Capítulo 16: Marmee lo sabe

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—Ya te he dicho que no —insistía Jo.

—Puedes impedirme hablar con tu madre, si quieres, pero aún puedo hablar con John —se enfadó Laurie—. Así que devuélveme el teléfono.

Jo se apretaba el móvil contra el pecho con los ojos llenos de lágrimas.

—Mi padre necesita a mi madre —dijo ella, nerviosa.

—Y también tu hermana —replicó Laurie intentado alcanzar el móvil.

Amy y Meg observaban la escena, ellas tampoco sabían qué más hacer. Amy estaba apoyada en las piernas de Meg derramando algunas lágrimas de preocupación, mientras ella le acariciaba la cara.

—Laurie tiene razón —dijo Meg—. Deberíamos hablar con Marmee.

Jo observó a Meg con tristeza y dejó el móvil a Laurie que marcó el número de Marmee.

—Nunca pensé que tendríamos que elegir entre papá o Beth —musitó Amy derramando una rápida lágrima, Meg seguía acariciándola.

—No estamos eligiendo —aseveró ella—. Pero Beth necesita más a Marmee que papá.

—¿Cómo estás tan segura? —preguntó Jo que ya estaba roja a causa de la tristeza.

Meg tragó saliva.

—No responde —dijo Laurie y Amy comenzó a llorar sin control.

—Llama a John —sugirió Meg.

—Ya lo he intentado —dijo Laurie—. Ninguno responde, espero que no sea por nada grave de vuestro padre.

Amy levantó la mirada asustada para mirar a su hermana mayor, a ella le temblaba la mandíbula.

—Nada va a salir mal —prometió Meg, pero ahora la mano con la que acariciaba a Amy temblaba.

Laurie miró hacia abajo, con Beth era con la hermana March que tenía menos contacto, pero la quería muchísimo y no podía quedarse de brazos cruzados.

Su teléfono sonó.

—¡Señora March! —Los nervios estuvieron a punto de tirarle el móvil, pero consiguió llevárselo a la oreja, Meg y Amy se incorporaron y se mantuvieron alerta.

—¿Me has llamado, Laurie? —preguntó la señora March confusa.

—¡Sí! —exclamó él—. ¡Es tu hija Beth!

—¿Qué? ¡¿Qué le pasa a Beth?! —preguntó la señora March, nerviosa—. ¿Está bien?

—No, no lo está —dijo Laurie, no quería dar la información, de verdad no quería—. Está enferma.

—¿Cómo de enferma?

—Está en urgencias, es grave.

—Iré al primer tren que salga —dijo la señora March con voz temblorosa—. ¿Está Meg o Jo por ahí?

—Sí. —Laurie apartó la oreja del móvil—. ¿Te puedes poner, Meg?

Ella asintió, se colocó el teléfono mientras Laurie le observaba en silencio junto a Amy.

—Hola, Marmee, ¿qué tal está papá? —preguntó Meg, la voz de su madre se oía un poco, pero no lo suficiente para entender lo que decía—. Creo que sería lo mejor —dijo Meg, Amy miró a Laurie confusa, pero él tampoco sabía nada—. Vale, gracias Marmee, dale las gracias de mi parte. Adiós.

Meg colgó.

—Marmee vuelve —sentenció—. John se quedará con papá. Esperemos que sea suficiente.

Mujercitas de Luisa May Alcott (Contemporáneo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora