Desde pequeña aprendí a apreciar el tiempo que compartía con mis padres ya que nunca sabía cuando tendría que despedirme de ellos durante un tiempo. Cuando ellos estaban cerca, mi humor siempre mejoraba. Aprovechaba cada momento, e intentaba pasar con ellos el mayor tiempo posible. Pero lo que sin duda jamás echaría de menos, era la obsesión con la limpieza de mi madre.
Aquel día decidió que debíamos limpiar a fondo todas las ventanas y rieles de la casa, así que allí me encontraba, subida en unas escaleras mientras frotaba con energía un trapo descuidado sobre la superficie exterior de la ventana de mi habitación. Un pañuelo improvisado sujetaba los mechones rebeldes de mi cabello para que no me molestaran en mi cometido, aunque eso no evitaba que las gotas de sudor recorrieran mi rostro. Estaba realmente echa un asco, pero por suerte no estaba sola. Daphne y Scarlett invadían mi habitación como de costumbre, dándome conversación para que la tarea se hiciera más amena.
— Llegas a decirme hace unos meses que pasarías un fin de semana entero con Kilian y no me lo habría creído. — Comentó Scarlett mientras devoraba los restos de mi helado favorito.
— Que suerte tienes. — Intervino Daphne mientras pasaba la página de la revista que sostenía entre las manos. — Ojalá mi novio tuviera una casa en el lago.
— Siento decepcionarte pero solo tenemos esta casa. — Mi voz sonó ahogada, debido al esfuerzo. — Pero eso ya lo sabes, es lo que tiene salir con el hermano de una de tus mejores amigas.
La rubia me sacó el dedo corazón en respuesta, sin apartar la mirada de su revista. Ella había venido antes que Scarlett, ya que teníamos una conversación pendiente. Daphne parecía realmente angustiada cuando llegó a mi casa, creyendo seguramente que estaría enfadada con ella ya que no había dado señales de vida en todo el fin de semana. Pero toda su preocupación se esfumó cuando supo que me alegraba por su relación con Zev, y que no habría podido imaginarme una cuñada mejor. Al fin y al cabo, siempre supe que ellos se atraían, y que era cuestión de tiempo que aquello ocurriera.
— Entonces, ¿se supone que tú y Kilian sois novios?
La pregunta de Scarlett me desestabilizó a nivel mental y físico. Casi pierdo el equilibrio sobre la escalera, y cuando conseguí sostenerme aquella pregunta invadió mis pensamientos, sin encontrar ninguna respuesta. ¿Lo éramos? Kilian y yo nunca habíamos hablado nada al respecto, quizás por el poco tiempo que llevábamos juntos.
—¿No? — Pregunté, desviando las miradas de mis acompañantes hacia mí. — No me miréis así, es que no lo sé. Supongo que no somos novios como tal, pero estoy con él. Sin más.
— Podrías hablar sobre el tema con él. — Sugirió Daphne.
— Es demasiado pronto como para hablar de eso. No necesito una etiqueta aún.
— Haces bien. — Concordó Scarlett.
Lancé el trapo dentro de una cubeta llena de agua sucia cuando terminé mi tarea. En ese momento Zev asomó su cabeza por mi puerta, mostrando su rostro desaliñado tras haber limpiado todo el patio. Definitivamente, prefería limpiar las ventanas a hacer su trabajo. Él entró cuando le di permiso, acercándose hasta Daphne quien se elevó sobre mi cama para recibir el beso de mi hermano.
— Puag. — Bromeamos Scarlett y yo.
— ¿Qué tal las ventanas?
— He terminado, estas eran las últimas. — Respondí a Zev antes de dejarme caer sobre mi cama, junto a Daphne.
— Genial, entonces os da tiempo.
— ¿Tiempo a qué?
— Un amigo hace una fiesta esta noche en su casa, así que venía a invitaros. Tenéis que prepararos ya si decidís venir.
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5 pasos para romper con un chico
Jugendliteratur¿Cómo evitar el dolor de un corazón roto? Guiada por la amarga y fría concepción que tenía del amor, Noelle Myers decide crear cinco pasos para romper con un chico intentando causarle el menor daño posible. ¿Cómo? Fácil. Para cuando llegues al quin...