiece el concierto -dijo Sam mientras llevaba a Luís en brazos

Y así es, tan solo una hora, y estábamos corriendo por los pasillos del Palau Sant Jordi para llegar al camerino de Hugo.

Todo pasó ayer y muy rápido, no tuve tiempo a negar la invitación, ver a mi hijo emocionado porque su cantante favorito le ha invitado no es algo que pasa todos los días... Así que aquí estamos, llegando a su camerino. Admito que la última vez que estuve en el camerino del cantante en el Palau Sant Jordi nos besamos, me acuerdo como si fuese ayer, vino corriendo, nos abrazamos y nos besamos. Pero ahora han pasado 7 años desde ese día y las cosas han cambiado, él con una novia que no soy yo, y yo con un hijo de 4 años que no es suyo.

- Vamos mamá -me ordenó mi hijo

Ellos tocaron a la puerta de la habitación y entraron, yo disminuí mi ritmo, era una mala idea, y tenía miedo. Pero el miedo aparece cuando deseas hacer algo y tu inseguridad hace acto de presencia. Llegué a la puerta y antes de que me pudieran ver cerré los ojos, respiré profundamente y oí como mi hijo reía, así era mi hijo cuando estaba con Hugo, feliz.

- Hola -hice acto de presencia en la habitación

- Hola -Hugo tenía en brazos a Luís y me miró sonriendo- le estaba diciendo a tu hijo que cuando terminase el concierto y todo el mundo se fuera podríamos jugar un rato en el escenario

- ¿Podemos mami? -los ojos ilusionados de mi hijo no me permitían negarme

- Claro que sí cariño -y ahí estaba Hugo mirándome con sus ojos color nácar, con su sonrisa tan característica, ninguno de los dos decía nada tan solo nos mirábamos y con eso nos bastaba

- Hola, soy Amanda -dijo una chica con un acento americano marcado- la novia de Hugo

- Hola, soy Anaju -nos saludamos con la mano- una vieja amiga de Hugo

- Encantada

- Igualmente -la chica era preciosa, toda una modelo de Los Ángeles, entiendo a Hugo al estar con ella, yo también lo estaría

Estuvimos hablando en el sofá sobre el concierto y como funcionaba todo, mi hijo no dejaba su cara de sorpresa y es que su emoción era tan grande que Hugo quería que lo viera todo.

- ¿Hugo quedan 15 minutos estás listo? -dijo un técnico

- Os venís conmigo -dijo mientras se levantaba

- No, mejor ves tú, te tienes que concentrar y tan solo te molestaremos

- Sabes que nunca me molestáis -se hizo un silencio en la habitación, yo tan solo pude bajar la cabeza ante la mirada de su novia sobre mi- quiero que Luís lo vea todo -intentó rectificar

La mirada de mi hijo sobre mi esperando mi aprobación no ayudaba y es que me estaba costando mantener la compostura. Pero es que se habían juntado mis dos debilidades y eso significaba mi total perdición.

- Venga vamos -me levanté y nos dirigimos hacia la puerta- ¿No vienes? -me dirigí a Amanda

- No -ella sonrió- no me gustan los conciertos -asentí y miré a Hugo levantando las cejas

- Nos vemos luego -le dijo el rubio y los dos cogiendo cada uno una mano de Luís nos fuimos hacia el escenario

- ¿Nunca viene? -pregunté extrañada

- No

- ¿Y no te molesta?

- La verdad es que no -se encogió de hombros- no puedo hacer nada

Limón y Sal // AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora