-¿Que piensas hacer?
Nada más oír aquella pregunta dejé que un suspiro de fastidio se escapara entre mis labios. Apoyé mi cabeza contra el árbol en el que dejaba caer el peso de mi cuerpo mientras que Daphne esperaba mi respuesta. La miré de reojo. Tenía un pequeño arañazo apenas visible en el cuello, proporcionado por la chica con la que se había peleado tres días atrás. Aunque según habíamos oído su contrincante no asistió a clase al día siguiente debido a las marcas que mi amiga rubia le había dejado por la cara. Tuvimos suerte de que no nos denunciaran, aunque imaginé que Zev tuvo que ver algo en eso.
-No lo sé.- Admití.- Estos días he sido cortante, distante, ruda, malhumorada... ¡y nada funciona! Sigue tratándome con la misma arrogancia.
-Ahí está el problema.- Afirmó Scarlett.- Desde que os conocisteis has sido así con él. Intentar que Kilian se canse de ti utilizando esa táctica no es útil ya que no conoce ninguna otra faceta tuya.
-¿Quieres decir que...?
-El primer paso no funciona con Kilian.- Me completó.
Dejé caer mi mirada en un punto perdido y asentí lentamente.
-Estoy de acuerdo.- Intervino Daphne.- Ten en cuenta que lo más bonito que le has dicho a Kilian fue que Papá Noel había llamado para que le ayude a guiar su trineo cuando esa chica le puso los cuernos hace un año.
-Como disfruté de ese momento.
Las tres nos echamos a reír. Verlas ahí conmigo, apretando mi mano mientras intentan buscar una solución a mi problema, me hizo darme cuenta una vez más de la suerte que tenía. Puede que mi experiencia en el amor romántico fuera repulsiva, pero el cariño que les tenía a aquellas dos chicas me hacía darme cuenta que la mayoría de las veces el amor más fuerte no se da en las parejas.
Ambas tenían razón. Kilian no conocía más allá de mi parte ruda, puesto que desde el principio caímos en una espiral de miradas de odio y comentarios ofensivos. Pretender que el primer paso funcionara con él no era viable, pero por suerte no había derrochado mucho tiempo para darme cuenta.
Sin embargo, algo en mi interior me provocaba cierta intranquilidad. Kilian era el primer chico con el que pasaba de un paso a otro en tan poco tiempo, lo que me hizo replantearme por un segundo si realmente funcionaría con él. Eliminé ese pensamiento rápido y me centré de nuevo en mi objetivo. Solo había una manera de comprobar si los pasos tendrían los mismos efectos en él, y era siguiendo con mi plan. Y aunque sentía que el siguiente paso me causaría ganas de arrancarme los ojos, era hora de continuar.
-No voy a perder más tiempo. Es hora de comenzar con el segundo paso.
Ambas asintieron mostrándome su apoyo.
-¿Y de aquel chico? ¿Drake?- Daphne intentó recordar su nombre.- ¿Has descubierto algo?
-Aún nada.- Chasqueé la lengua.- He mirado en el Instagram de mi hermano y de Kilian por si podía encontrar su perfil, pero ninguno lo sigue.
-Ian no tiene redes sociales, pero podría preguntarle.- Se ofreció Scarlett.
-¿Y qué pretendes hacer con su Instagram? ¿Mandarle un mensaje y esperar que le cuente por qué acabó en el calabozo a una desconocida?
-Agh, cállate idiota.- Empujé a Daphne que cayó hacia atrás llevándose a Scarlett de por medio.- ¿Qué puedo hacer sino?
-Menuda fuerza tiene el Furby.- Se quejó, recomponiéndose.- Yo iría directa al entorno de Kilian. Debe haber algo, una pelea en una fiesta, en algún partido, una conversación que todos hayan escuchado, no sé, algo.
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5 pasos para romper con un chico
Teen Fiction¿Cómo evitar el dolor de un corazón roto? Guiada por la amarga y fría concepción que tenía del amor, Noelle Myers decide crear cinco pasos para romper con un chico intentando causarle el menor daño posible. ¿Cómo? Fácil. Para cuando llegues al quin...