태 57. Soberbia 국

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Son las nueve de la mañana del cuarto día buscando a Taehyung

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Son las nueve de la mañana del cuarto día buscando a Taehyung. Lo sé porque Eunha sigue durmiendo en mi habitación. Yo no he podido separarme de la de él, donde todo cayó como fichas de dominó. He llorado toda la noche, incluso me desmayé por no alimentarme desde esa noche en que sentí mi cuerpo tan dolorido y sensible. La migraña parece no parar en algún momento, me he empastillado hasta la médula con analgésicos buscando aliviar el dolor insoportable, pero no ha dado resultados. Eunha insiste en que vaya a ver a mi psicóloga de siempre, pero me he negado, tengo cosas más importantes que hacer. Me vestí con una camiseta negra de Taehyung y un pantalón mío, el mismo que dejé ayer en los pies de mi cama al volver de las rondas que hicimos con Eunha por la noche. Dormí poco y nada, pero eso no me detendría, así que salí de la habitación dispuesto a seguir buscándolo, donde sea que esté.

—¿A dónde crees que vas? —Frené en mi lugar y cerré los ojos con fuerza, me han descubierto.

—¿Crees que voy a dejar que te vayas sin desayunar algo? Soy mayor y me debes respeto.

Eunha tenía ese problema de tratarme como su hermanito menor.

—Solo voy a dar una vuelta.

—¿Con tu celular en una llamada?

—En algún momento debe contestar. Además, debo llevar el celular por si la policía quiere dar conmigo, tengo que estar comunicado.

Esa misma noche, luego de todo ese drama y enojo, sin siquiera observar si la alcohólica y mentirosa de la mujer que me parió seguía con vida o se ahogaba en su propio vómito, fuimos a hacer la denuncia de la desaparición. Lo que conllevó a que mi madre quisiera quitarme de la herencia de mi padre. Solo le saqué el dedo medio y seguí buscando a mi novio. Esa mañana, ella se fue de la casa llevándose todas sus cosas. A la policía le di los papeles del auto que Taehyung se llevó ese mediodía, los que encontré en la habitación de Yeonji antes de que se fuera.

—Hoy hablarán en la universidad, en las clases que él tomaba —le informé a mi nueva amiga.

—Eso es importante.

—Lo sé, pero no es suficiente. No te preocupes por mí, vuelvo por la tarde.

—Solo no vuelvas tan tarde y llámame por cualquier cosa que te enteres.

Las calles estaban vacías, era como si todo el mundo le tuviera miedo al cielo. Habían dicho que hoy llovería, pero esa no es razón para desaparecer. A veces me desespera mirar por la ventana y ver que la vida de todo el mundo sigue su curso natural, es como si se burlaran en mi cara con su felicidad mientras yo estoy muriendo un poco día tras día. Pero hoy, que el cielo está gris oscuro y hay truenos, me gustaría ver a las personas llenar las calles, me sentiría menos solo. Subo el cuello de mi abrigo, el abrigo de Taehyung, mejor dicho, solo para sentir mejor su perfume. Inevitablemente tengo ganas de llorar, como cada mañana que no despierto a su lado. He gastado tanta energía en reprocharme el no haberle dicho que sí, que nos fugáramos juntos y no volviéramos nunca más, o al menos haberlo detenido, haberlo besado o abrazado una última vez. Respirar se vuelve denso y cansador. Suspiro y seco mis lágrimas antes de entrar a la comisaría. He venido cada día en busca de nuevas noticias, pero solo saben decirme:

𝑷𝒆𝒓𝒅𝒊𝒅𝒐 𝑬𝒏 𝑬𝒍 𝑻𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐 || 𝐓𝐚𝐞𝐤𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora