—¿Aceptado? —John miraba sin dar crédito a Laurie—. Estoy orgulloso de ti, Laurie, no sé cómo has aprobado.
Las miradas de los dos Laurence se clavaron en él, John carraspeó.
—Quiero decir... —John tragó saliva—. Siempre creí en ti, Laurie —añadió después dándole unas palmaditas en la espalda.
—¡Vas a ver Europa! —exclamó su abuelo, seguía enfadado con él, pero no podía evitar estar orgulloso.
Laurie observaba su aceptación, la nota del examen de ingreso y como su abuelo y John le felicitaba, pero faltaba algo. Siempre había imaginado ese momento con Jo.
—¿Adónde vas? —preguntó John al ver como Laurie se alejaba sin previo aviso.
—Quiero estar solo —dijo él parándose en la puerta—. Porque si no estoy con ella, no quiero estar con nadie.
Y huyó a su habitación, oía como John le seguía, pero consiguió cerrar la puerta de su cuarto a tiempo.
—¿Laurie? —preguntó la voz de John pegando levemente en la puerta.
—¡Déjame! —Laurie no quería ver a nadie que no fuera Jo.
—Laurie, por favor —suplicó John—. No tienes que estar así por eso.
—¿Cómo lo sabes? —preguntó Laurie—. ¿Te lo ha dicho Meg?
—Me lo dijo la misma Jo —explicó John más enfadado por haber acusado a su novia—. Fue ayer cuando le acompañamos a la estación. Me dijo que te echaba de menos y me explicó la situación por la que no os veíais. Quería que te dijera que no quería perder la amistad, pero que no te llamaría si tú no querías porque entendía tu dolor.
Laurie abrazó sus rodillas con fuerza analizando aquellas palabras. ¿De nuevo estaba llorando?
—Laurie, abre —pidió John, Laurie se levantó del suelo y quitó el pestillo.
—No eres Jo, pero eres el tutor que me daba clase hasta que me aceptaron y que no es capaz de confiar en mí —escupió Laurie, John miró hacia abajo con culpa—. ¿Pasas o no?
Laurie abrió la puerta de par en par y la cerró cuando John ya estaba en el interior de la habitación.
—Siento no haber creído en ti —dijo John paseándose por la habitación—. Debes reconocer que no me lo ponías fácil.
Laurie le observaba con mirada de no muy buenos amigos, John no sabía qué tenía que hacer.
—¡Te han aceptado! —recordó él—. No entiendo por qué no te alegras.
—Porque la única persona que confiaba en mí no lo está celebrando —dijo Laurie tumbándose en la cama en posición fetal.
John se mantuvo de pie y comenzó a pisarse los pies como si fuera un niño pequeño, nervioso sin saber que más añadir.
—Llámala —sugirió—. Tal vez te ayude.
Laurie abrazó su almohada con fuerza.
—Gracias, pero no —dijo él—. Sé que realmente no quiere hablar conmigo.
—Cuando lo dijo estaba bastante preocupada —recordó John—. No deberías hacerte esto a ti mismo, ni a Jo.
Laurie apretó más la almohada.
—Tú no lo entiendes —refunfuñó él—. Tú ya tienes tu pareja.
—Me ha costado tres desamores previos —replicó John, colorándose al recordarlo—. Además, a Meg nunca la habría conseguido sin tu ayuda.
—Y tú en cambio me dices que pase página y olvide a Jo, en vez ayudarme —susurró Laurie, John suspiró.
—Te estoy diciendo que yo falle tres veces —dijo John—. Bueno, de las que me declaré, me han gustado muchas chicas. A lo mejor Jo no es para ti.
—¿Me estás diciendo que no la merezco? —se enfadó Laurie—. ¿Igual que no merezco la aceptación en la universidad?
—Laurie...
Él se dio la vuelta y miró a John. Él parecía entristecido.
—Pensé que confiabas en mí —dijo Laurie—. Y ni siquiera pensaba que iba a ir a la universidad. Desde que estás con Meg pasas tanto de mí...
—Lo sé, Laurie, lo siento —musitó John—. Es verdad que me he comportado como un idiota. Perdóname.
Laurie se sentó en la cama e invitó a John a que lo hiciera también, dando unos toquecitos a su lado.
—¿Por qué para ti es tan fácil pedir perdón? —preguntó el chico, John le miró sin entender—. He sido muy malo con mi abuelo —confesó Laurie después, John le apoyó una mano en el hombro.
—Tienes mucha presión, Laurie —dijo él, Laurie asintió—. Dime todo lo que tengas que decirme.
—No quiero ir a la universidad —reconoció—. Nunca he querido hacerlo. No me veo.
—¿Qué quieres hacer?
—¿No le contarás a nadie?
—A nadie.
—Quiero componer música.
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Mujercitas de Luisa May Alcott (Contemporáneo)
FanfictionEl único lugar donde Laurie quería pasar era frente a la ventana, esperando algún día conocer a sus vecinas del frente que parecían disponer de una vida tan perfecta... O no tan perfecta, descubrirá después cuando logré conocerlas. Historia de las M...