Pero si le pone la canción, le da una depresión tonta, llorando lo comienza a llamar.
Brooke miraba el teléfono de Laurie con asco y él se rio por lo bajo.
—Quita eso —ordenó su tutor.
Laurie no respondió puesto que no podía dejar de reír. Cuando Brooke se levantó, Laurie supo que iba más en serio.
—Ya lo apago —aseveró Laurie levantándose rápidamente y agarrando el teléfono—. Es Jo.
Brooke no respondió.
—¿Puedo responderle? —preguntó Laurie nervioso, pero su tutor negó con la cabeza—. Por favor —suplicó.
—Estás mejorando mucho, Laurie —dijo Brooke con un suspiro—. No quisiera que eso cambiara.
—Puede ser urgente —insistió Laurie—. ¿Y si a Meg le ha ocurrido algo?
La expresión de Brooke cambió por completo y esta vez se presentó preocupado.
—No creo que sea urgente, Laurie —dijo Brooke más nervioso que nunca.
—Oye, Brooke, sé que tú eres nacido del siglo pasado, pero cuando un adolescente llama es urgente —dramatizó Laurie.
—O no —murmuró Brooke.
—Ha dejado un mensaje —señaló Laurie, Brooke parecía aún más preocupado.
—Dale —ordenó.
"Laurie, por favor, es urgente" suplicó la voz de Jo un poco ronca como si hubiera llorado.
Laurie miró a Brooke esperando su permiso para llamar a Jo. Brooke tragó saliva y asintió como aprobación.
—Gracias, Brooke —dijo Laurie con una sonrisa, marcó el número de Jo (que ya se había aprendido incluso de memoria) y se colocó el móvil en la oreja, mientras se alejaba para que Brooke no escuchara la conversación.
—¿Laurie? —lloriqueó la voz de Jo, al chico se le rompió el corazón oírla así.
—¡Jo! —exclamó Laurie con la pulsación a mil por si tenía que ir para la casa de su vecina—. ¿Qué ocurre porque lloras?
—Amy es una persona horrible —gimoteó Jo.
—¿Amy? ¿Por qué lo dices Jo? ¿Qué ha hecho? —preguntó tan nervioso Laurie que se puso a juguetear con un lápiz y sus manos.
—Me ha borrado todos mis libros, Laurie. —Jo no aguantó y comenzó a llorar por el otro lado del teléfono—. Uno que no había publicado en ninguna parte porque lo quería llevar a un editor. Uno que pensaba que era bueno...
—Jo, no te preocupes, todo eso está en la nube, seguramente alguien puede devolvértelo —aseguró Laurie, tenía el corazón totalmente destrozado porque sabía el empeño de Jo a la hora de escribir.
—No, Laurie. —Tan mal se le oía a Jo que Laurie habría deseado estar a su lado para abrazarla—. Meg y yo nos hemos tirado horas buscándolo, no está.
—Jo, debe haber alguna forma de que...
—¡No la hay! —gritó esta vez enfadada Jo—. Amy es una persona horrible.
—No lo habrá hecho a conciencia, Jo —aseveró Laurie, no creía que alguien fuera capaz de hacer algo así.
—¡¿No lo entiendes, Laurie!? —Jo gritaba y lloraba totalmente descontrolada—. ¡Fue por no llevarla al cine!
Laurie quedó en silencio.
—Deberías volver a escribir esa novela —sugirió.
—¡No, Laurie! —Los gritos de Jo estaban matando poco a poco a Laurie, nunca había tenido tanta empatía ni se había sentido tan mal por alguien—. ¡Ya es imposible! Esos son ideas que te vienen. ¡No seré una escritora famosa en la vida por su culpa!
Laurie escuchó un golpe, Jo debía haber golpeado algo. Y luego la escuchó llorar, llorar tanto.
—Jo, para —suplicó Laurie, mientras sus pupilas se llenaban de lágrimas y su alma se derretía poco a poco—. Por favor...
Pero Jo no le oía y lamentablemente, él a ella sí.
—No llores...
Eso último lo estaba haciendo él.
—¿Laurie?
Laurie subió la cabeza, había sido la voz de Brooke, tenía que estar preocupado.
—Jo, tengo que colgar —susurró Laurie y sin respuesta colgó.
Se levantó y abrió la puerta para encontrarse con Brooke que se preocupó al ver a Laurie llorar.
—¿Qué ha pasado? —preguntó.
—No me gusta oír llorar a Jo —respondió Laurie riéndose por los niveles de su empatía.
—¿Por qué lloraba? —Brooke estaba asustadísimo, seguro imaginaba lo peor.
—Amy se ha cargado su novela —contó Laurie—. Y ha sido a conciencia. Ella tenía que contárselo a alguien.
Brooke relajó los hombros, definitivamente esperaba lo peor.
—Deberías ir con ella a algún lado —sugirió después.
—He quedado con Amy —explicó Laurie—. ¿Y si quedo con las dos? A lo mejor hago que se reconcilien.
—No deberías meterte en esas cosas, Laurie —opinó Brooke—. Seguro que es un tema familiar.
—En parte es mi culpa, Brooke —dijo Laurie, nervioso. Brooke lo miró confuso—. Amy le ha borrado el libro a Jo porque no le invité al cine.
—No deberías cargarte con la culpa —protestó Brooke.
—No lo hago —refunfuñó Laurie—. Solo digo que es culpa mía que... —Brooke levantó las cejas—. Es que sí es mi culpa, Brooke —dijo Laurie—. En parte.
—No lo es, Laurie y no voy a dejar que te cargues con eso ni que te veas obligado de unir a las hermanas —protestó Brooke, pero Laurie no estaba de acuerdo.
—Voy a hacerlo porque quiero, Brooke —dijo Laurie—. Quedaré con Jo a la misma hora que con Amy y les obligaré a hablar.
—No me parece buena idea —insistió Brooke—. Pero como nunca me escuchas, adelante.
Laurie rodó los ojos y en su móvil tecleó: "¿Jo nos vemos esta tarde a las cinco?"
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Mujercitas de Luisa May Alcott (Contemporáneo)
FanfictionEl único lugar donde Laurie quería pasar era frente a la ventana, esperando algún día conocer a sus vecinas del frente que parecían disponer de una vida tan perfecta... O no tan perfecta, descubrirá después cuando logré conocerlas. Historia de las M...