Sus labios encajaban como piezas de un puzzle mientras se besaban como nunca antes, dejándose llevar por las ganas que habían guardado durante bastante tiempo. Las caricias de Alba al jugar con el pelo de su nuca, le mantenía los pies en el suelo, le recordaba que quién la estaba tocando era su rubia favorita.
Rompían el contacto de sus bocas lo justo para respirar y así Alba poder comprobar en los ojos de la morena que todo iba bien. No había nada que le preocupara más en aquel momento que hacerle daño, perderse un detalle y desatar el caos. Quería estar allí para ella y solo quería desatar un caos, pero el bueno.
Las manos temblorosas de Natalia se enredaban en el pelo corto de la rubia que tenía tumbada frente a frente en la cama de su habitación. Se dejaba llevar en cada uno de los besos, empezando batallas con sus lenguas que siempre terminaban en un empate. Intentando imitar los movimientos de la más bajita. Ella nunca había llegado a esto, pero quería aprenderlo todo en un minuto.
-Podemos parar si lo necesitas. - Le dijo Alba con total sinceridad, cuando sentía que no podía más. - Roma no se construyó en un día y mira lo bonita que es.
Tener a Natalia tan cerca y besándola de aquella manera le estaba viniendo realmente mal para su autocontrol y no quería sobrepasar ningún límite. El cuerpo de la morena desprendía un calor digno de quedarse a vivir allí pero también el suficiente como para prender fuego a cualquiera que le rozara y ella se sentía una cerilla humana mientras la besaba.
-Pero es que... - Intentó quejarse pero no sabía ni cómo explicarlo.
Volvía a tener aquella lucha interna que tan familiar se le estaba haciendo últimamente. Una parte de ella necesitaba avanzar, sentirse bien por poder entregarse al cien por cien a Alba. Pero la otra, estaba construyendo una pared de bloques que amenazaba con romperle los nudillos como intentara atravesarla. Necesitaba encontrar una puerta, una ventanita o poder rodearla para llegar al otro lado.
Le gustaba tener a Alba tan cerca, se sentía bien, pero parecía que eso no era suficiente para poder dar un paso más. Levantó una de sus manos que había escondido bajo la almohada y acarició la mejilla de la rubia y dejó un rápido beso en la punta de nariz antes de acercar un poco más sus cuerpos y hacer que su propio pulso se acelerara de nuevo.
-Déjame tocarte. - Le pidió con la voz más grave que de costumbre. - Estaré bien. – La miró a los ojos, queriendo decirle todo y Alba solo asintió volviendo a besarla. - No te voy a dejar así.
-Pero tú... - Dijo entrecortadamente.
-Ya veremos que hacemos conmigo, tranquila. – Dijo antes de volver a besarla.
Alba sintió que era un beso delicado, con mimo. Como si quisiera protegerla de todo pero que seguidamente se convirtió en algo más. Pasaba la lengua sobre sus labios, haciendo que su cuerpo se erizara en cada roce y volvía a querer devorarle el alma en cada beso.
Natalia se colocó a horcajadas sobre la rubia y abandonó sus labios para darse un paseo por su cuello, marcando el camino de los lunares con el trazo húmedo de su lengua, como si estuviera creando una constelación allí mismo.
-Alba... – Susurró junto a su oreja dejando un leve mordisco en el lóbulo, haciendo que se retorciera bajo su cuerpo. - ¿Me guías?
Y así hizo, primero dejó que la morena divagara por donde quisiera, le erizaba la piel y quería aguantar lo máximo posible aunque su cuerpo desde casi el minuto cero le estuviera pidiendo a gritos que terminara con aquellas caricias y apagara aquel fuego que la estaba consumiendo de cintura para abajo.
Alba no ponía ninguna cara de pánico o desagrado a los roces de la morena y eso la iba tranquilizando poco a poco, logrando que se lanzara a descubrir a la rubia que respiraba agitada bajo ella. Rodo una de sus piernas que estaban al lado de sus caderas e hizo prisionera a una de las de Alba entre las suyas.
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Vulnerable
FanfictionLos comienzos siempre lo pone todo patas arriba y eso a veces, no es del todo malo.