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Era él, era aquel hombre del club. Me sorprendió verlo pero no pensé mucho en eso.

Cuando lo vi ya mi indecisión entre si lanzarme hacia abajo o no era nula ya que tenía una decisión y era tirarme.

Sabía que la caída podría traerme consecuencias pero lo veía como mi única opción de escape en aquel momento.

Me pare al borde del balcón apuntó de tirarme. Sentí la fría brisa de la noche azotando mi cuerpo y ya cuando estaba dejando relajar mi cuerpo para caer el me jaló.

Me tomo del brazo y me lanzó a la cama. Cuando hizo esto pensé que me violaria o me golpearia pero para mi sorpresa no me hizo nada.

Solo me lanzó una fría mirada y se dispuso a salir del cuarto sin antes decirme.

-Bañate, en el baño verás un vestido pontelo y baja a comer conmigo. Tienes 1 hora.

Dicho esto abrió la puerta salió y cerró la puerta detrás de él.

Tenía demasiadas dudas rondando en mi cabeza pero por ahora solo podía hacer lo que me dijera él.

Así lo hice y me dirigí a la última puerta de la habitación suponiendo que era el baño. La abrí y si lo era.

Era igual de amplio que el cuarto e igual que toda la habitación tenía colores claros. Había un gran espejo espejo redondo encima del lavamanos y unos estantes alrededor muy bien organizados al lado de este estaba el vestido guindado.

El baño tenía una ducha y una bañera y por costumbre me duche. Cuando salí de la ducha tome el vestido y salí del baño me seque el cuerpo y me vestí.

El vestido era cómodo pero un poco holgado. Me lo tuve que quedar ya que no tenía otra cosa para ponerme de todas formas.

Salí de la habitación al pasillo con el cabello aún mojado por costumbre.

Mientas caminaba por el largo pasillo me preguntaba porque un hombre que vive solo necesitaba una casa tan grande.

Decidí ignorar esa pregunta porque después de esa vendrían más y podía entrar en pánico y aquí era lo menos que podía hacer.

Baje las escaleras y llegué a lo que parecía una sala por lo que vi. Ya sin saber dónde ir me iba a declarar perdida cuando el aparecío.

Y me dijo que lo siguiera yo así lo hice. Llegamos a un comedor con una larga mesa y unas seis sillas a su alrededor el me ofreció asiento a mi en una de las sillas y luego él se sentó enfrente mió.

Una empleada dejó la comida y enseguida se marchó. En la mesa había lasaña y unas copas que el lleno de vino.

Yo tenía tantos nervios que lo menos que quería era comer. El le dio un bocado a su comida y luego me miró a mi y se dio cuenta de mi abstinencia a comer.

-Es normal,no te Obligare. Pero cuando tengas hambre no me obligues a buscarte comida. - dijo el despreocupado en su igual tono frío.

Yo no pude decir nada ya que de mi boca no salía palabra y aunque así fuera no sabía que decirle.

-Las preguntas que tengas con el tiempo te las responderás tu sola pero por ahora te diré que no puedes salir de aquí. Piensa que es un secuestro si quieres me da igual pero te mantendrás aquí.

Una gran cantidad de sentimientos pasaron dentro de mí en ese momento con esas palabras que lo único que  quería hacer no era más que estallar en llanto.

-Puedes subir yo más tarde te haré compañía. - cuando dijo eso no dude en subir de nuevo ya que no quería estar con el y aunque al final podría terminar la noche durmiendo con el en la misma cama al menos tenía un momento de respiro.

OSCURO DESEO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora