Capítulo 18: La llegada

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Oficialmente llegaban esa Navidad, John se lo había dicho. Solo lo sabían Marmee y él porque para las niñas era una sorpresa.

—Gracias por ayudarme a preparar las cosas de la fiesta de bienvenida, Laurie —dijo la señora March.

—Es un placer, no tenía nada mejor que hacer —dijo Laurie—. Estaba aburrido.

—Solo falta que las niñas bajen y vean al invitado de honor —comentó la señora March.

—Sí, John y él llegaran alrededor de media hora —añadió Laurie.

La señora March dijo de poner una película para pasar el tiempo, pero pronto sonó el timbre.

Laurie y la señora March saltaron del sofá y corrieron a abrir la puerta, pero fue una gran desilusión cuando recordaron que habían pedido pizza.

El portero sonó unos veinte minutos después de la llegada de la pizza y esta vez solo se levantó la señora March.

—Niñas, bajad —ordenó ella con un grito—. Hay alguien aquí que quiere veros.

—¿Papá? —Amy había sido la primera en bajar—. ¡¡Oh dios mío!! ¡¡Es papá!!

Las niñas se lanzaron a su padre a besarle y abrazarle, mientras lloraban de felicidad. Laurie se dio cuenta de que John se mantenía al margen, aún sin entrar a la casa.

—¡John, tío! —Laurie se lanzó a abrazarlo—. Ven, entra, seguro que a la señora March no le importa después de lo que has hecho.

Cerraron la puerta tras ellos y observaron como las March preguntaban a su padre cosas y él las respondía. De pronto Meg miró a la esquinita donde se escondían Laurie y John. Tres milésimas de segundos y Meg estaba envuelta en un tierno abrazo con John, Laurie sonrió.

—Gracias por todo —dijo la chica, besó en la mejilla a Brooke y se alejó con su padre.

John se quedó en silencio, sonrió y miró a Laurie.

—No sé tú, pero nunca había sido tan feliz —comentó su tutor.

—No eres él único —dijo Laurie—. Esto es lo más bonito que he visto nunca.

—¿Lloras?

—Emoción.

—Yo también.

—¿Emoción por el beso o por el saludo de las chicas a su padre? —preguntó Laurie, John le respondió con un codazo cariñoso.

—Sabes a lo que me refiero.

—No estoy seguro...

Los March posaban para una foto, el señor March frunció el ceño.

—¡Venid, chicos! —los invitó él—. Tenéis que estar en la foto.

John y Laurie se miraron. El señor March rodeó a cada uno con un brazo. Ellos sonrieron falsamente.

—Hemos salido con cara de secuestrados —señaló Laurie y John rio.

—Lo hemos sido.

—¿Queréis tarta? —Meg se acercó con dos platos con tarta, los chicos volvieron a mirarse y la aceptaron.

—¿Soy yo o esto es como formar parte de una familia? —preguntó Laurie.

—Es un poco triste de decir en alto, pero me siento como si así fuera —coincidió John.

Laurie asintió.

—Me gusta.

—Es una sensación hermosa.

—Digo que me gusta la tarta.

John se metió un trozo realmente grande.

—Sí, no está mal —dijo él antes de que el timbre de la puerta sonora.

Mujercitas de Luisa May Alcott (Contemporáneo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora