POV HUGO
Miércoles, las 20:00 de la noche.
Ella estaba tumbada en mi pecho mientras estábamos en el sofá mirando una película. Habían pasado 4 días desde la noche del concierto y había visto a Anaju cada día utilizando cualquier excusa para verla, cualquier tontería me era suficiente para poder verla durante tan solo 5 minutos, pero esos 5 minutos me bastaban para estar feliz. Supongo que el hecho de que Luís estuviese con su padre ayudaba a que Anaju se dejara querer, poco, pero lo suficiente.
Sonó su teléfono, se separó de mi lentamente, su mano se encontraba en mi rodilla mientras respondía a la llamada.
- ¿Andrés pasa algo? -oí una voz grave desde el otro lado hablar muy rápido
La cara de Anaju cambió de repente, su rostro paso de calma a miedo.
- ¿Cómo? -se levantó- voy enseguida
Me levanté junto a ella, no sabía que pasaba pero algo no andaba bien.
- ¿Anaju, qué pasa? -apagué la televisión al ver como ella se iba hacia la salida- Anaju háblame -la cogí del brazo al ver como ella estaba en piloto automático y cualquier cosa que dijese no servia para llamar su atención- Dime qué pasa -entonces su mirada se centró en mi
- Luís -su ojos estaban llenos de miedo
- ¿Qué pasa con él?
- Está en el hospital -dije firmemente- me voy hacia allí
- Voy contigo -se paró
- No
- Sí -respondí firmemente- y ahora no tenemos tiempo para discutir -me puse la chaqueta cogí las llaves del coche y fuimos corriendo al parking
El coche estaba silencioso, no se oía ni un solo ruido, sabía que mi acompañante detrás de su postura fría y sería estaba temblando de miedo. Pero ella no lo iba a admitir, porque así era ella fuerte, daba igual si se estaba rompiendo en miles de pedazos, ella siempre encontraba alguna manera para seguir en pie. Ella era un castillo, con sus muros, sus torres, sus protecciones, era igual de fuerte, costaba derrumbarla, pero si le dabas en su punto débil, se desmoronaba. Sabía que tan solo era cuestión de tiempo, tan solo tenía que esperar a que ella se derrumbara, pero también sabía que lo haría a escondidas de mi, porque ella no era una chica de lágrima fácil, y si lloraba tenía que ser a escondidas, en un lugar donde nadie se pudiese aprovechar de su vulnerabilidad.
Por que ella se volvió fría porque fue buena con gente que le tocó el alma hasta lo más profundo de su alma y después le hicieron mierda. Por que ella daba todo y terminó sin recibir ni la mitad. Por que dio hasta el último gramo de su confianza y no lo valoraron. Ella se cansó y cambió.
Llegamos al hospital y ella con su postura correcta, sin enseñar ni un poco de desespero empezó a andar hacia la entrada. Ni me espero, y no me molestaba porque sabía que ella ahora mismo tan solo tenía a un hombre en su mente, y ese era Luís.
- ¿Luís Martínez Calavia? -preguntó a una enfermera que estaba en recepción
- ¿Usted es?
- Su madre -la enfermera buscó en el ordenador
- Tercera planta habitación 347
- Gracias -nos fuimos hacia el ascensor
Su respiración era profunda, sus pupilas se habían escondido en algún lugar, su rostro demostraba serenidad, control pero por dentro había un torbellino de emociones. La puerta del ascensor se abrió y no faltó ni un segundo para que su cuerpo ya estuviese andado hacia el hombre que un día fue su marido.
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Limón y Sal // Anahug
FanfictionÉl entró en la academia más importante de España Ella nunca se presentó al casting Él se convirtió en una estrella mundialmente famosa Ella trabaja en universal music como subdirectora de diseño Él necesita calma en tanto alboroto Ella necesita a...